Bajo la luna 🌙 [Caché] || One Shots [TERMINADA]

¿Lo intentamos? [parte 1]

Pov. Poché

— ¿Ya llegamos? — preguntó por enésima vez

— aún no — respondí suspirando. No sé como en mi cabeza creí que esto sería una buena idea.

Llevábamos 40 minutos caminando y según el gps aun faltaban otros 20 para llegar

— ¿Falta mucho?

— No, no creo — mentí — Ya estamos cerca.

— ¿Sabes? Cuándo me dijiste que me sorprendería mi regalo. No me imaginé algo así.

— Lo siento Calle — me disculpé — no creí que fuera tan malo.

Suspiró y se paró para quitarse el saco por el calor — estamos en medio de la nada Poché, si no te quisiera tanto, te mataría en este mismo instante.

— lo sé, lo siento. Se suponía que esto iba a ser una aventura increíble y no esta tortura — me disculpé de nuevo mientras la veía luchar contra los mosquitos.

Me paré y saqué el repelente de mi mochila.

Me acerqué a ella para ayudarla, tomé su brazo derecho y le puse el repelente sobando con cuidado cada pequeña parte, luego hice lo mismo con el izquierdo evitando su mirada en todo momento.

Me sentía tan culpable. Yo nos había metido en esto y seguro ahora mismo ella estaría odiandome.

— Gracias — dijo tímidamente cuando termine y yo asentí forzando una sonrisa.

— será mejor que sigamos. Debemos llegar a a casa antes de que anochezca — le dije guardando el pote de nuevo en la mochila.

Esta vez ella se puso a mi lado y tímidamente tomó mi mano entre las suyas sin decir nada. Ese pequeño gesto devolvió un poco de tranquilidad a mi cuerpo, al menos no estaba tan brava como pensaba. Seguimos caminando y a lo lejos pudimos ver por fin la silueta de aquella pequeña casa de los folletos de publicidad, entre los árboles.

¿Quién diría que la promesa de un lugar para desconectarse del mundo, fuera tan literal?

Nos miramos instintivamente y sonreimos. Por fin habíamos llegado.

Caminamos más rápido con la firme necesidad de descansar después de tanta caminata, pero nos dimos con la sorpresa de que la subida hacía la casa, estaba compuesta por una serie de puentes colgantes que parecían muy poco seguros y unas cadenas con candados suspendidos para evitar la entrada a cualquier extraño.

— ¿Al menos sabes si eso es seguro? — me preguntó Daniela temerosa.

Asentí dudando, más para darle a ella la confianza que yo misma no tenía.

— ok — aceptó mirando hacia arriba — entonces vamos. No vaya a ser la de malas y algo se nos cruce en esta pinche selva.

Asentí y saque el juego de llaves que me dieron en la caseta al inicio del viaje y abrí el primer candado. El cerrojo se abrió con un tenue sonido a metal oxidado y subimos por el primer puente.

— ¡Oye espera! — me detuvo Calle

— ¿Qué?

— ¿No recuerdas lo que dijo el cuidador?

Negué — ¿Qué dijo?

Entorno los ojos — que cerramos por dentro por seguridad.

— Ah si. Cierto — le di una sonrisa mordiendome los labios. — Ya lo cierro

Lo hice y seguimos caminado. El puente se movía un poco pero una vez tomamos confianza avanzamos más rápido. Yo sólo quería llegar a la cabaña y descansar por fin junto a Daniela.