Capitulo 3

138K 10.8K 9.7K
                                    

Sábado 8 de Septiembre

¡Tarde!

Como no, vuelvo a llegar tarde. Y aunque no sea una clase oficial, no creo que al señor Coleman le haga mucha gracia el hacerle esperar.

No se que me pasa últimamente que me cuesta tanto despertar.

Oh esperen, ya lo recuerdo. Es el hecho de que cada noche desde que he llegado a esta universidad nuestro vecino no deja de dar fiestas.

La música es horrible, salida del mismísimo infierno que retumba contra nuestras paredes. Y para ser el colmo esta noche Lisa acudió a la fiesta para después meter al escandaloso vecino a su cama.

Nadie se puede imaginar la vergüenza que pasé al escuchar a mi compañera de cuarto teniendo relaciones sexuales a pocos metros con Paul Parker.

No voy a catalogarla o ponerle etiquetas absurdas porque ella realmente me cae bien, pero su forma de vivir al limite me tiene descolocada.

Y si, para mi vivir al limite seria tener sexo con prácticamente un desconocido, que es lo que Paul es para ella.

¿A quien engaño? Para mi vivir al limite seria tener sexo directamente. Pero tampoco es algo que busque y necesite, realmente estoy bien así.

El sexo es algo que a todo el mundo tiene loco y las hormonas traicionan tu cuerpo haciéndote desearlo. Pero no soy la persona indicada para hablar de ello teniendo en cuenta que juré llegar virgen al matrimonio. ¿Creencia? No, claramente no es por eso ni por seguir una religion que te vea como pecadora si no te casas pura.

Simplemente creo que algún día alguien que esperó tanto como yo se cruzará en mi camino y seremos uno para el otro.

Vivo en un mundo de fantasía lo se, y debí hacer caso a mis padres cuando me recomendaron dejar de ver tantas películas Disney. ¿Que tienen de malo? Quizás ser una ilusa y acabar muriendo virgen, sola, rodeada de gatos. Bueno, al menos me gustan los gatos.

Siempre intento ver el lado positivo aunque no lo haya, pero esta vez no lo veo. No veo lo positivo por ningún lado mientras me adentro a la clase ahogando un gemido de cansancio por haber corrido a través de todo el campus.

-Llega tarde señorita Sullivan.

La voz del profesor me hace temblar mientras me disculpo y camino hasta tomar asiento en primera fila frente a su escritorio. Puedo jurar que mi pelo está hecho un desastre así que paso los dedos a través de este esperando que quede mejor pero desgraciadamente no tengo un espejo para verme.

Seria gracioso ante la mirada amenazante del profesor verme en un espejo mientras me arreglo en medio de su clase, el ardería en cólera.

-¿Me ha escuchado Victoria? -regaña el profesor mientras avergonzada niego con la cabeza. -Si va a tomarse esto a cachondeo le recomiendo que no me haga perder mi tiempo.

-No, lo siento mucho, es solo que no duermo bien últimamente.

-¿Y eso porque?

Su pregunta me sorprende ya que no pensaba que sentiría curiosidad por mi vida.

-Mi residencia es tanto para mujeres como para hombres, mis vecinos no son muy considerados y desde que llegamos dan unas fiestas muy escandalosas.

-Entiendo. -dice levantándose de su asiento para caminar hacia mi.

Admiro su elegancia al caminar una vez mas, como su cuerpo es apretado por ese traje negro que marca cada uno de sus músculos. Jamas me he fijado en un hombre como el, tan atractivo y mayor. Y es porque nunca alguien me hizo sentir tan incomoda, nerviosa, asfixiante y acalorada.

-Se a que residencia se refiere, es la única de ese tipo en el campus. -dice mientras se para frente a mi mirándome desde su altura. -Me encargaré de que su sueño no vuelva a ser interrumpido Victoria.

¿El haría eso? Quizás no sea tan malo después de todo.

-Gracias señor...

-Puedes llamarme Thomas, solo aquí.

Thomas. Quiero saborear su nombre entre mis labios una y otra ves pero debo contenerme y no parecer una lunática. Sonrio asintiendo encantada por saber como se llama el profesor que tanta curiosidad despierta en mi.

Sus labios comienzan a moverse y es entonces que entiendo, la clase particular a comenzado.

No puedo prestar demasiada atención a sus palabras como lo hago con sus labios mientras se mueven. Son perfectos, no me fijo demasiado en los labios de otros hombres, pero los de mi profesor de anatomía me distraen sin poder evitarlo.

¿Cuantos años tendrá el? ¿Es demasiado mayor para mi? Aquellas preguntas rondan mi cabeza y me regaño internamente. El no es el adecuado, de seguro tuvo mas mujeres en la cama de las que puedo imaginarme.

Solo hay que verlo y aunque parece que todos sus alumnos lo detestan y lo hacen, sus alumnas suspiran por el. Porque aunque sea despiadado su atractivo parece compensar el mal carácter.

-¿Entendiste?

Asiento sin saber seguro lo que realmente dijo mientras muerdo mi labio inferior haciendo que la mirada de Thomas baje a mi boca. ¡Mierda! Su nombre suena demasiado bien en mi cabeza.

-¿Que dije? -pregunta cruzándose de brazos esperando una respuesta.

-Que las células madres tienen la capacidad de originar cualquier otra célula del tejido conectivo. -me libré.

-Muy bien. -dijo sonriente. -¿Tienes alguna pregunta hasta aquí?

-¿Está casado?

Sin pensarlo dos veces aquella pregunta abandona mis labios. Siento el calor aumentar sobre todo en mi rostro mientras me maldigo una y otra vez ante tan impertinente pregunta.

No voy a negar que es algo que me gustaría saber pero creo que debí haberme quedado con la curiosidad.

Los orbes verdes de Thomas me examinan detenidamente hasta comenzar a acercarse una vez mas y sentarse sobre la mesa frente a mi. El sabe de su propia elegancia y en este momento las palabras de Lisa rondan mi cabeza. El es narcisista.

-¿Que tiene que ver eso con la clase señorita Sullivan?

-Lo siento, yo no se porque pregunté eso. -dije avergonzada. -Creo que esto no fue una buena idea, debería estudiar por mi cuenta como todos los demás.

Con agilidad me levanto de mi asiento y tomo la pequeña mochila que he traído. Lo único que contiene es un bolígrafo y una pequeña libreta que ni siquiera me he dignado a sacar. Muero de pena y quiero abandonar el lugar cuando la mano del señor Coleman toma mi brazo.

¿Porque vuelvo a pensar en el como señor Coleman y no Thomas? Me gusta Thomas.

-No estoy casado. -dice sorprendiéndome. -Vuelva a su asiento Victoria, quiero que apruebe este examen.

-¿Por que?

-Para así dejar de verte, no es bueno. -dijo tuteándome.

¿Que no es bueno verme? ¿Para el?

Sus palabras confunden mas mi cabeza pero obedezco volviendo a tomar asiento. Soy inteligente pero el juego de palabras nunca fue lo mio.

No lo entiendo.

¿Tan mal le caigo?

¡Si señor! © +18 | Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora