Cuando nos vamos haciéndonos mayores, poco a poco tenemos que tener en cuenta aún más nuestras decisiones, pues éstas pueden repercutir de una forma significativa en nuestra vida, tanto así, que nos llevarían a arrastrarnos hasta el más frío poso, o nos guiarían por el camino más luminoso posible. Por ahora, desde mi lado, sólo me queda sentirme dichoso, no por las pérdidas que he tenido, o por aquellos que salieron lastimados por mí, sino por saber que soy correspondido por la mujer que tanto he amado durante estos cinco largos años.
Ahora mismo, todavía nos encontrábamos intercambiando miradas con los recién llegados aun después de mi respuesta, y mientras esto pasaba, el padre de Gael sonó sus dedos. Aquella señal, provocó que sus hombres fueran a apresar a los de su hijo, quienes al principio buscaron escapar, no obstante, los sometieron brutalmente. Mientras tanto, mis compañeros junto a mi amada, mostraron claras expresiones de horror frente a lo acontecido, más yo me hacía el tonto respecto a ese hecho. Y ante toda la cuestión, el antiguo líder de la familia Miracle, se hizo oír.
—Bien, entonces así será. Es una promesa entre hombres —aseguró él arrojando el cigarro. Por otra parte, los pocos subordinados que tenía Gael, eran arrastrados dentro de la gran Van.
—Tonterías —carraspeó su hijo, entonces todos lo miramos—. ¡Dejen de hacer como si yo no existiera! ¿Qué no tengo voz ni voto? —exclamó él—. ¡Eso es una estupidez! ¡Tú eres el que dejó que nuestra familia llegara a esto! ¿Y ahora me usas para beneficiar a mi enemigo? ¡Qué clase de idiotez estás...! —y antes de que pudiéramos escuchar finalizar su frase, un golpe le sobrevino a ese tipo, el cual lo dejó inconsciente, y estaba demás aclarar quién fue el responsable de eso.
—¿Era necesario hacer ese acto frente a nuestra hija? —preguntó la madre de Lili llevándose una mano a la boca impresionada.
—Cariño, por favor, no veas —le pidió amablemente mi suegro. Sin embargo, mi amada no podía pasar por alto tal maltrato, después de todo yo entendía que Gael aún era su amigo aunque me pesara, y desde luego, a mí no me importaba que él muriera, aun así a ella parecía destrozarla la sola idea. Sus facciones hablaban de lo indulgente que resultaba ser su alma, y el dolor que le provocaba haber llegado a tal situación, de ahí que esta vez no pude detenerla.
—¡Deja de tratar de esa manera a Gael! —exclamó ella, y se fue corriendo hasta donde se encontraba el pelinegro, quien ahora yacía inconsciente sobre la carretera.
—¡Lili! ¡Qué estás haciendo! —expresó preocupado su padre.
—No puedo permitir esto —aseguró mi bella flor, y miró de una forma desafiante a Bon—. Entiendo que esté enojado por todas las atrocidades que su hijo a hecho, pero... creo que hay mejores formas para aclararle la mente a alguien. Además, la violencia sólo genera más violencia, y se crea un ciclo que nunca termina.
—Lili —iba a decirle algo, pero Marco me detuvo.
—Deja que ella haga esto, Dalton —me mencionó por lo bajo mi amigo, y yo aún dudoso, miré nuevamente a los dos en silencio.
—Tienes un buen corazón, muchachita —él se colocó sus manos con los pulgares hacia afuera en los bolsillos, y se quedó observando a mi dulce flor—. También eres muy valiente, tanto como para encarar a la muerte por tus amigos —mencionó con una sonrisa bastante amigable—. Pero debes entender algo, esto no va a resolverse con tontos pacifismos. Esto es la mafia, y cuando se habla de mafia, debes de saber que ésta tiene que ver con el poder y el honor. Como veras, Gael provocó una guerra egoísta que no tienen que ver con los beneficios de nuestro clan, es por ello que tiene que aprender de eso, y la única forma de hacerlo, es obligarlo a enfrentar cara a cara a su peor enemigo en una pelea justa, y en este caso es Dalton, el hijo de uno de mis más fieles subordinados.
—¿Más fieles subordinados? —preguntó ella confundida.
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Soy un temerario mi amor ©
RomanceHoy es un día de verano más, un día que paseaba con mi libro, el cual actualmente no recuerdo su título, ¿pero qué importa eso?, lo importante es que la conocí. Y desde ese momento, no he dejado de seguir sus pasos arduamente. Mi amor se ha vuelto i...