Fuego

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Podía pasar cada maldita hora de la mañana perdido en la forma en que su espalda se tensaba y destensaba mientras hacía sus ejercicios. El sudor que partía su espina justo en el medio iba cayendo como un rosario hasta el elástico de sus pantalones, haciendo que el mundo se redujera a esa piel marcada por las peleas y cuidada por la vanidad. Expulsó el humo de su cigarrillo, sintiendo sus nervios despertarse ante los gruñidos que se le escapaban por el esfuerzo. Bendito el momento en que pusieron esa barra de metal para ejercicio en su habitación. Lo vio alcanzar la última repetición y dejarse caer en el piso, resoplando, tratando de pasar aire.

-Agua- dijo sin mirarlo, sabiendo que estaba siendo observado.

-Si quieres agua ve tú mismo por ella, no soy tu jodido esclavo-

- Tienes razón, supongo que se me está subiendo la fama- río, ronco, echando la cabeza hacia atrás- estos días he tenido tantos imbéciles tan dispuestos a hacer cualquier cosa por complacerme que pensé que tú-

- ¿En serio? ¿Vas a restregarme en la cara que te acuestas con medio pueblo?-

-Yo no tengo la culpa de que tú te hayas enamorado, Craig-

-¿Quién mierda te dijo que estoy enamorado de ti?- la sonrisa de Tweek se torció, levantándose sobre sus codos para comenzar a avanzar a la cama, poniéndose sobre Craig, quitándole el cigarro de los dedos. Malditos sus ojos demasiado coloridos para su expresión tan fría, sus pecas que le hacían desear no estarse disolviendo bajo su calor, bajo el sudor que corría de su pecho a él. Sin un cambio en la crueldad de sus labios, exhalando el humo justo en su rostro.

- Supongo entonces que no te importa si esta noche me voy con Stan y ellos al pueblo vecino. Me pidió ayuda para ajustar cuentas con un pobre diablo que no sé qué mierda le debe. Pero ya sabes, es probable que acabe calentándome-

-Te puedes acostar conmigo cuando vuelvas- suspiró, sintiendo su poco juicio nublarse ante los dedos de Tweek en su cintura hacer círculos- te voy a estar esperando como sea- entrecerró los ojos para hacer menos dolorosa la mueca burlona en esos labios delgados. A veces se preguntaba si realmente se esforzaba aunque fuera un poco en proteger su dignidad del rubio.

-No me gusta repetir el plato un mismo día- pasó sus dedos por sus costillas, por la herida de bala que traspasaba encima de su pulmón derecho- aunque tú eres mi favorito-

-¿Lo soy?- su voz salió demasiado temblorosa para fingir que lo dijo con burla. Estaba a sus pies para que lo aplastara hasta no dejar nada de él y Craig no podía sino dar las gracias. Tweek era una escalera muy empinada al infierno y no había tal cosa como " sólo un poco" era perder todo al primer vistazo, quedarse sin nada sólo por esos escasos momentos de no ser ignorado. Porque Tweek era un psicópata, un desquiciado que no dudaba un segundo en abrir fuego si perdía la calma, no un romántico empedernido. Y él, al igual que muchos más, estaba perdido por él, soñando con ser el único en su cama porque era lo más parecido a un corazón que tenía.

-Claro- se inclinó, rozando sus labios con los suyos- realmente quisiera besarte, bebé, pero tengo la boca muy seca-

-Descuida, iré por un poco de agua y a empezar el desayuno, debes estar agotado de ayer. Token me dijo que se cruzaron con Francis y tuvieron una discusión- su voz se perdió al salir de la habitación. Tweek sonrió, recostándose en la cama, fumando lo que quedaba del cigarro antes de apagarlo contra la palma de su mano, disfrutando el ardor hasta adormecer su cerebro. Ojalá la puta de su madre viera a Craig bajar la escalera casi desnudo para que comenzaran una pelea y sentirse más satisfecho por el dinero que iba a robarles más por la tarde.

Soda atómicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora