capítulo 17 º^º

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Tanto Nono como Xanxus estaban bastante acostumbrados a ver cosas que los demás considerarían fuera de lo normal, y aun así... contando con la experiencia de este mundo en el que vivían, no pudieron evitar asombrarse por lo aterrador que podía llegar a ser el pequeño... hasta podrían llegar a compararlo con Reborn en uno de sus malos días.

Sentían que el mundo ese día se encontraba en su contra, y como si no fuera ya suficiente humillación el que un niño les estuviera causando un terror y dolor tan grande como el que solo el mejor Hitman del mundo podía causar... el fantasma del fundador de Vongola se encontraba disfrutando del show, y riendo con su sufrimiento... y en momento hasta alentando al pequeño a que fuera más cruel. A pesar de haber intentado de escapar fue inútil, ya que el pequeño los atrapo y los hizo sufrir aún más por haberlo intentado sin logro alguno.

Ambos hombres tenían el orgullo destruido más que nada Xanxus, el cual ya de por si era realmente orgulloso... y el niño solo había pisoteado la poca dignidad que sentía le había quedado luego de asustarse por este.

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-Muy bien abuelito, Xanxus-nii... creo que es necesario algunas cosas de suma importancia- menciono el pequeño tranquilamente sentado en el que era el asiento de Nono, el castaño imponía con postura firme, unos ojos tan fríos como el hielo... este se encontraba cruzado de piernas y mostrando orgullosamente las llamas que habían sido heredadas por años a los Vongola, casi se podía decir que parecía un pequeño Primo.

-No me interesa Yoshi, suéltame... no tengo porque soportar esta porquería, yo también tengo cosas que hacer, no tengo tiempo para tus jueguitos- Dijo enfurecido el jefe de Varia, causando que el anciano jefe a su lado comenzara a rezar a todo dios que existiera por la salvación de su alma... y que el rubio fantasma sonriera expectante de lo que pasaría.

-Ya veo... creo que una charla no será suficiente, sino que también necesitas aprender un poco de modales... no es amable de tu parte el comportarte de esa manera, yo que eh sido tan amable... creo que lo mejor es demostrarte que compasión por tu alma no significa debilidad...- Y con una sonrisa tan sádica como las que solo un azabache de patillas podía hacer comenzó a acercarse a sus pobres víctimas.

El pobre del noveno rezaba a los dioses tanto como maldecía a su hijo por ser tan estúpido y causar algo que no podría detener ni en sueños. Si sobrevivían al castigo del castaño, estaba seguro de que tendría mas de un trauma de por vida.

Ese día por la mansión se pudieron apreciar gritos de dolor y agonía, los cuales pedían ayuda incluso al diablo de ser necesario para salvarse... lo cual no sucedió.

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-Fue un gusto hablar con ustedes... aunque espero que no sea necesario hacerlo nuevamente- Dijo el chico mientras caminaba hacia la salida de la oficina con una sonrisa dibujada en su rostro.

Dentro de la oficina se encontraban los dos hombres con un trauma de por vida, y algunas quemaduras y moretones, y en la esquina de esta el fantasma que había observado todo lo sucedido solo se reía a costa del sufrimiento de los tontos que se habían atrevido a molestar al pequeño.

El castaño se encontraba de muy buen humor, ahora que había logrado que no lo separaran del Hitman solo necesitaba crecer y volverse lo suficientemente fuerte como para que este lo acepte como su pareja. Camino hacia la cocina y pidió a las sirvientas que le llevaran un pastel de fresas y crema al patio, que comería mientras esperaba que el azabache lo viniera a buscar.

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En la mansión Cavallone se encontraba un rubio tirado en el suelo luchando por respirar, luego del entrenamiento que el Hitman le había impuesto apenas se podía mover.

-Dame, tengo que irme... pero eso no significa que puedas escapar, continua con el entrenamiento... claro, solo si sabes lo que es bueno para ti- menciono mientras que se marchaba sonriendo como solo es sabía.

El rubio sabiendo que no había mentiras en las palabras del hombre asintió varias veces, sabia que lo mas probable era que el infierno se viese hermoso al lado de lo que el de cabellos azabache les haría ver.

Rápidamente el azabache se marchó en dirección a la mansión Vongola, ya era costumbre para el estar cerca del pequeño, el no tenerlo cerca se le hacia raro... y aun mas extraño para el era, no poder resistir ese sentimiento de dependencia, de cariño... y de alguna manera tampoco deseaba reprimirlo. El viaje se hizo corto, metido en sus pensamientos apenas noto las horas pasar, para cuando lo noto ya estaban entrando a la propiedad Vongola.

Apenas se bajo del auto se encontró con un panorama extraño, incluso para él... en la puerta de la mansión se encontraban esperando el Noveno, su extraño hijo, Primo Vongola y Tsuna con una sonrisa radiante. A pesar de que ya era extraño que esperaran afuera con tanta prisa, se encontró conque tanto Nono, como Xanxus se mostraban un tanto golpeados y con algunas quemaduras, sin mencionar lo pálidos y callados que estaban. Por otra parte, tanto el pequeño como el fantasma estaban demasiado sonrientes, tanto que era claramente sospechoso.

Reborn clavo sus oscuros ojos en las personas, analizando que podría haber pasado... en ningún momento se le cruzo por la cabeza pensar que talvez el adorable niño habría sido capaz de causar tales traumas a personas que viven en el mundo de la mafia.

-Seguro que tienen cosas que hacer, si lo desean pueden marcharse nuevamente a la mansión Cavallone... estoy seguro viejo amigo que no deseas que tu estudiante se salte el entrenamiento- menciono con una sonrisa el Noveno, rompiendo con el silencio un tanto tenso del ambiente.

Antes de que pudiese responder algo, sintió como el pequeño se lanzaba contra el para abrazarlo, casi por inercia lo rodeo con sus brazos para que este no se cayera. El pequeño no podía brillar más, estaba claramente feliz de ver al sicario una vez más, sin importar si no había pasado mucho tiempo desde que se separaron... para ambos había sido difícil, ya estaban acostumbrados a la presencia del otro en sus vidas.

-Tsuna... ten cuidado podrías caerte- se escucho decir al rubio, este claramente tenia cara de que no le agradaba la situación, pero eso solo alentó al azabache a hacerlo molestar más.

-No hay problema, se que Reborn siempre me va a atrapar... ¿no es cierto? – dijo el pequeño mientras mostraba una sonrisa al Hitman, el hombre solo pudo asentir con la cabeza y sonreír de manera desafiante al rubio que no dejaba de mirarlo con odio.

Al final el hombre no pudo preguntar nada del porque se encontraban así los otros dos, ya que el pequeño lo arrastro hacia el auto mientras que gritaba despedidas sin dejar de arrastrarlo... Nono en ningún momento lo detuvo de marcharse, es mas antes de subir juro haber visto una expresión de alivio en el rostro del hombre.

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Bueno y eso fue todo por ahora, planeaba hacerlo más largo, pero como me estoy tardando mucho subiré esto que ya esta escrito y luego la continuación. Lamento el haber tardado tanto.

Mil gracias a todos los que leen, votan y comentan.

Bye~   >w<

Nadii1827

En manos de mi sádico Hitman - R27 OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora