Aislado

Amor a la Luna

Es una noche triste y solitaria, estoy recostado en una recargadera a la orilla de un río, estoy aislado de mi propio hogar, de mi matrimonio, de mis hijos, de mi familia y de mis amigos. Estoy a punto de ahogarme en todas mis pesadillas, en mis miedos, en los temores y en aquel amor no existente. Estoy a lado de un río que bauticé mío hace varios años, estoy a lado de mi nacimiento, mi casamiento y la muerte de mis padres. Estoy junto al río donde mi madre dio a luz, donde sufrió, grito y encontró luz en mi; estoy junto al río donde me case, donde jure aquel amor eterno hacia el amor de mi vida quien también encontró luz en mi; estoy junto al río donde nacieron mis hijos, llenos de gracia y quienes se llevaron todo mi amor; estoy junto al río donde murieron mis padres, donde ambos con un beso de amor interminable fallecieron de una larga y bella vida; estoy a lado de mi río, de mi bautizo, de la historia de mi vida.

Me encuentro rondando todas las noches por mi antigua casa, sin lugar de entrada o salida; con puertas selladas y mi propio exilio, con mi búsqueda y mi peligro, puedo decir que he huido, de mi realidad, de mis problemas, de todo aquel ser que me amo alguna vez, solamente he...huido. Pero me encuentro refugiado en este río, lleno de amenazas y disturbios para muchos, de peligros y muerte en el mismo, lleno de magia y hermosa, pero con un veneno llamado belleza. Soy la única persona que ama al río como ama a su propia familia, soy el único personaje que sirve también a este regalo de la luna.  Soy la única persona que te quiere mi querido río.

Hoy estoy aquí, gritando al cielo, mirando las estrellas, diciendo un té amo. Hoy estoy aquí cumpliendo mi promesa, cumpliendo mis deseos y todos mis anhelos. Te estoy aquí sirviendo, diciendo te quiero Justo a ti mi luna. Estoy dedicado a ti, por la eternidad y por el resto de mis días. Estoy contigo, soy una parte de ti, te entrego mi cuerpo y mi espíritu, porque sin ti no soy nadie.

Mi hermosa luna, ya te entregue a mi familia, empece con mis padres, luego mi esposa y luego mis hijos. Mi hermoso cristal, te los di para la eternidad, para que los protejas y los mantengas siempre juntos. Mi hermoso espejo, me entregó a ti, porque quiero estar contigo y con ellos siempre, mi hermosa luna.

Este fue el final, donde el querido Emil se dejó llevar por su reflejo, dejó caerse en aquel espejo llamado río, y se unió a su familia de la misma forma que ayudó a que los se unieran. Se dejó llevar, se ahogo y permitió comenzar una nueva vida.