🐰❤🐥

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Jimin dejó escapar una carcajada cuando sentí como todo mi rostro era mojado por el agua. Había tenido mala suerte.

A Jimin le dieron un premio por pasar por toda la zona sin mojarse pero lo único que yo recibí fue mi ropa con agua.

—¡Tienes razón, esto es divertido!—. Jimin me dijo feliz, yo no podía entender por qué estaba perdiendo.

—Suerte de principiante—. Le comenté para molestarlo, él me miró y rodó los ojos para sacarme la lengua.

Pero esa suerte de principiante duró en todos los demás juegos. Aunque  intenté ganarle un peluche a Jimin, él era quien lo conseguía, y me lo entregaba a mí.

Eso ya no me había gustado.

Habíamos ido al parque de diversiones después de que Jimin comentó que quería conocer Disney, y como el buen amigo que soy, lo lleve al más cercano.

Si, buen amigo porque todavía no me atrevía a confesarme. Iba a tratar de en este viaje hacerle entender mis sentimientos hacia él.

Miré a Jimin que estaba observando una atracción en específica. Mi billetera lloraba por los gastos que estaba haciendo por él pero era su regalo de cumpleaños, además no me podía negar a nada.

Las tazas giratorias.

Suspiré al saber que quería ir ahí, habían montañas rusas, casas de terror pero mi mejor amigo quería subir a las tazas giratorias.

Escuché como las personas gritaban desde la montaña rusa y quería subirme. Lo haría.

—Jimin-ah—. Y cuando le estaba por comentar que iría a hacer la fila, me quedé sin habla.

No podía.

El rubio estaba muy feliz y parecía estar emocionado por subir a las tazas giratorias. Miré la montaña rusa y después a él.

—¿Qué tal si nos subimos a las tazas giratorias?—. Me iba a arrepentir pero ya había preguntado.

—¿Estás seguro?—. Asentí, la sonrisa de Jimin se hizo presente.

Cualquier cosa por tí.

Jimin me tomó de la mano y me llevó con él hasta hacer la fila, que solamente eran dos personas delante nuestro. La gente nos miró con una sonrisa, supuse que era por la emoción de él.

Pero oh, teníamos las manos entrelazadas y Jimin llevaba un gorro de Mickey en su cabello mientras sonreía feliz. Y yo estaba avergonzado por tener ese contacto con él.

Tal vez podía suponer por qué era, pero preferí no comentar nada.

Sentí como Jimin me hacía ingresar a la taza, genial eran de aquellos juegos infantiles que se movían lento.

—No puedo esperar a que empiece—. Jimin habló emocionado pero su mirada se encontró con la mía e hizo un gesto preocupado. —No querías subir, ¿cierto?—. Su emoción parecía haberse ido de repente.

Estaba inseguro. Maldita sea odiaba cuando era inseguro consigo mismo porque él no notaba lo especial que era.

—No es eso, es que la cámara no tiene mucha batería—. Y no le había mentido, Jimin rió bajito.

—Jungkookie, no vas a grabar todo el juego.

—¿Me estás retando?—. Alcé una ceja, el rubio negó con una sonrisa al saber que lo iba a hacer.

La taza comenzó a moverse y Jimin tomó mi mano que no tenía la cámara con fuerza. Sus mejillas se sonrojaron ante su acción pero no dejé que se alejara.

tokyo ⨟ kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora