Es algo obvio que, no dormí nada bien esa noche. Pero bueno, hoy es un día importante, nos citaron a las cuatro, así que creo que tengo tiempo; toda la mañana estuve preparándome, pase como dos horas preparándome para estar presentable para Sahionje. Tengo que admitir que mi madre se obsesiono conmigo, se la paso arreglándome hasta que dio la una, pero bueno, al menos puedo presumir de que tengo una madre que se preocupa por mí.
A las cuatro, todos llegamos a la escuela usando el uniforme, ya la escuela estaba adornada, en el patio de la escuela, habían vestidores para las chicas, los chicos nos teníamos que cambiar en los baños. En veinte minutos más se dará apertura al festival, por lo que en ese tiempo libre, yo solo caminaba con el fin de distraerme un poco.
En ese momento, pude ver a Michel platicando con Otome, pensé en hablarle, pero, no estoy seguro; sinceramente, nunca habría pensado en la posibilidad de que ella y Futsino fueran hermanas. Después de verlas por breves segundos, solo me di la vuelta, y seguí con mi camino. En ese caminar sin rumbo, me encontré a Sahionje, quien estaba con unas amigas, ella, se veía muy agitada; sin embargo, pese a eso, ella sí que se veía hermosa: tenía un peinado hermoso, las dos horas que me la mase arreglándome, eran una blasfemia en comparación, su maquillaje es precioso, resalta sus bellos ojos y, obvio, también sus perfectos labios. En cuanto ella me vio, corrió presurosa a saludarme.
— Hola, ¿Nervioso? — preguntó ella con entusiasmo.
— ¿Y tú?
— Yo si un poco, no sé cómo es que vaya a estar el baile, ¡¿Y si el escenario se derrumba con todos sobre el?! ¡¿Qué se supone que voy a hacer?! — es obvio que no está un poco nerviosa, está super nerviosa.
— En primera, cálmate, en segunda, deja de pensar en eso, todo saldrá bien. — tome sus delicadas manos, tratando de tranquilizarla.
— Creo que tienes razón... — ella, dio un suspiro, y contó hasta tres; pero cuando estaba a punto de hablarme, sus amigas a lo lejos la llamaron — oh, mis amigas esperan, lo siento debo irme, aún hay algunas cosa que debo organizar.
— No te preocupes.
— No vemos en el auditorio... — siempre que ella me regala una sonrisa, me siento como el hombre más afortunado del mundo. — ¡Amigas esperen!
Según veo, desde que la conozco, considero que jamás había visto a Sahionje tan agitada, como sea, tengo que volver a mi realidad. Tuve que ir al auditorio, lugar en donde el director dio el comienzo de este festival, claro, después de una hora de discurso de la maestra Mariela. Bueno ya son las cinco y media, a las seis y media empieza el baile, por lo que no tengo nada que hacer, mientras todos estaban en sus actividades como cocina, karaoke, canto o arte, yo paseaba.
Pensé en ir a ver a Dániel, pero cuando lo fui a ver a su estación, estaba jugueteando con Otome, esos dos juguetearon tanto que hasta quemaron la cocina, bueno, no, pero casi; mejor los dejo solo. Rajá y Marco están jugando por ahí, Rajá algo tarde pero trata de buscar pareja, a ver cómo le va con eso. Pensé en buscar a Makoto, pero, no creo que me reciba de manera grata después de lo de lo de anoche...
— ¿En qué piensas?
— ¡Aaaaaah! — nuevamente, como si se tratara de un mal chiste, me asustaron, esta vez, fue Wasabi — ¡¿Por qué todo el mundo me espanta tan fácilmente?!
— Je, lo siento.
— Como sea, ¿Qué quieres? ¿Y William, no viene contigo?
— No, aún está ocupado en su estación, es la de cultura japonesa; ven acompáñame, tomemos un café en el salón dos mil ciento dos.
— Si ¿Por qué no? — no tengo nada mejor que hacer.
Siendo sincero, a estas alturas no puedo desconfiar de Wasabi, aunque generalmente no confió en las personas muy sonrientes y amables en exceso, Wasabi me cae bien. El grupo dos mil ciento dos había puesto un café en su salón, con las chicas vestidas de sirvientas y toda la cosa, algo que solo había viso en el animé y esas cosas. Bueno, creo que hoy tendré la dicha de probarlo; ambos nos sentamos, y ordenamos. Cuando llego nuestra orden comenzamos a platicar.
— Y, ¿Vas a contarme otra historia loca sobre Sahionje? — pregunté sarcásticamente, él solo se rio levemente.
— En realidad no, pero ya que lo mencionas, ella se ha mantenido tranquila en estos días, empiezo a creer que ella no es la portadora de la energía maligna, pero quien sabe; en fin, solo quería platicar con una persona humana.
— Ya veo. — cada que terminamos una frase, damos un sorbo a nuestro café, el cual está muy bueno por cierto.
— Lamento lo de Futsino, sabía que ella se tría algo ente manos, pero no creí que ella nos fuera a traicionar.
— Si bueno, no hablemos de ella, prefiero no recordar, hablemos de otra cosa.
Él, accedió a mi propuesta, y comenzamos a platicar de cosas normales, eso espero, hablar de lolis es completamente normal ¿Cierto?, como sea, claro que no pasamos todo el rato hablando sobre eso.
— ¡No puede ser! ¡¿Seis diecinueve?! ¡Tengo que irme!
— Vete corre, yo pago todo. — Wasabi, eres grandioso.
— Gracias, adiós. — salí corriendo de ese lugar sin pensarlo dos veces.
Aun me falta cambiarme, así que debo ir al baño, pero bueno, solo espero llegar ahí temprano para Sahionje, ya anhelo verla con ese vestido del que me platico por mensaje.
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Los Silver Element
Teen FictionMi nombre es Estaban Radle, aparentemente soy un chico normal; sin embargo, hay algo diferente en mí, hay algo especial en mi genérica. Yo, junto con un grupo de chicos más, somos parte de una raza extinta conocida como, Los Silver Element. Es algo...