Mi teléfono celular zumbó en mi bolsillo y después de confirmar que ninguna bibliotecaria me estaba mirando de mala manera, contesté. ― ¿Mamá? ―
― Buenas noticias ― Dijo ella. ― El trabajo terminó antes. Estoy de camino una hora antes de lo planeado y llegaré a casa pronto. ¿Dónde estás? ―
― ¡Hola! No te esperaba hasta más tarde. Justo ahora me estoy yendo de la biblioteca. ¿Cómo estuvo Nueva York? ―
― El norte de Nueva York estuvo… largo. ― Ella rió, pero sonaba agotada. ―Si esperas cuarenta y cinco minutos, te puedo llevar a casa. Estoy en la ruta 95, justo afuera de la ciudad. ―
Busqué alrededor un reloj. Antes de ir a casa quería ir al hospital para ver a Catalina.
― El asunto es que ― Le dije a mi mamá. ― Necesito visitar a Catalina. ¿Está bien si nos reunimos en casa? No voy a tardar mucho… lo prometo. ―
― Por supuesto. ― Detecté un poco de decepción. ― ¿Hay noticias nuevas? Esta mañana recibí tu mensaje acerca de su cirugía. ―
― Ya le hicieron la cirugía y en cualquier momento la estarán llevando a un cuarto. ―
― ______ ― Escuché que su voz se inflamaba con emoción. ― Estoy tan feliz de que no hubieras sido tú. No podría vivir conmigo misma si algo te hubiera pasado. Especialmente desde que tu padre nos…― Ella rompió en silencio. ― Nada más estoy muy feliz de que ambas estemos a salvo. Dile hola a Catalina de mi parte. Te veo pronto. Besos y abrazos. ―
― Te amo mamá ―
El Centro Médico Regional de la ciudad es una estructura de tres pisos construidos en ladrillo y con una acera techada que lleva hacia la entrada principal. Pasé por la puerta giratoria de cristal y me detuve en el escritorio principal para preguntar sobre Catalina. Me dijeron que hacía media hora que la habían movido a un cuarto y que las horas de visitas terminaban en quince minutos. Localicé los elevadores y presioné el botón que me elevaría al siguiente piso.
Cuando llegué a la habitación 207, empujé la puerta. ― ¿Catalina? ― Aparté un ramillete de globos que estaban tras de mí, atravesé el pequeño vestíbulo y encontré a Catalina reclinada en la cama, con su brazo izquierdo enyesado y colgado sobre su cuerpo.
― ¡Hola! ― Dije cuando vi que estaba despierta.
Catalina dejó escapar un lujurioso suspiro. ― Amo a las drogas. De verdad. Son fantásticas. Mucho mejor que un capuchino de Enzo. Oye, eso rimó. Enzo Capuchino. Es una señal. Estoy destinada a ser poeta. ¿Quieres escuchar otro poema? Soy buena improvisando. ―
― Eh… ―
Una enfermera entró calladamente y empezó a hacer ajustes alrededor de la VI de Catalina.
― ¿Te sientes bien? ― Le preguntó a Catalina.
― Olvida lo de ser poeta ― Dijo Catalina. ―Estoy destinada a ser una comediante. Toc, toc. ―
― ¿Qué?
―La enfermera entornó los ojos. ― ¿Quién es? ― Dijo ella.
― Garra ― Dijo Catalina.
― ¿Garra qué? ―
― ¡Agarra tu toalla que nos vamos a la playa! ―
― Quizá necesite menos analgésicos ― Le dije a la enfermera.
― Demasiado tarde. Le acabo de dar otra dosis. Espera a que la veas dentro de diez minutos. ― Ella salió por la puerta.
