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En un cálido atardecer dos niños jugaban a orillas del río; eran una pareja extraña, siempre eran retraídos y se entendían solamente entre ellos.

Él mayor de ambos se llamaba "Zack" y la menor "Rachel", ellos se molestaban a tal punto de querer matarse entre sí, pero se querían a su manera.

- ¡Mocosa! ¡Atrápalo! - gritó el azabache

- ¿Eh? -la niña abrió sus ojos de sorpresa -

-¡Ja! - el mayor lanzó la bola formada de lodo a su rostro -

Rachel al recibir el golpe cayó al suelo golpeándose de cabeza provocando un fuerte ruido.

- ¿Ray? -

Zack no veía movimiento alguno de su amiga - ¿¡Ray?! -

Rachel no respiraba, su cuerpo parecía inmóvil.

- No no no... - Habló asustado -

Él empezó a mover la pierna de su amiga con lo que pudo notar que ella estaba aguantado la risa.

- ¡Eres una estúpida! -

- ¿Te preocupaste por mi? -

- ¡No tonta! -

Rachel dio una pequeña sonrisa para sus adentros, como agradecimiento intento darle un abrazo a su compañero pero algo le incomodó mucho en su brazo derecho.

- ¡Auch! - gritó haciendo que Zack se alertara -

- ¿Estas bien verdad? -

Zack solo volteó y empezó a ver si tenía algo, pero, no.

- Tengo una herida, una rama me raspó el brazo -

Ella con su otra mano intento oprimir la herida hasta que se le ocurriera algo, pero, de todas formas salía algo de sangre.

Zack sólo se le ocurrió coger la mochila de Rachel y empezó a buscar.
Encontró un lapicero, un ¿arma?, un diario y una gasa.

- ¡Encontré algo Ray! -

Zack cogió suavemente el brazo de la menor, envolviendo delicadamente la herida, ambos sabían que la herida estaban infectada, pero, no podían hacer otra cosa, eran solo niños.

- Gracias Zack.. -

- Claro - elevó sus hombros -

Ella le respondió intentando hacer una sonrisa (que fue una mueca más que otra cosa) , recibiendo unas palmaditas en la cabeza como recompensa.

[...]

Unas horas después ya estaba anocheciendo, dando aviso a la retirada de ellos.

-Zack ya estoy cansada - bostezó - ¿Nos vamos?

- Bueno, es algo tarde de todas formas -

Ambos levantaron las manos en modo de despedida se dieron la vuelta y se fueron al lado contrario del opuesto.
Y así era como la diversión terminaba para ambos.

Zack

Mientras caminaba hacia su casa a lo lejos una luz amarilla aparecía en su camino además de una silueta de una mujer que lo esperaba.

Él sólo estuvo al frente de ella sabiendo lo que le esperaba, al llegar la mujer le dio una cachetada - Estúpido mocoso te dije que vinieras temprano -

- No me importa lo que me digas estúpida - respondió

Antes de que su madre nuevamente le pegara o le haga algo de nuevo subió a su habitación que no era la mejor, era solamente un cuarto pequeño con una puerta carcomida por polillas, su cama solo eran trapos y una ventana donde podía ver algunas cosas.

Hasta La Próxima Estación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora