Ser parte del Control de Híbridos no era una tarea sencilla. Se necesitaba mucho conocimiento sobre estos y un entrenamiento militar de tres años preferiblemente, así que es mucho el trabajo por el que pasó.Examinó sus mensajes, entre estos había uno a nombre de Kacchan, su compañero de trabajo y mejor amigo, diciendo que no asistirá a laborar por motivos personales. Le mando un "No hay problema" de vuelta, al parecer tendrá que patrullar sola.
Se ató su cabello rojizo en una cola de caballo alta, dejando a su suerte los pequeños mechones que sobresalían de su flequillo para luego salir de su oficina y dirigirse hacia su auto.—Hoy será un largo día —comentó para si misma.
Guardo su teléfono móvil en uno de los muchos bolsillos que tenía su traje policial, sacando en su lugar una pequeña libreta azul junto a un bolígrafo.
Escribió a toda velocidad las calles que le tocaba recorrer, memorizando algunas en el proceso al no recordarlas con anterioridad.—Bien —observó los asientos traseros por el retrovisor, tenía las pistolas normales y los sueros de anestesia por si las cosas se ponían feas—, me llevaré solo una.
Arrancó el auto. Amaba lo que hacía, simplemente eso.
Cada calle que revisaba era tachada con un marcador rojo. Normalmente, patrullaba los residénciales de manera aleatoria, para que los híbridos que vagaban por las zonas no se acostumbraran a su horario y no les diera tiempo a esconderse.
Miró las pocas comunidades que le quedaban, entre esas estaba la calle Hatsukoi #104. Realizó una mueca extraña, de desagrado. La calle Hatsukoi era conocida por su mala fama de tener peleas callejeras con Híbridos —cosa que era ilegal— y sus constantes robos a personas a plena luz del día.
Tachó las restantes, iba a dejar esa para el final.Primero sería el residencial Koukazu.
Pisó el acelerador a fondo, mientras más rápido termine más rápido cenaría.
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Su nariz se vió obligada a tratar de escaparse en cuanto entró a uno de los callejones de la supuesta calle #104. Su enfermedad era la clave para su trabajo, pero también era su maldición.
Este padecimiento hacía que tuviera las características de una persona, a excepción de sus uñas, dientes y habilidades que eran de un Zorro Rojizo del Desierto, la raza más común entre estos animales.
Tiene entendido que es una enfermedad que se descubrió hace cuatro años y se denomina "Imperfect Hybrids" de momento. Literalmente se traduce a "Híbrido Imperfecto", como si estuvieran recordandoselo todos los puñeteros días de su vida. Se da en el 0.47% de la población, una cifra muy pequeña a su parecer. Esta enfermedad se forma cuando un híbrido y un humano se reproducen, uno de ellos debe de ser poseedor de una enfermedad terminal, lo cual no le cabía en la cabeza, ya que tiene entendido que su madre no sufre una de estas. ¿Y su padre? Ni idea, asi que esa era la única opción.Encendió su linterna, iluminando el estrecho espacio en el que se encontraba. Escuchaba como una muchedumbre gritaba de manera alentadora, entonces supó de que se trataba.
—Apuestas con híbridos.
Por el nombre que tiene se puede decir que son apuestas normales que planifican los mitad animal, pero no, no es así. Las personas adoptan híbridos de manera ilegal para entrenarlos y meterlos en peleas para apostar y eso iba en contra de las leyes en defensa a los híbridos.
Sacó la pistola, estaba dispuesta a rescatar a toda velocidad a esos híbridos. Entonces, apuntó al cielo y disparó, llamando la atención de todos los presentes. El silencio no se hizo esperar.
Automáticamente, las personas entraron en pánico, pero no se movieron ni un centímetro mientras que los híbridos dentro del ring dejaron de pelear. Entre susurros se pudo escuchar su nombre con miedo."Agnes Kirishima"
Salió de su escondite con la linterna y pistola en manos, dirigía la luz a los rostros de algunos tratando de memorizar a la mayoría de ellos.
Identificó a varios por ser traficantes de drogas y órganos, pero ese no era su prioridad de momento.
Nadie se atrevía a reaccionar, el mínimo movimiento que hicieran provocaría que terminarán tirados en el suelo desangrándose, todo gracias a sus agudos sentidos.Agnes Kirishima era conocida como la cazadora de híbridos número uno en Japón, ganándose así un título por ser la defensora de estas criaturas.
Su iris tembló. Giró la vista a una velocidad impresionante disparando a la misma dirección a la que volteó. La bala atravesó la mano derecha de una chica pelinegra de ojos azules que intentaba librar a su grupo de un pase seguro a la cárcel con un disparo a su cabeza, pero lo que no sabía es que su extrema cantidad de joyas la delataron.
—¡Las manos arriba, ya! —ordenó en un potente grito de enojo. Todos las levantaron sin protestar— ¡Arrojen sus armas y al suelo!
Armas de diferentes tipos aparecieron delante suyo. Enganchó la linterna a su uniforme con tal de que iluminara hacia el frente sin la necesidad de utilizar sus manos. Desplegó la pistola de dardos tranquilizantes cargados de anestesia, tenía muchas diferencias a comparación de las normales pero cómo estaban a oscuras no se notaba.
—Quien intente volver a dispararme —fulminó a la de pelo negro con puntas disparejas, tenía su mano en el pecho mientras se quejaba en silencio. La sangre que derramaba cubría de a poco una pequeña placa que llevaba escrito algo y sólo se podía leer "M...dni...t"—, perderá más que una mano.
Mientras caminaba entre esa muchedumbre, trataba de no asustar a los híbridos del fondo.
—Tranquilos —intentó calmarlos—. Pronto saldremos de aquí.
Un híbrido de conejo y uno de un gato bicolor.
¿Pero en que estaba pensando esta gente? Era más que obvio que el gato ganaría, solo era cuestión de fuerza.—Requiero varias unidad de policías en Hatsukoi número ciento cuatro, tenemos una concentración masiva de traficantes. Repitió —habló de manera brusca por su radio. En lo que transmitía el mensaje, obligaba a los demás delincuentes a ponerse contra la pared.
Las unidades no tardaron en llegar y cómo lo dijo, escaparon a gran velocidad de aquella zona, dejando consigo todas las armas ilegales para híbridos que poseía esa gentuza a los policías que encargó.
Montó a los mitad animal en la parte trasera de su auto. Cada tanto los dos movían sus orejas hacia diferentes direcciones; desconfiaban de ella.—No se preocupen —los miró a través del retrovisor con una sonrisa—. Están seguros en mis manos.
Parecieron liberar el airé retenido en sus pulmones.
"Mi trabajo está hecho"
Se dió el lujo de felicitarse a si misma.
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Razón, motivo y circunstancia por la que escribí esto:
Principalmente, la creé al ver que habían muy pocos libro de esta categoría y llevaba planeando desde hace mucho tiempo una historia con un personaje de BNHA. Daba la casualidad de que leí diversos libro basados en híbridos y terminé inspirándome para traer a la vida este nuevo libro. Tengo que decir que este prólogo es muy diferente a lo que iba a ser la historia puesto que la Agnes de la historia original iba a ser una depresiva que fue a la cárcel por intento de asesinato, aunque la idea se conserva como tal y planeo subirla como la verdadera historia y esta como una alternativa de momento.
A pesar de que se que esta chica no tiene ni idea de quien soy, quisiera mandarle un saludo a MichelleWolfy
Fuiste una gran fuente de inspiración en el momento en que empecé a escribir este libro. Soy una seguidora tuya y me encantan tus libro, espero y sigas así.
Sin más que añadir, pueden pasar la página.
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Usagi. [Boku No Hero Academia]
Fanfiction⚠️ANTENCION⚠️ Debo decir que aunque no fuera la intención, la historia terminó pareciéndose a Zootopia y fue a tal grado que me eche a reír como loca cuando me di cuenta. Pero ese no es que importe mucho, me despido y espero le guste la historia. ~L...