Cartas De Un Asesino ©

Capítulo 16: No puedes dejarme, te amo.

Los días pasaron; hoy es el peor día de mi vida, ¿por que? Hoy es el juicio, hoy el juez va a decidir cuando tiempo Yoongi tendrá que estar en la cárcel por todo los crímenes que cometió.
Tae toma mi mano con fuerza mientras el juez habla, miro a mi alrededor un par de mujeres caminando hacia nuestro lugar, se sientan a nuestro lado.
La mujer mayor lo ve con odio mientras la otra sólo oculta su rostro.

—Jimin — dice Tae en un susurro — todo estará bien, ya verás que no será mucho tiempo.
— Eso espero — susurro — no se como será mi vida sin él. 
— Ustedes dos se aman — dice y sonríe — No importa cuanto tiempo esté en la cárcel, lo prometió. Cuando salga vendrá por ti.
— Eso espero — digo y dirijo mi mirada a él, está totalmente despreocupado, ve al juez con una sonrisa.

Después de un rato de testigos, llantos y gritos. El juez decide dar su respuesta final.

— Silencio — dice él hombre — voy a dar mi veredicto. — continúa — este tribunal, declara al señor Min Yoongi culpable de homicidios múltiples, violación y tortura, se lo sentencia a diez años de cárcel. — golpea el martillo.

— ¿Que? — Grita la mujer a mi lado — ¡Señor juez! Ese maldito bastardo abuso de mi hija hasta volverla loca ¿Sólo le dan diez mugrosos años? — pregunta molesta.
— Ay señora — dice él girandose para verla — su hija estaba loca desde el principio, ella jamás se resistió.
— ¡Cállate bastardo! — Grita la mujer perdiendo la poca paciencia  — ¿Cómo puedes decir eso?
— ¡Silencio! — dice el juez casi en un grito — Retiren a la señora de la sala, llevense al acusado.
— ¡Señor juez! — digo poniéndome de pie
— ¿Puedo hablar un momento con él? Sólo un momento, sólo quiero despedirme.
— Claro — el hombre asiente cansado.

Camino lentamente hasta él y me detengo, todos nos ven y se que cada una de esas personas piensan algo que no es.

— Voy a salir — dice sonriendo — cuando salga, voy a buscarte para cumplir mi promesa, estar juntos para siempre, te amo.
— ¡Tu no tienes capacidad de amar!— Grita la mujer, otra vez.
— ¡Callese! — grito al borde de las lágrimas — ¡Usted no sabe nada! ¡No conoce a este hombre tanto como yo!
— No te dejes engañar — dice ella — te hará lo mismo que les hizo a todas.
— Yo no soy como ellas — respondo — yo he conocido su bondad, algo que nadie mas hará.

Diciendo esto, me acerco mas a él depositando un beso sobre sus labios antes de que los oficiales lo lleven.

— Te amo — susurro.— por favor no me dejes nunca, te nesecito.