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Capítulo 15 "Nuevos comienzos"
Advertencia.
El cielo de la tarde era cubierto por unas densas nubes negras y grises, probabilidades de lluvia y una brisa algo caliente debido a la hora, en una plaza toda la villa parisina se encontraba alrededor de una horca, lista para sellar los ojos de su victima, todos conocían la persona a la cual había sido destinado dicho castigo. La realeza estaba por salir, la reina Elizabeth se encontraba en la sala junto a su hija Chloe y su hijo Adrián quienes esperaban a Marinette, aparecía con un vestido negro que cubría su cuello, un leve morete en la comisura de sus labios.
-¿Estas segura que deseas ir? Pregunto Adrián.
-Si, deseo verlos por última vez. Adrián, no hay otro castigo menos severo para ella. A pesar de lo que me hizo, no deseo que ese sea su castigo.
-Aunque lo hubiese cariño- tomo sus manos- Lila mato a una princesa. Te iba a matar a ti y a mi hermana.
-Vámonos- dijo la reina- no hay tiempo que perder y Marinette, tendrás dos minutos para hablar con ellos.
-Gracias su majestad.
Toda la realeza subió al carruaje que los llevaría a la plaza donde sucedería la ejecución de la infanta Lila. Marinette bajo y camino hacia los calabozos acompañada del príncipe y guardias del castillo, llego a la primera celda y observaron a Lila observando el cielo por una pequeña ventana, a la pelinegra se le erizo la piel al pensar que esa sería la última vez que la vería.
-¿A que han venido Uds. dos?
-Lila…
-No quiero tu lastima aldeana- giro la chica sin rastros de arrepentimiento.
-Lila, no te arrepientes de todo lo que haz hecho.
-De lo único que me arrepiento es de no haber obtenido el amor de Adrián- dijo mirándolo- lo demás, volvería hacerlo y no cometería errores… te hubiese matado ese mismo día.
-A pesar de todo te perdono Lila.
-¿Y quien diablos desea tu perdón mosquita muerta?, ¿Con tu cara de mustia? No eres mas que una estúpida que engatuso a mi Adrián con caras falsas.
-Yo jamás te ame- hablo Adrián que hasta ese momento se mantenía en silencio- siempre lo supiste, y te aferraste a una obsesión que te llevo a tu propia muerte.
-Su tiempo se ha terminado princesa- advertía un guardia.
-Espero que tu alma pueda encontrar consuelo Lila.
-Escúchenme muy bien, deseo de todo corazón que sean infelices por siempre.
Adrián lanzo una mirada de reprobación a la infanta quien le lanzaba un beso al rubio mientras reía de una manera que al ojiverde le provoco miedo, a tres celdas mas se encontraba Nathaniel, recostado sobre un catre de madera ocupando sus brazos como almohada. Ella lo miro por unos segundos y no pudo evitar sentir las lágrimas, a pesar de todo, lo estimaba, alguna vez lo amo y aunque deseo que fuese feliz la situación de pelirrojo era diferente.