― ¿Y? ― Le pregunté a Catalina. ― ¿Qué es lo que cuentas acerca de la operación y todo esto? ―
― ¿La operación? Mi doctor es un culo-mantecoso. Así de cerca me recuerda a un UmpaLumpa. No me mires así. La última vez que vino, fue al Funky Chicken y siempre está comiendo chocolate. La mayoría de las veces son animales cubiertos de chocolate. ¿Conoces esos conejitos de chocolate que venden en pascua? Eso es lo que el UmpaLumpa cenó y un pato de chocolate en el almuerzo con un malvavisco amarillo como acompañante. ―
― Me refiero al veredicto…― Señalé yeso que la adornaba.
― Ah. Un brazo roto, una concusión y varios cortes, rasguños y moretones. Gracias a mis reflejos rápidos, salté fuera del camino antes de que pudiera sufrir peores daños. Cuando se trata de reflejos, soy como un gato. Soy Gatúbela. Soy invulnerable. La única razón de que él pudiera hacerme daño fue por la lluvia. A los gatos no les gusta el agua. Nos afecta. Es nuestra kriptonita. ―
―Lo siento tanto ― Le dije a Catalina con sinceridad. ― Debería ser yo la que estuviera en la cama del hospital. ―
― ¿Y coger todas las drogas? Ah-ah. De ninguna manera. ―
― ¿La policía ha encontrado alguna pista? ― Pregunté.
― Nada, zilch, cero. ―
― ¿Ningún testigo? ―
― Estábamos en un cementerio en medio de un aguacero ― Señaló Catalina. ― La mayoría de la gente normal estaba bajo techo. ―
Ella tenía razón. La mayoría de la gente normal estaba bajo techo. Por supuesto Catalina y yo habíamos estado afuera… junto con la chica misteriosa que siguió a Catalina cuando salió de la tienda.
― ¿Cómo pasó? ― Pregunté.
― Estaba caminando al cementerio como habíamos planeado, cuando de la nada escuché pasos que se acercaban desde atrás― Explicó Catalina. ― Ahí fue cuando miré hacia atrás y todo fue demasiado rápido. Hubo un flash de una pistola y él arremetiendo contra mí. Como le dije a los policías, mi cerebro no estaba exactamente transmitiendo ‘coge una ID visual’. Era más como ‘¡Santos espectáculos fenomenales, estoy a punto de que me mataran!’ Él gruñó, me golpeó tres o cuatro veces con la pistola, agarró mi bolso y corrió. ―
Estaba más confundida que nunca. ― Espera. ¿Era un chico? ¿Viste su cara? ―
― Por supuesto que era un chico. Él tenía ojos oscuros… ojos color carbón. Pero es todo lo que vi. Él llevaba puesta una máscara de esquiar. ―
Cuando mencionó la máscara de esquiar, mi corazón comenzó a latir rápidamente. Era el mismo chico que saltó frente al Neón, estaba segura de eso. No lo había imaginado. Catalina era la prueba. Recordé la manera en que desapareció toda la evidencia del choque. Quizá tampoco había imaginado esa parte. Este chico, sea quien fuera, era real y estaba ahí afuera. Pero, si no había imaginado los daños al Neón ¿Qué pasó en realidad esa noche?
¿Mi vista o mi memoria fueron de alguna manera… alteradas?
Después de un momento, un montón de preguntas secundarias corrieron a mi mente. ¿Qué quería él esta vez? ¿Tenía él alguna conexión con la chica que estaba a fuera del Victoria’s Secret? ¿Sabía él que yo estaba de compras en el muelle? Llevar puesta una máscara constituía un plan avanzado, así que él debió haber sabido de antemano dónde yo iba a estar. Y él no quería que yo reconociera su rostro.
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-A
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Ángeles Caídos.. {Liam & Tú}
Fanfiction¿Estarían dispuestos a saber la verdad sobre los ángeles? Será demasiado arriesgado para todos ustedes. ¿Qué harías si un día te enteras que la persona que conoces, es un ángel? ¿Un ángel caído? ¿Raro, verdad? Arrancan sus alas y son arrojados a la...