Trauma

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"...si tan solo tiras del gatillo..."

Noctis se permitió sentir la calidez del cuerpo ajeno sin soltar su agarre de aquel abrazo. Si bien el rubio se retorció para tratar de liberarse, él no lo permitió haciendo a un lado la incomodidad de Prompto para satisfacer su propio deseo de cercanía. Se recargó tiernamente en el hombro del contrario aspirando profundamente aquella esencia que desde hace tiempo extrañaba, y, aún a regañadientes, se permitió depositar un suave beso sobre la carne expuesta.

Prompto totalmente contrariado no supo como reaccionar, la cadena invisible de su cuello le retenía ahí, inmóvil, con la orden de la sumisión y obediencia total ante las acciones del príncipe. Era como si aquella cadena pasase de manos entre el brujo y el príncipe y en ese momento era Noctis el dueño de sus acciones.

Sintió el beso sobre su cuello, suave, dulce y atento, entonces respirar no solo dolía, sino que se había hecho aún más difícil.

El aire era espeso y sus pulmones se debatían entre respirar o dejarse llevar por la falta de aire.

Un beso más desesperado depositado en su clavícula le hizo sentir una sensación escalofriantemente familiar.

Entonces rompió el encanto, la cadena dejó las manos del príncipe para regresar a las del brujo, haciendo así que el rubio terminara de rechazar a aquel con sangre real.

Un toque anterior al del príncipe quemaba su piel y le impedía dar rienda suelta a satisfacer los deseos de quien tenía en frente.

Noctis lo notó, el rechazo fue claro, sin embargo no soltó el agarre, por el contrario lo apretó aún mas entre sus brazos tratando de traer la calma a él una vez más.

El rubio gimoteó, el dolor era insoportable, por un momento deseó no haber nacido al haber observado la calamidad en que se había convertido y la expresión de dolor, enojo y frustración que por su causa se reflejaba en aquel que apresar de todo seguía siendo su héroe.

El aire faltó.

- "Puedes acabar con tu miseria y la de él.."

Resonaba en su cabeza una y otra vez. Cada vez se sentía más fuera de si y a punto de perder el control. Deseó que su arma apareciera y así sucedió...

No fue la magia del príncipe lo que la trajo como comúnmente sucedía, lo supo de inmediato, un resplandor rojo, violento y cruel se había podido apreciar sobre el arma cuando había aparecido y la sensación causada la había reconocido de inmediato como la que le causaba el dueño de sus pesadillas.

Cinco balas dentro del arma que aseguraban que ningún hechizo podría traerlo de regreso... Cinco oportunidades...

Estiró la mano convocando el arma. Funcionó...

El príncipe decidió pasar como desapercibido todo lo que acababa de presenciar, desde el rechazó del rubio hasta el arma que ahora se encontraba en sus manos.

Entonces continuó con sus acciones...

Derribó al rubio sobre la cama mientras observaba en su rostro la agonía de la vida, sintió el cañón de la pistola apuntando a su sien y la retiró lentamente sin poder sentir remordimiento alguno de lo que su cuerpo y sus más bajos deseos le rogaban procediera a hacer.

Observó el cuerpo bajo el suyo y se le antojo muy dulce. Una parte muy oscura dentro del él se encendía ante la idea de poseerlo incluso contra su voluntad.

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⏰ Última actualización: Jun 15, 2020 ⏰

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