Capítulo 30 💕

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Shawn y yo estábamos acostados de cabeza (las cuales colgaban)  sobre el sillón del estudio, tratando que la sangre bajara a nuestros cerebros para darnos ideas para su tercer álbum. Demonios, esto de escribir canciones sería tan complicado, nada comparada a la facilidad con la que podía llegar a escribir novelas en Wattpad, digo, lo hacía cuando estaban en secundaria. En fin, solo estábamos en el estudio de Nueva York, pensando mientras escuchábamos música y esperábamos por la comida rápida que habíamos ordenado minutos atrás.

  — ¿Y si hacemos una canción sobre..? —preguntó Shawn, dejando la frase a medio terminar, esperando a que yo contestara con una gran idea. El silencio reinó por unos segundos hasta que una idea apareció por mi mente.

  — Podría ser cuando te pones nervioso alrededor de la persona que te atrae o te gusta, algo así como cuando ves a tu crush.

—  ¡Sí! Me parece una excelente idea Mads.

— Lo sé, lo sé. Siempre doy muy buenas ideas.

— Cálmate ángel, el álbum debe tener, por lo menos, catorce canciones.

— Buenoo, pero ya llevamos dos: Lost in Japan y esta, que está en proceso de ser creada; ¿cómo se va a llamar?

  — ¿Qué tal Nervous? —alcé una ceja, era un nombre sencillo y simple, un poco obvio, pero sonaba genial—, ¿qué? Sabes que suena genial, no lo niegues.

— Agh, sí, sí sí; es genial. Odio darte la razón, te pones insorportable.

— ¿Yo? Pfff, nunca— solo lo miré divertida.

— Ya, bájale.

—Uyy, qué genio tienes Madison.

— Pues si quieres me largo y a ver quién te ayuda—ambos sonreímos, así se había estado desarrollando esta extraña relación.

Los últimos días han sido extremadamente raros. Algunos habían sido tranquilos y divertidos, gracias al tiempo que pasaba con Shawn; seguía en contacto con Tom, ya no tanto como antes, pero en cada videollamada o una simple llamada era suficiente para alegrarme el día. Pero, no todo podía ser perfecto. Los comentarios de odio no se hicieron tardar en aparecer, y cada día aumentaban notoriamente, provocando así ataques de ansiedad más frecuentes en mi vida. 

Dios, era en verdad una de las peores cosas que podían ocurrirme en un día. Por suerte Shawn, Harrison y ocasionalmente Elisa (quien recibió un contrato de modelaje, lo cual me enorgullecía de ella, pero la mantenía lejos y ocupada) estaban ahí, tal vez lejos, pero lo estaban.

Varios días habían pasado desde ese día en el que a Shawn y a mí (principalmente a mi, claro está) se nos ocurrió la canción de Nervous. Ahora me tocaba ir de nuevo al estudio, pero antes de eso tenía que arreglarme aunque fuese un poco.

Buscando, entre las prendas de ropa colgada de mi armario, qué ponerme y que combinara con el pantalón de mezclilla oscuro que traía y con los zapatos blancos que tenía en mente, me llevé una gran sorpresa. Corriendo los ganchos de un lado a otra, una sudadera que tenía demasiado tiempo de no ponerme, me llevó de vuelta al pasado, recordándome a él. A pesar de haber terminado, aún hablábamos uno que otro día, pues ambos llevábamos una vida y agenda ocupada. Una de las conversaciones que más recordaba a diario era la videollamada en la que llegamos al acuerdo de nuestra ruptura. Las palabras seguían grabadas en mi mente, y sin embargo no dolían como pensé que lo harían. Me tenían muy confundida, pero sobre todo, las últimas que dijo. Ocurrió en la noche de Londres y en la mañana de Los Ángele, traía esa misma sudadera justo antes de que me fuera a dormir.

—Hey Mads— dijo con aquella sonrisa que en esos días me derretían y volvían loca.

—Hola Devs, ¿qué tal las cosas?

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