Único

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Jinyoung sonrió viendo a su novio sentado en el sofá, veía su programa favorito, cosa que arrancaba un par de sonrisas y carcajadas del castaño, haciéndolo cerrar sus ojos y formar un par de líneas que le permitía admirar de mejor manera aquel par de lunares tan bien colocados bajo su ceja izquierda. Fácilmente podía pasar el día completo admirando al hombre que tanto amaba, pero no podía por las diferentes tareas pendientes, y claro, al mayor no le gustaba mucho tener una mirada sobre él, pronto se sentía incómodo, avergonzado e intentaba huir con cualquier excusa, cosa que causaba una gracia enorme en Jinyoung.

—Te he dicho que no me mires fijamente. —se quejó el hombre con una sonrisa nerviosa.

—Se supone que estás viendo televisión y no lo que hago —bufó Jinyoung acercándose para tomar asiento al lado de su novio.

—Contigo cerca no puedo mirar nada más —sonrió atrayendo el cuerpo del pelinegro sobre el propio robando un par de besos fugaces.

—Eres demasiado cursi —bromeó apenas separándose de sus labios.

—¿Entonces me llevo mi cursi cuerpo a mi casa? —amenazó levantándose, siendo rápidamente devuelto al sofá, específicamente sobre el cuerpo de Jinyoung quien lo apresó con brazos y piernas.

—Ni se te ocurra, es la única noche en la semana que te quedas conmigo —suspiró acariciando la mejilla de su chico

No pudo evitar sonreír una vez más al ver la luna creciente en forma de anillo en su dedo meñique, aquella promesa de amor que ambos mantenían secreta. Lentamente entrelazó sus dedos con el mayor, viendo su anillo en la mano contraría, una luna llena en su dedo anular.

—¿Qué haces? —le miró extrañado mientras sostenía su peso sobre su codo a un costado de su novio.

—Nada, solo amo ver nuestras manos juntas.

—Y yo te amo a ti —Jaebeom sonrió admirando a su novio tomar un suave rojo en sus mejillas, era hermoso ante sus ojos, el chico perfecto que jamás encontraría y que deseaba amar para siempre.

Volvieron a unir sus labios, acomodándose en el sofá, dándose caricias como sí cada uno fuera lo más preciado del otro, y así era, después de todo, eran el complemento del otro, un abrazo podía mejor un mal día y aunque la sociedad se opusiera al amor entre el mismo sexo, ambos apreciaban sus momentos en aquellas cuatro paredes del apartamento de Jinyoung.

Podrían haber permanecido un par de minutos más en aquella cálida posición entre besos y caricias que buscaban explorar la piel del otro, pero era hora de cenar y Jinyoung no permitiría pasar de la ultima comida. Juntando toda su fuerza de voluntad se arrastró fuera del sofá sonriendo al sentarse en el posabrazos.

—Debemos cenar —sonrió viendo el puchero en los labios del mayor.

—Pero quiero estar contigo.

—Entonces ve pronto por la comida y vuelves a estar conmigo, amor.

—¿Puedo traer lo que quiera?

Jinyoung suspiró y miró con molestia a su novio. —Sabes que estás a dieta, tu mismo te has quejado de tu peso estos últimos meses.

—Solo pollo frito y traigo todo lo que necesites para preparar la cena —junto sus manos a modo de súplica.

—Está bien —suspiró, —pero solo por hoy —bufó recibiendo el beso eufórico del castaño.

—Vuelvo pronto —sonrió avanzando hasta la entrada para calzar sus zapatillas, dando un par de últimos besos.

Don't Foget -One-Shot [JJ Project/Bnior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora