Dedicado a AcidRain9
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“Nunca nadie me dijo que el dolor se sentía como se sentía el miedo”
— C. S. LewisUnas cuantas horas después, tanto él como el capitán Akagami Shanks como el marimo estaban atentos a cada palabra que el doctor Trafalgar Law soltaba por su boca, en referencia al estado de su hermano Ichiji. ¿Cómo pudo ser tan inconsciente como para dejarlo solo, después de todo lo que estaba sucediendo? Aunque era cierto que se había enterado aquel mismo día del peligro que su familia corría por culpa de Big Mom, eso no justificaba el no preocuparse en casi ningún momento por la salud y la seguridad de Ichiji.
Y, ahora, su hermano había sido violado de una de las peores maneras inimaginables.
No podía borrar de su mente la imagen que vio cuando, preocupados por el pelirrojo, él y Zoro habían llamado a la policía y, junto con Akagami, habían irrumpido en la mansión Charlotte-Vinsmoke... aunque demasiado tarde. Cuando entraron en el dormitorio principal, su hermano aún yacía sobre la cama, encogido sobre sí mismo, con los ojos azules, sin brillo, mirando a la nada, mientras sus uñas se clavaban en sus costados mientras se abrazaba con, quizá, demasiada fuerza. Su cuerpo presentaba visibles marcas rojizas de arañazos y mordiscos, mientras que de su ano aún salía una mezcla de semen reseco y sangre, debido a los múltiples desgarres que había en su interior, según le habían dicho Law.
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Cuando salieron de la consulta, Sanji se llevó a Ichiji a su casa y lo acostó en su cama y, cuando comprobó que este estaba profundamente dormido, bajó al salón para hablar con los dos hombres.
–Me han llamado del Departamento -anunció el policía pelirrojo, entrando a la casa desde el balcón donde se había encerrado para hablar en privado por teléfono–. Han ido a la mansión Vinsmoke para detener a Judge pero este también ha desaparecido.
–Podría ser que se esfumó a otra parte al verse atrapado -supuso Zoro, recostándose en el sillón donde estaba sentado. Podría parecer que estaba de lo más tranquilo, pero la tensión extra, casi imperceptible, que se le notaba en su cuerpo lo traicionaba.
Shanks, por su parte, se quedó mirando al peliverde durante más tiempo del necesario.
–¿Podrías volver a repetirme tu rol en todo esto?
–Digamos que soy un antiguo empleado del Imperio mafioso que Big Mom ha creado durante todos estos años -le explicó el marimo por lo que sería la décima vez.
–¿Y por qué debería confiar en ti? -fue la siguiente pregunta del policía mientras se sentaba en el sofá.
–Si yo fuera del bando de Big Mom, ni siquiera estaría aquí y, posiblemente, Sanji tampoco -contestó Zoro, señalando al aludido quien se sentó entre él y el pelirrojo.
–El caso es que podemos confiar en él, señor Akagami. Le doy mi palabra -dijo el rubio, mirando de forma franca y sincera al mayor quien asintió, finalmente convencido.
–Disculpadme si fui grosero, pero me encuentro en una encrucijada con todo este caso -murmuró el pelirrojo, dejando caer la cabeza en el respaldo del asiento–. Big Mom no es una mujer cualquiera; es más astuta de lo que parece, y también muy cruel, teniendo en cuenta que no tiene reparos al utilizar a su familia en su beneficio y en raptar a los insurgentes como lo ha hecho con Katakuri.
–Tenemos que hacer algo -susurró Sanji, con la vista clavada en las escaleras que conducían al piso de arriba donde se encontraba Ichiji, su pobre hermano mayor, durmiendo tras la horrible pesadilla que había vivido horas antes por culpa de un hijo de puta que no tenía más entretenimiento que pillarle desprevenido para hacer lo que se le antojara con el joven pelirrojo.
–¡Buenas noticias al fin! -exclamó Shanks de repente, quien tenía la mirada clavada en el mensaje que había recibido- Han atrapado a Oven y a Daifuku. Es hora de averiguar unas cuantas cosas.
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Don't Touch Me
FanficEl silencio impuesto entre ambos era único e inigualable. A pesar de lo mucho que tenían que contarse, ninguno de los dos hablaba; dejaban que el reloj parloteara con su «tic, tac» hueco, mientras cruzaban miradas, uno en cada punta de la habitación...