Capítulo 1

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Ya eran las nueve. Estaba oscuro. Solo se oían los tacones de mis botas dando en el suelo. El parque estaba muy poco iluminado como para ser un lugar infantil. Me culpaba por haberme quedado hasta tan tarde en el parque pero era mí lugar favorito al que ir. Mí hermano, Fer, y yo solíamos venir muy a menudo cuando éramos niños pero lo atraparon y lo llevaron al famoso Instituto de Antihéroes. Recuerdo perfectamente su cara de terror al empujarme contra el arbusto para que los hombres de blanco no me vieran y así poder salvarme, al menos, yo. Ya han pasado 4 años de aquello. Lo detuvieron porque tiene poderes de fuego, como yo, un poder bastante destructivo por lo que les damos todavía más miedo.

-Lo detuvieron solo por ser diferente...

-Hola guapa, estas sola?

Un hombre enorme y bastante feo estaba delante de mí. Para mí suerte no era uno de los hombres de blanco así que no me llevarán presa. Se dice que los que són llevados no vuelven a aparecer hasta que se conviertan en superhéroes.

-¿Que te parece venirte a ése árbol de allí? Nadie verá nada.

-No gracias, déjame pasar.

-Venga ya preciosa lo estás deseando... -empezó a cogerme de los brazos y a acercarse mucho a mí.

-¡Sueltame!

Estuve forzejeando durante un rato hasta que libere mí mano y le dí un puñetazo, pero apenas se inmutó. Volvió a agarrarme, esta vez todavía más fuerte, y empezó a meterme mano y a restregarse contra mí. No tuve más remedio. Me enfadó muchísimo. Y le prendí fuego de toda la rabia que sentía.

Agonizaba de dolor y pedía ayuda a gritos. Los vecinos empezaron a salir de sus casas y algunos llamaron a la policía por la horrible escena que creé delante de sus casas. El desconocido se intentaba apagar con lo que sea, incluso conmigo pero el fuego no me afecta.

Seguía en shock viendo como el chico se iba moviendo cada vez menos estando tumbado en el suelo. Acababa de matar a una persona. Los vecinos grtiaban de espanto. Toda su ropa y piel estaban carbonizadas y su rostro seguía mostrando su cara de dolor.

Los hombres de blanco llegaron. No tenía salida. Y me llevaron esposada con unas esposas especiales para que no pudiera activar mis poderes. No me resistí. Había matado a una persona y la había visto morir lentamente.

{•••}

Me desperté en un despacho, desatada y con un horrible dolor de cabeza. Un hombre barbudo y con un parche en el ojo derecho estaba sentado enfrente mía, con un escritorio entre medias.

-Para empezar, estás en el Instituto de Antihéroes.

-Me lo veía venir cuando aparecieron los hombres de blanco.

-¡Silencio! ¡No hables si yo no te hago una pregunta! ¿Cual es tu nombre?

-Lucy Rogers.

-Bien Lucy, supongo que sentirás un fuerte dolor de cabeza, eso es debido a que te hemos insertado un microchip que se detonará si estás a 50 metros del edificio. Provocando tu muerte instantáneamente porque tu cabeza explotará en pedazos, jeje. -decía el hombre con una sonrisa maliciosa- Soy el director de éste lugar y éste es mí despacho pero no se te permite entrar aquí si yo no te he invitado. Ahora ten tu llave de habitación y desaparece de mí vista.

Me entregó una llave con el número 16 y me echó de su despacho. Estaba frustrada, no quería convertirme en una superheroína. Mí opinión sobre ellos es que los explotan haciéndoles trabajar y sin recibir un sueldo o un gracias o incluso sin recibir apoyo si les salió algo mal. Mientras murmuraba maldiciones para el director llegué a mí puerta, la abrí y entré.

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⏰ Última actualización: Apr 09 ⏰

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