Capítulo 15

6.4K 1K 709
                                    

Se suponía que cuando estabas enamorado veías todo de color rosa, sonreías todo el tiempo y disfrutabas de buenos momentos, viviendo al máximo.

Pero era como si en vez de toda esa felicidad, un gran ahogo estuviera consumiendo a SeokJin. No podía sonreír ni siquiera, no podía mirar por más de dos segundos a NamJoon porque allí estaba, esa mujer, vigilándolo y observándolo tanto que parecía odiarle, con esa mirada tan profunda que solo quería ir a donde ella y preguntarle si todo estaba bien con ella.

Ya habían pasado un par de semanas desde que su puesto de trabajo había cambiado, ahora estaba con Park Jimin, aquel divertido joven el cual se la pasa bromeando, riendo y mostrando una hermosa sonrisa a todos los trabajadores del lugar. SeokJin no se sentía incómodo o cansado al trabajar con él, al contrario él era tan movido en todo lo que hacía que SeokJin prácticamente no hacía nada interesante más que pasarle recados de Hani y llevarle un buen café. Hasta se podría decir que SeokJin agarró un gran cariño por él, tanto como Jimin por SeokJin, hasta el punto de invitarle a su maravillosa boda.

Por otro lado ya no podía hablar con NamJoon como antes, no cuando su esposa estaba merodeando por la empresa, pareciendo vigilar a su esposo al mismo tiempo que lo llenaba de mimos y besos.

SeokJin estaba cansado, se sentía tan triste, celoso, enojado.

Frustrado.

Quería ir con NamJoon y besarlo tan profundo que lo hiciera olvidar del infierno que estaba viviendo, que le hiciera olvidar que no podían amarle libremente como querían.

A penas y habían salido juntos a cenar en un restaurante privado, con comida cara y deliciosa, pero no era tan divertido cuando tenían que mantener un perfil bajo y solo podían besarse en el auto del mayor, escondidos por allí.

No era divertido, no más. SeokJin ni siquiera sabía si aquello iba a funcionar, sus ojos dolían por las noches que lloraba mientras hablaba con NamJoon, teniendo que callar sus llantos mientras escuchaba la voz preocupada de NamJoon, su voz triste, apagada y desesperada.

No tenía que ser así, tan difícil.

—Buenos días Hani. —dijo SeokJin tomando un sorbo de su café.

—Buen día SeokJin. Espera, NamJoon me dijo que antes de que pasaras a tu lugar designado, pasaras a su oficina. —casi sintió sus piernas fallarle. Con su boca seca, caminó hacia la oficina de NamJoon, y a penas SeokJin se asomó por ella, NamJoon corrió a besarlo, tan profundo y tan duro que SeokJin solo jadeó entre el beso, abrazando a NamJoon con necesidad, una que nunca antes había sentido.

Se quedaron en silencio un largo rato, ambos abrazados, sin moverse, sin importarles que pasaran minutos allí parados, sin decir nada, solo disfrutando del calor corporal del otro, transmitiéndose cuanto se extrañaban.

No era bueno necesitar de alguien tan fuerte, claro que no lo era, pero sentir a NamJoon cerca lo tranquilizaba, lo hacía feliz. No tenía que besarlo, no tenía que abrazarlo o tenían que tener sexo, era más que eso, SeokJin solo quería que tomara su mano, quería que le dijera te amo con solo su sonrisa y ojos.

No necesitaba nada más.

—No sabes cuánto te extraño, esto es una tortura. —le dijo NamJoon posando sus labios sobre la nariz de SeokJin. Él solo asintió y aspiró profundo el aroma de NamJoon, guardando en su mente cada uno de sus momentos juntos en ese instante, haciéndolo antes de que Wendy llegara y tuvieran que disimular—Te necesito tanto que tengo miedo de perderte, tanto que duele. Te necesito tanto SeokJin.

El menor solo asintió, tomando las mejillas de NamJoon y mirando a sus ojos, dejándole ver como se sentía.

—¿Cuándo vendrá Wendy? —preguntó SeokJin mordiendo su labio inferior.

Bonsoir Monsieur [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora