El despertador sonó, eran las 6.30 de la mañana. Me levanté de un bote, había llegado el día. Hoy me iba de casa, empezaría una nueva vida, una nueva etapa. Con cuidado me dirigí hacia el baño para tomar una ducha, el agua caía y poco a poco iba despertando de mi aturdimiento causado por mi recién sueño. Al salir del baño, me vestí y me puse un maquillaje ligero. Me peiné de tal forma que llevaba el pelo recogido en una trenza. Recogí todo lo necesario y eché una última mirada a la que iba a ser mi antigua habitación.
La universidad estaba en otra ciudad, así que no podría ver a mi padre muy amenudo, eso era lo que más me iba a costar. Desde que mi madre lo dejó con mi padre, él había puesto totalmente su atención en mí. Yo era la única hija que tenía, por lo tanto se había agarrado a mí como si de un flotador me tratase. Es algo que entiendo, bueno, no es que haya sufrido ese daño de perder a una persona, mi madre y yo nos seguíamos viendo, pero yo decidí quedarme con mi padre ya que era el que más perdido estaba. Mi madre se había casado hacía ya un mes, y me alegraba de que fuera por fin feliz. Pero mi padre estaba solo, cogió una depresión después de lo de mi madre y todavía no ha conseguido pasar página del todo.
Bajé las escaleras rápidamente, mi padre y mi novio me esperaban abajo. Sin dudarlo fui a darle un beso a Nathan, con lo que él respondió agarrandome de la cintura.
- Vale, vale, vale, no quiero ver esto chicos. Vais a llegar tarde como no cojáis el coche ya.
Miré a Nathan con una sonrisa dulce, pero en seguida hice caso a mi padre y fuí corriendo a abrazarlo.
- Mi niñita... ¿Que voy a hacer yo sin ti?
- Pues yo te voy a decir lo que tienes que hacer, te vas a buscar una novia muy guapa y vas a dejar el pasado atrás.-Le dije.
Le di un beso, y salí con Nathan hacia el coche, no miré hacia atrás porque sabía que acabaría llorando si lo hacía. La universidad a la que los dos iríamos, estaba a unas dos horas de mi casa, así que alquilé un piso compartido cerca del campus. Nathan se tuvo que ir a otro diferente, nuestro plan perfecto hubiera sido encontrar uno para los dos, pero esta universidad estaba muy solicitada y los pisos eran carísimos. Nos adaptamos así, de todas las maneras nos veríamos en los ratos libres, los dos pisos compartidos estaban cerca, así que podríamos pasar tiempo juntos.
En el trayecto caí rendida por el sueño así que me dormí. Cuando teníamos que ir a la universidad era por la tarde, por la mañana iríamos a los pisos para dejar allí nuestras cosas.
Nathan me acompañó hasta la puerta del mío, me ayudó a subir las cosas y se fue para dejar sus cosas en el suyo. Luego nos reunríamos para comer y ver un poco las instalaciones de Campus.
Llamé al timbre, y me abrió una chica morena con una gran sonrisa.
- Tu debes de ser Lennon...- Me dijo.
- Si, soy yo, tu debes de ser Lexy no...- la respondí.
- Claro, encantada Lennon.- me dio dos besos de cortesía.- te ayudaré con las cajas...
- Igualmente, y gracias.
Me ayudó a meter las cosas en la habitación, yo salí a por unas cosas, y depronto...
Me choqué contra alguien, miré hacia arriba, y me encontré con una verde y fría mirada. Una media sonrisa comenzaba a brotar de su perfecta cara. Era un chico alto con pelo rizado, transmitia algo un tanto oscuro... Era muy guapo, y muy sexy. Encima estaba sin camiseta lo que hizo que mis ojos fueran diréctamente a sus abdominales, se le veía la ropa interior de marca Kalvin Klein. Salía de una habitación pegada a la mía, dentro había una chica tirada en la cama con escased de ropa.
- Se llama Ían...- Dijo Lexy por detrás haciendo que yo me espabilara y me separase de él.
- Hay una fiesta hoy por la noche, deberías venirte... - me dijo Ían.- a no ser que sea mucho para una empollona como tú.
- Gracias, iré, pero no demoremos más la conversación, la chica ha despertado deberías ir a ver si quiere que echeis otro polvo, no hagáis mucho ruido...- y lo guiñé el ojo, se quedó sorprendido por mi comentario.
Al dirigirme a mi habitación, lo descubrí mirandome desde el marco de la puerta.
- ¿Que pasa, esperabas que me quedara callada?-le contesté.
Se encojió de hombros y me miró con una sonrisa de superioridad.
Me quité la ropa aún estando él delante, no me iba a intimidar, me puse un vestido azul cielo que me llegaba por la mitad del muslo. Cojí el bolso y me fui hacia la puerta, Lexy me había dejado una copia de llaves y había quedado con Nathan en la universidad.
Ían estaba perplejo, yo salí de la habitación y antes de salir por la perta principal le dije.
- Te veré en la fiesta.
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el chico al otro lado de la pared
RomanceLennon es una chica de 18 años que, intentando alcanzar sus sueños de ser una gran investigadora de la medicina, empieza su carrera en una universidad al otro lado del país. Su novio Nathan también estudia lo mismo, a si que los dos estudiarán en la...