C-Dios, no lo aguanto más, ¡¿por qué me tiene que mirar así?!
D-Camila, tranquilízate.
C-¿Que me tranquilice? Cómo quieres que me tranquilice si no para de ponerme nerviosa cada vez que la tengo cerca.
D-Camila…
C-Ni Camila, ni Camilo. ¡Que me deje de mirar o que me diga que me quiere!
D-Lauren no va a hacer ni una cosa ni la otra. La chica es una cabezona y se le ha metido entre ceja y ceja que te mira como amiga, así que no va a parar.
C-Pues debería parar, voy a ir allí y le voy a decir: “¡Eh, tú, deja de mirarme así de una maldita vez!”
D-Nunca te había visto tan enfadada.
C-Buff, es que no la has visto, Dinah, no has visto cómo me miraba hoy. Y para colmo intento hacer contacto visual con ella y ¡pum! me aparta la mirada, ¿pero de qué va?
D-A lo mejor estás exagerando un poco, Camila.
C-¿Pero has visto los vídeos y los gifs? Que Lauren me mira así porque me quiere. Me quiere y la muy tonta no me lo dice. Se lo queda para ella.
D-Quizá Lauren te quiera, sí, pero estará demasiado acojonada como para decírtelo. Quizá por eso se conforma solo con mirarte.
C-Pues vaya forma de conformarse, ¡me saca loca! ¿Sabes lo que te digo? Que si ella no tiene el valor para venir y enfrentarme, yo sí lo tengo. Voy a ir a buscarla.
D-¡Camila, no! ¡Espera!
Camila salió hecha una furia del asiento del conductor del autobús. Dinah y ella habían elegido hablar de todo lo que estaba pasando con Lauren en esa zona para que nadie las escuchase. Camila atravesó todo el bus, con paso firme y mirada ardiente. Llegó hasta el final, hasta la zona de los sofás, donde veían pelis y pasaban el rato tranquilamente. Y allí se la encontró sentada leyendo un libro viejo.
C-¡Tú! Contigo quería yo hablar precisamente –Camila le quitó el libro a Lauren y lo lanzó lejos.
L-¿Qué haces? ¿Has perdido el juicio? ¡No sé en qué página estaba!
C-Deja el maldito libro en paz y hazme caso a mí.
L-¿Qué quieres?
Camila levantó a Lauren del sofá de un tirón y dijo:
C-Quiero que dejes de mirarme así y que me digas la verdad de una puta vez.
L-Camila…Es que tengo los ojos verdes y parece que tengo más intensidad en la mirada, pero te juro que te miro como a todo el mundo.
C-Lauren, por Dios, qué excusa más mala. No soy tonta, así que deja de tratarme como tal.
L-Camila yo…
C-Tú…
Camila estaba expectante, pero Lauren no abrió la boca, se quedó callada con la mirada baja, ahora no tenía valor para mirarla. Camila se desesperó y cogió a la chica de ojos verdes de la mano y la llevó hasta su corazón.
C-Lauren, solo late por y para ti. No me haces ningún bien mirándome así, lo único que haces es romperlo poco a poco, arrancando pequeños pedacitos cada vez que tus ojos me ven y desvían la mirada en cuanto yo te miro. Si no tienes valor para decirme lo que sientes, yo tendré el valor que tú no has encontrado: Lauren, te quiero, me gustas, me fascinas, estoy enamoradísima de ti. Tienes mi corazón en tu mano, ten valor de romperlo o de salvarlo.
Lauren levantó la mirada y clavó sus ojos en los de Camila. La pasión que desprendían aceleró el ritmo cardíaco de la chica de ojos marrones. Lauren, todavía sintiendo cómo Camila estaba más viva que nunca, se acercó rápidamente para besar a la chica de sus sueños. Lauren no podía creerse lo que estaba haciendo, se había imaginado ese momento mil veces en su cabeza y la realidad era mucho mejor. Su boca se movía por fin en los labios de Camila, labios que mordía y lamía con ardor. Decidió adentrarse en la boca de la chica de ojos marrones y recorrer toda la cavidad. Lauren terminó separándose porque no podía mantener por más tiempo lo que sentía por Camila dentro de su pecho.
L-Camila, te quiero. Te quiero desde el minuto cero. Eres la persona más maravillosa que he conocido y he sido una cobarde. Te quiero con todo mi corazón –Lauren le cogió la mano a Camila y la llevó hasta su corazón.
C-Desde el minuto cero, ¿eh? –Preguntó Camila juguetona.
L-Desde el minuto cero –Afirmó Lauren, besando a Camila de nuevo.
