¡No Me Casare! ~YoonMin \ Y.M.

Sia III

Mal. Si. Todo estaba mal. La cabeza le quería explotar con ese impresionante dolor que se acomodaba perfectamente entre los laterales de la cabeza del menor quien suspiraba y respiraba un fuerte aroma que lo dejaba mariado y ciertamente muy confundido.

- Jiminnie... Que bien que ya despertaste.— dijo aliviado Tae, sosteniendo un pedazo de algodón mezclado con alcohol en una mano. Jimin lentamente se empezó a acomodar en su asiento, era muy blando y sueve dándose cuenta que era un tipo sillón de agua, color marrón primaveral con cojines negros y blancos; dirigiendo una mirada distraída por el lugar, pudo percibir el suave tono de las paredes siendo estas un lila pálido con bordeados blancos las cuales estaban adornadas con las fotos de su hermano y un pequeño chico a su lado, el pelimostaza se veía demasiado feliz con aquel pelichocolate siempre entre sus brazos, a quien veía tiernamente y cuidaba con una inmensa mirada pura de amor, se los veía en distintos paisajes, ambos sonriendo y en algunas compartiendo besos al igual que caricias inocentes, de el techo suspendido en el aire encimado en permanecer tranquilo, se alzaba un bello candelabro de cristal acompañado de pequeñas gemas incrustadas en su estructura, claro que eran falsas como los veredictos de los antiguos reyes, también se hacía resaltar que, al parecer, tenía diseños coloniales los cuales contrastan notablemente con el resto del departamento moderno con una pantalla plana de 50 pulgadas como centro de la línea suspicaz de los pequeños filtros de luz confundiendo perfectamente la veracidad de un color con el reflejo de el candelabro cristalizado, el cual alardeaba de sus proezas con dureza, encima de la mesilla de delicado conjunto airoso los cuales gritaban su pertenencia a las épocas del antiguo emperador prestigiado y halagado con total fe de pecadores, sus detalles consistían en cortinas de viento y llameante fuego relampagueando con devoción a la lluvia de gélido parecer, acomodadas en una estructura vertical enrollándose a lo largo de su camino espinoso, varios sillones encapotados alrededor de la mesilla consistían la pequeña sala siendo esta acogedora y hogareña, un mueble con cajones grandes también resaltaba al lado de una pared sosteniendo también retratos de la futura familia feliz de aquellos jóvenes chicos. Todo parecía en su punto, era simplemente tan bien conjugado que era digno de un diseñador de fotografía. Al terminar aquella inspección recientemente ejecutada pudo percibir con mayor claridad aquel olor que lo descolocó y ponía tan ansioso y desesperado.

Con una mano trato de alejarlo pero aquella esencia se volvía más fuerte con la brisa, Jimin abrió y cerró los ojos tan rápido como pudo y preguntó.— ¿Qué pasó? — Taehyung, un poco molesto, soltó un ligero gruñido que logro repasar los nervios del ojiceleste quien trago duro y trato de no intimidarse ante la presencia del alfa—

- Mejor toma esto— le dio dos píldoras blancas sirviendo un poco de agua con un toque Celestino en un vaso de matices oceánicos. — Tu aroma esta empezando a hacerse más intenso, incluso mas que antes y es molesto tener que morder a cada alfa idiota que venga a querer marcarte— contestó irritado pero claramente sincero, Jimin recién pudo percibir que su hermano se encontraba solo en camisa notando una venda cruzar por su hombro y casi imperceptibles rasguños en el rostro ceniciento y cansado de aquel joven alfa quien tenía los ojos rojos en ese momento, no era tan intenso por lo cual aún se podían ver pequeñas motas doradas en su iris, gama nato de sus bellos ojos oro. Sus manos, también dejaban ver su ardua lucha, puesto que las largas uñas afiladas y destructivas, estaban aún extendidas colgando de estas suciedad y gotas de sangre, casi tan intensos como sus pupilas.

El omega atendió rápidamente al llamado de su lado protector y servicial dejando las pastillas en la mesa de cerámica blanquecina, acercándose al pelimostaza quien gruño bajo al ver a su pequeño omega moverse despreocupadamente con el celo aun inatendido.

-Ha mi no me gruñas— contesto el rubio desabotonando la camisa de Taehyung con una alarmante preocupación que le hacía picar sus brazos, al finalizar vio que la venda con la cual había sido cerrada sus heridas estaba completamente manchada de sangre que cruzaba desde la clavícula derecha hasta la costilla menor izquierda, Jimin miró eso un momento y luego cubrió sus labios con sus dos manos pequeñas y suaves de bebé, quería llorar pero no podía, le había prometido a su madre cuando supo que era omega que no lloraría.—Lo siento...— volvió a hablar tajante y sin hacer notar aquella sensación de culpabilidad congénita, Tae sabía lo que había ocurrido con Jimin por lo cual no comento nada acerca de su falta de emociones, solo suspiro y se volvió a abotonar la camisa para luego abrazar al pequeño omega que lo correspondió inmediatamente. — Enserio perdóname...—