Capítulo Décimo; Hoy me caso Pt 1

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Mi casa es acogedora pero preferiría mil veces vivir en el campo.

Al llegar a la mansión lo primero que hice fue correr al baño y tomarme una ducha, estaba exhausto del viaje y necesitaba relajarme.

En la trayectoria mi móvil no paraba de sonar.

Esas tontas notificaciones de las redes sociales ya me tenían loco, no paraban de molestar.

Me pedían fotos sexy.

No puedo comprender como las personas pueden ser tan directas.

Pero yo seré bueno, no las dejaré tristes.

Yo tenía un defecto y era que me encantaba presumir mi cuerpo en las redes sociales, por eso no reprendía a mi hija por sus gustos de otro mundo ya que todo el mundo tiene el derecho de hacer lo que quiera y nadie está capacitado para juzgar

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Yo tenía un defecto y era que me encantaba presumir mi cuerpo en las redes sociales, por eso no reprendía a mi hija por sus gustos de otro mundo ya que todo el mundo tiene el derecho de hacer lo que quiera y nadie está capacitado para juzgar.

(...)

Al salir del baño Rosa tocó mi puerta y me avisó que tenía visita.

No me explicaba cómo podría tener visitas a cincuenta minutos de haber llegado.

Bajo un poco molesto y al pisar el último escalón persibo esa mirada penetrante.

Dios mío, no puede ser.

Mis manos comenzaron a temblar y mis mejillas comenzaron a sonrojarse, a mi cuerpo lo invadió una ola de calor inexplicable.

○ Hola, disculpa por molestar pero es que estaba de paso y quise visitarte - expresó con una sonrisa en su cara.

● N-no  ha-hay problema.

Dios, cálmate, pareces un chico de preparatoria.

● Siéntate por favor... y no pasa nada a mi casa podrás venir las veces que quieras - dije en un estado más calmado.

○ No es necesario, sólo vine a decirte que te vengo a invitar a una salida de dos, para retribuir todo lo que me has ayudado - propuso acomodándose el cabello detrás de la oreja y sus ojos apuntando al suelo con una semi sonrisa.

● Sabes que no me debes absolutamente nada, lo que hice lo pudo haber hecho cualquier persona, pero de todas formas acepto tu invitación - respondí sonriendo buscando la forma de encontrarme con sus ojos cabizbajos.

Sin más ni menos sostuvimos una breve charla y después la acompañe a la salida.

● Bueno hasta mañana - expresé recogiéndome el cabello.

○ A las cinco en la playa ¿okay? - dicho esto se marchó.

(...)

Martes en la tarde.

Nos encontrábamos sentados sobre la arena observando la hermosa tarde, el paisaje era realmente seductor, como si una fotografía irreal hubiera sido plasmada en este sitio.

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