Oriana Sabatini.
Observé a Tiziana engullir la pasta que habíamos pedido sin modal alguno.
Probablemente si mi papá estuviera aquí analizaría su comportamiento como el más grande de los pecados, le cuestionaría “los modales que me encargue de enseñarte en tu corta vida” y la regañaría cuarenta y cinco minutos.
Ova Sabatini era amante de lo formal y el orden.
Quizás de él fue que saque mi intolerancia a los codos en la mesa o mi odio hacía las personas que mastican el alimento con la boca abierta.
Por otro lado, mi mamá era todo lo contrario a él e inevitablemente idéntica a Titi, mi hermana menor.
—Cierra la boca para masticar, Tiziana—la regañe, escuchado el sonoro sonido de sus dientes.
—Oh, vamos. Me vine a la otra punta del continente para no oír los regaños de Ova y resulta que tengo a su clon frente a mi—se quejo.
Bufé exasperada.
Mi celular vibro en el bolsillo trasero de mi short.
¿Leíste las nuevas noticias? Creo que ya debemos decirlo Ori.
Julián
—¿Qué sucedió para que tengas esa cara? Si estás fingiendo para pedirme un favor te advierto que...
—Me encanta la confianza que depositas en mi—ironice—Más rumores de mi rompimiento con Julián.
—¿Rumores? Ori, es la más pura verdad. Deberías buscar la forma de decirlo, la prensa no descansará hasta que se sepa—aconseja, dejando a un lado su pasta y volcando por completo su atención en mi.
Necesitaba tiempo. Tiempo para asimilar que hace quince días estaba planificando un viaje a Las Vegas con mi “novio” y hace menos de una semana decidió separarse sin que le importe realmente mi opinión con la barata excusa de “Esto ya no está funcionando. No eres tú, soy yo.
¿Era tan difícil inventar una excusa menos dolorosa y más creativa?
Al principio pensé que me estaba haciendo otra de sus tontas bromas, pero quince horas después exactamente, supe que iba enserio.
Dudé de mi, de mis posibles acciones que pudiesen haberlo impulsado a tomar descabellada decisión y dude de su fidelidad.
Los rumores de lo cariñoso que eran Julián y Malena en las grabación de la novela que ambos protagonizaban llegó a mis oídos, al de la prensa y al de todo el mundo.
Yo creía en Julián, hasta que vi sus chats con Malena en WhatsApp.
Eran demasiado cariñosos.
Procure vanamente dejar pasar esa situación por qué lo amaba y porque tenía a miles de fans shippeando nuestra pareja.
Claro está que llegó la desconfianza en mi misma
¿Qué tiene ella que no tenga yo?
Las comparaciones se volvieron el insomnio de todas las noches.
Después de algunos días el decidió terminar esta relación de años con esa insignificante excusa.
—Hey ¿Hay vida en Marte?
Le sonreí falsamente.
—Hey, ¿Te han dicho que eres exasperante?—replico sacándole la lengua.
—Muchas veces—asiente, mirándose las uñas con desdén.
Ruedo los ojos, perdiéndome en las páginas de chimentos de la farándula, sin duda, daban por terminada nuestra relación y no estaban errados.
—Deberías hacer como Paulo Dybala—me aconseja Titi después de unos minutos en silencio.
—¿Quién coño es?
—¡Actualizate nena! Juega en la selección...
—Ah, ese...¿El de ojos claros?
Asiente, guardando silencio nuevamente.
—Me gusta cuando callas, porque estás cómo ausente—relate un viejo verso de Benedetti captando de inmediato la atención de la chica.
Sus ojos me escrudiñaron pensativos.
—¿Estas diciendo que hablo demasiado?—indago, evidentemente ofendida.
—No—me excuso—Te estoy diciendo que aprecio mucho el silen...¡Auch!—me quejé, sobando mi brazo izquierdo.
Tenia fuerza, posiblemente las clases de karate que tomo de chiquita si le sirvieron de algo.
—Como te decía, desconsiderada—hablo nuevamente—Dybala acaba de dejarse con su novia.
—¿Me debería importar?
—¡Agh!—resopla—Lo que intento decirte es que se dejaron en buenos términos.
—¿Ahora sí debería importarme?
—¡Y yo soy la exasperante!—me acusa—Lo que intento decirte es que le escribió una carta en Instagram donde expreso que su relación acababa en buenos términos y unas cursilerías más. Quizás deberías hacer eso, así tal vez los fans no se lo tomen tan tan mal.
—Ah...¿Pretendes que le haga una cartita a “señor te pongo los cuernos con mi compañera de elenco” ¡Ni en los sueños más remotos!
—¡Eres insaciable, niña! ¿Prefieres romper el corazón de los fans fríamente o prefieres maquillar un poco la verdad fingiendo que está todo bien con tu ex y se separan en los mejores términos? Así ya no habría rumores falsos de la prensa no fans que inventen que tú y Julián se odian a muerte o...
—Ya entendí—la interrumpi—Quizás la segunda opción suene más tentadora.
La chica asintió satisfecha.
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DYBATINI INSTAGRAM.
RandomPequeña historia de Oriana Sabatini y Paulo Dybala. Cómo todo empezó.