Capitulo 8 -. La Decisión

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Narración Omnisciente

El mayordomo, no sabía qué hacer, ahora que nada no tenia tiempo de pensar en lo que iba a hacer para rescatar a su amo, y a los niños lo único que pensaba era que iba a perder todo, apenas sacaba sus cuchillas cuando, veía que no tenia posibilidad de darle a lasa bombas o a las jeringas, ya que por instante, vio que había mas ocultas, y no podía lograr nada, por ahora se quedaba mirando a su amo, el cómo estaba para ver si tenía algún signo de vida, o si estaba consciente, para que le diera alguna orden, el no era capaz de elegir algo, no podía decidir anda, ahora esta mas enfocado en poder salvar a los dos, pero no le daban la posibilidad, su respiración era lo único que podía controlar, su sudor empezaba a bajar por su frente sin parar, apenas podía mover sus dedos, era lo único que podía hacer.

Por ahora la secuestradora, había escapado, no quería estar ahí todo el tiempo, tenía que escapar, así que es lo que primero que hizo, escapar, todo era relativamente mal, no había nada que podía detenerla, ahora el demonio tenía que lidiar con un grandísimo problema que no podía parar, ni siquiera que es lo que podía predecir después, solo pensaba que en verdad había fallado en todo, apenas podía pensar que todos los niños podían morir, o que su amo va a morir, tenia miedo, era la primera vez que aquel mayordomo tenia miedo, ni siquiera, se podía concentrarse, la secuestradora ahora fue, mas inteligente que aquellos, dos ni siquiera pudieron predecir esto, y ahora por culpa de juego, por culpa de que se confiaron demasiado, uno de ellos, va a morir.

Sebastián-. No s que hacer, no puedo elegir, no quiero matar a alguien, pero no me dan opciones, se que el señorito quedar a que me quede, pero tiene que cumplir con su venganza, si no poder quedarme con su alma, además eso significa que perdí como un demonio, perdí el orgullo, que no pude prote4ger a mi amo, en cosas como estas... Soy una deshonra... - empezaba a insultarse, aunque eso no servía de nada ya que aun así no dejaba de pensar, aun era un conflicto para el todo, esto, apenas podía ver alguna posibilidad lejana, de arreglar esto, pero era imposible, no podía encontrarla.

Los gritos de los niños, empezaron a intensificar, lo cual más presión se llevaba el mayordomo, apenas podía ver los niños, que pedían a gritos una ayuda, pero ahora nadie se la podrá dar, eso o es que si el demonio en vedad los quiere salvar, se que las familias esperan por ellos, se que la secuestradora, planeo todo esto, por ellos, ya que si no habría hecho algo tan elaborado, nada de esto hubiera pasado, n quería imaginarse lo que hubiera pasado, si en verdad ellos, no fueran de la misión, si ellos, escaparían, si ellos no hubieran aceptado.

Primero que nada, los niños estuvieran siempre perdidos, y mas niños robados habría, cada vez era más las amenazas que recibía la mente de este mayordomo, que no podía ni pensar además, de que lo peor de todo es que ahora ni siquiera podía despedirse de su amo, o algunos de sus compañeros estarían aquí con ellos, solo porque aquel demonio no quería la ayuda de nadie, se que todos esperan lo mismo, se que quieren devuelta a los niños, pero su amo..

Su amo, moriría de una forma agonizante, con veneno, en todas sus venas, no tendría ni el tiempo, de gritar, no tendría ni el tiempo de encontrar una cura para él, solo muriendo en una forma tan agonizante, que le da miedo verlo así se que el demonio apenas puede vivir, pero ahora que le dirá a todos los de la mansión, tendrá que despedirlos, se quedaran sin nada, aquel señorito, aquel joven, los había rescatado de algo que ellos no pensaban que estaban predestinados, el joven era su única esperanza, era lo único que le quedaba y ahora iba a morir, a las manos de que alguien ni siquiera pudo salvar, alguien que le juro que lo rescataría, que lo protegería, pero ahora es incapaz de todo esto, ahora no sabe de lo que es capaz, ahora ni sabe cuáles son las consecuencias de todo esto.

Faltaba ya tres minutos, y los nervios de aquel mayordomo era tan intensas, que apenas podía mantenerse de pie, los minutos corrían, al igual que el sudor de la frente del mayordomo, solo oír los gritos de los niños y ver que su amo, realmente no despertaba, era todo desesperante para, era veía el reloj, podía haber alguna trampa, que podría tener un error, pero por que observaba era incapaz de ver alguna, no podía ver ningún fallo.

Así que ya la cuenta regresiva empezó

Sebastián-. Lo siento joven señorito... - es lo único que digo ya que su misión era proteger a los niños, así que tenia que cumplirlo, era lo primero que tenia que hacer a toda costa.

Diez

Nueve

Ocho

Siete

Seis

Cinco

Cuatro

Tres

Dos

Uno

....

¡Felicidades acabas de pasar la prueba! 

La Princesa Y El Conde (Ciel Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora