26. Miradas

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Alec fue hasta la puerta con sus boxer ajustados cubriéndole las partes íntimas y el resto del cuerpo desnudo. Caminaba despacio y sin miedos, ya no temía nada, honestamente, pasara lo que pasara, ya se sentía muerto de todas formas. Tomó la manija y abrió la puerta.

Sebastián estaba del otro lado, tenía en su mano el celular el cual que guardó en su bolsillo trasero mientras le regalaba una sonrisa al modelo. Su cuerpo delgado tal vez como el de Alec estaba cubierto por un jean oscuro tipo los modelos que usaba quien lo miraba, una remera gris oscura y un saco tejido largo verde petróleo.

Dio unos pasos hasta acercarse a Alec y lo abrazo.

El modelo se quedó quieto con la mano en la manija mientras su acosador posó sus frías manos en su cintura, despertándolo del asombro de la situación en la que se había metido mientras lo miraba a los ojos. Alec noto que sus ojos eran celestes claros y sus cabellos rubios ya crecidos dejaban ver sus raíces castaño oscuro.

- Extrañaba tu olor.. - Susurro mientras posaba su frente en la suya. La altura de ambos era idéntica.- Tu piel.. - Dijo acariciándolo, llevando sus manos a recorrerle la espalda mientras aprovechaba para acercarlo mas a el.

- ¿Qué queres? - Dijo Alec.

- A vos... - Susurro.

- Yo estoy con Magnus...

- A la mierda ese imbécil! - Soltó en una voz mas elevada. Pero Alec no se movió, ni el tampoco. Inclinó su cabeza hasta ir por su cuelo el cual empezó a besar.

- Decís que me queres, pero lo único que haces es lastimarme. - Dijo Alec sintiendo como su piel ardía por el contacto de los dientes de Sebastian. Le gustaba que le mordiera el cuello.- Eso no es querer...

Las manos se apretaron en su espalda. Pudo sentir como un chupón se formaba en su cuello y lo vio venir, de alguna forma sabía que pasaría... Su boca se vio invadida por los labios ajenos que comenzaron a besarlo con una necesidad que dolía. Le dolía a ambos pero no por las mismas razones.

Alec perdió la noción del tiempo en la que lo estaba besando así, como nunca lo habían besado antes y como había terminado contra la pared, con sus manos tocándolo de esa manera.

La puerta del baño se abrió y Alec vio pasar a Magnus de espaldas hasta la pieza sin notarlos a ellos ahí. Sebastian se separo de el, dejando que sus piernas tocaran el piso de nuevo, se acomodo la ropa y se acercó a Alec para dejar un beso en su mejilla.

- Ya sabes... Si queres que siga vivo... - Alec no respondió, ni lo miro.- Quiero que seas mió y de nadie mas, pero si te tengo que compartir, minimo me voy a divertir...

Sebastian no hablo mas y simplemente se fue cerrando la puerta con cuidado. Alec tomó sus boxers y se los volvió a poner. Tenía ganas de vomitar, paso directo al baño y se encerró en el trabando la puerta. Se metió en la ducha y se lavó varias veces, muchas veces....

×

Magnus respiro profundo mirando la alfombra de la entrada con barro fresco. Tenia en su mano el celular de Alec con unos mensajes recientes:

"No pude acabarte adentro como la ultima vez, te chorreaba mi semen, de solo pensarlo acabo. No creo que lo recuerdes pero era hermoso de ver, le saque unas fotos.. Si queres después te las mando."

"Gracias por dejarme cogerte aunque sea unos minutos, espero se repita mas seguido y que pueda acabarte adentro. Es muy importante para mi ¿Crees que sea un fetiche?

"Si esta el idiota de tu noviecito es mejor. Me gustaría atarlo y que nos vea, que vea lo mucho que te gusta ¿Lo hacemos? Ja ja que genial. Después lo podemos matar como te prometí y ahí si seríamos libres."

"Aun que esto de las amenazas me parecen una idea genial. Apostemos algo, si nos ve lo mato. Si no nos ve, vive. Como hoy. Es un trato."

"Estaré atento."

El rostro de Magnus era severo. Duro.

Su respiración era agitada, pero estaba empezando a calmarse, levanto una ceja y camino lentamente hasta la pieza. Dejo el celular en la mesa de luz, donde estaba. Se acerco a las cortinas y las cerro, apagando luego las luces. Se recostó en la cama mirando fijamente la puerta del baño, esperando a que Alec saliera.

La lluvia comenzó a caer de nuevo por la ciudad, generando un arroro para sus pensamientos, calmando para cuando Alec saliera de la ducha y lo necesitara tal vez mas que antes. No podía culparlo por esta mierda, tampoco podía enfrentarlo. Pero si podía hacer algo...

- Yo también voy a estar atento.. - Se susurró a sí mismo, apretando la mandíbula.

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