Me desperté a la mañana siguiente. No pasó nada interesante durante la mañana. Simplemente fuimos los cuatro a desayunar y estuvimos hablando como siempre. Teníamos algunas ideas para el nombre del grupo. Pensábamos que podría ser o los 4 fantásticos, o el cuarteto de plata... Todavía no estábamos muy seguros. Después de algunas clases Draco y yo fuimos a la biblioteca a hacer deberes. Era genial estar con él. Me di cuenta de que solo faltaban quince minutos para que sean las siete, y antes de ir al castigo, quería desearle suerte a Luna para lo de la nota.
- Draco, espérame en las puertas de la clase de pociones, quiero darle suerte a Luna. Ni si quiera Neville me ha dicho nada así que si es él quiere mantenerlo en secreto para que sea una sorpresa- le dije a Draco dándole un beso.
- Vale, deséale suerte de mi parte también- me dijo mientras me iba.
Estuve buscando a Luna, y la encontré en la biblioteca, algo nerviosa. Le dije que todo saldría genial, y que después me contase todo.
Fui corriendo junto Draco para no llegar tarde a nuestro castigo. Llegué y Draco y yo entramos en el aula. Snape apareció poco después, y nos dijo que debíamos preparar una poción multijugos, poción que lleva un mes de preparación, algo difícil y con bastantes ingredientes.
Después de decirnos varias cosas de disciplina a las cuales no presté atención, nos dejó solos en una sala contigua al aula de pociones.
Tenía dos mesas de madera, libros y una gran estantería con una variedad muy amplia de ingredientes. Estuvimos buscando un libro dónde estaba escrito la elaboración de la poción. Había numerosos procesos e ingredientes diferentes, estaba claro que teníamos que ponernos manos a la obra. Después de una hora de bastante dedicación, logramos encontrar dos de los siete ingredientes: sanguijuelas y crisopos.
- No entiendo esta parte, ¿qué tenemos que hacer ahora con esto?- le pregunté a Draco.
- Pues no sé, ¿y yo ahora que crees que debo hacer contigo?- dijo mirándome travieso y arrastrando su mano desde mi muslo hasta mi zona íntima.
- Draco, para, me estás poniendo mucho- le dije.
Él quitó la mano, ya que siempre tiene en cuenta de cuando me apetece o no, algo normal. Pero yo no me podía contener y me abalancé encima de él, besándole muy apasionadamente.
- Esta claro que soy tu debilidad- dijo Draco que estaba debajo de mí.
- Ahora ya no voy a ser la principiante- y me quite la ropa, mientras que él se quitaba la suya. Ahora estábamos en ropa interior.
- Nunca pensé que lo iba a hacer en una sala de pociones en un castigoSnape, y con una chica tan guapa- me dijo Draco deseoso de empezar.
- No me había dado cuenta- Nos reímos un rato y después empezó lo fuerte. Le bajé los calzoncillos y se la chupé. Soltaba gemidos de vez en cuando. Después me puse encima de él. Me dolió al principio, él lo noto y fue despacio. Pero después me gustaba cada vez más y me movía más rápido. Era genial, me sentía increíblemente bien. No paraba de gemir, eso a él le gustaba. Después me sentó encima de la mesa, y él entró de nuevo en mi, mientras yo me agarraba fuerte a los bordes de dicha mesa. Después comenzó a besarme muy cariñosamente sin parar de introducirse en mi. Los besos descendieron a mis pechos. Los acariciaba y masajeaba mientras yo gemía de placer. Siguió bajando hasta llegar a mi feminidad. Comenzó a besarla, yo no paraba de gemir. Después introdujo sus dedos, empezó con dos, pero con el paso del tiempo puso hasta cuatro. Yo gemía cada vez más. Después Draco se sentó en otra mesa más baja, yo me senté encima de él mirándonos cara a cara, mientras me la metía. Yo le abrazaba, estábamos muy juntos. Él también gemía.
- Ahora d-di tu-u mi nom-m-bre - dije entre gemidos.
-Sigue ____, sigue - dijo como pudo.
Cabalgué sobre él aún más rápido y con más intensidad. Yo ya no podía más, no paraba de gemir, a un nivel de volumen bastante alto. Él también gemía. Y de un momento a otro, nos corrimos, soltando un fuerte gemido de placer.
- El mejor polvo de mi vida- dijo Draco jadeando. Yo sonreí y le besé.
Ya habían pasado dos horas desde que habíamos entrado en esa sala, así que ordenamos ls sillas y limpiamos todo, dejando los ingredientes y algunos procesos de la poción en una de las mesas. Después nos vestimos, y decidimos ir a ver a Neville y a Luna.
Llegamos a la sala común de Gryffindor, donde estaban ellos dos sentados en uno de los sofás, hablando muy alegremente. Yo me llevé a Luna de la mano, mientras Draco se sentó junto a Neville.
-¿Qué tal, cómo fue? - pregunté con ansias.
-Genial, fue Neville, y nos besamos- dijo muy emocionada.
Decidimos que esta charla podríamos tenerla los cuatro, ya que al fin y al cabo todos tenemos mucha confianza. Nos dijeron que estaban saliendo, y nos contaron cada detalle de la "cita". Había sido precioso. Estábamos todos muy felices. Le contamos lo del castigo. Ellos se rieron, y nos dijeron que éramos tal para cual. Era la verdad. Ahora todos estábamos alegres, habíamos encontrado a la persona que amábamos. Era todo genial... por lo menos hasta que llegó la mañana siguiente...