Izuku Midoriya: El Oni De Nueva Tokio

Prólogo

Japón, una tierra cuya historia ha Sido narrada sobre el filo de una espada. Esa lejana tierra de oriente que en su día era reclamada por muchos por su belleza extraordinaria, por su gente tan disciplinada y sus leyendas fantásticas.

Nuestra historia comienza con un chico de cabello verde cuyo único sueño era el volverse el mejor héroe de todos. Sueño que no duda en dar toda la fuerza de su ser para cumplirlo; sin embargo, ese esfuerzo merece ser recompensado de vez en cuando con un capricho, por eso podemos ver a nuestro protagonista en un puesto callejero probando su comida favorita: "el katsudon".

-Gracias al cielo estabas abierto yukihira-kun. Pensé que habrías cerrado ya a esta hora
-Para nada Izuku, sabía que ibas a venir. No te perderías un katsudon ni porque te rompieras los brazos de nuevo. Cuéntame, ¿Celebramos algo el día de hoy?
-Claro que si, hoy por fin he podido conseguir mi licencia de héroe profesional. Ya me puedo considerar un héroe como tal
-¡Eso es asombroso Izuku! Esto amerita un regalo, espera ahí mismo- Yukihira empieza a rebuscar en un armario detrás de la cocina, al poco rato sale con una botella de sake de apariencia vieja- listo, brindemos
-Yukihira-kun, sabes que no puedo beber, soy menor de edad
-Solo es un pequeño brindis por estar más cerca de tus metas, no te desanimes, bebe un poco
-Me halagas Yukihira-kun, pero debo insistir en que no- mira su teléfono - ya pasa de la media noche, será mejor que me vaya,quería realizar una visita a mi madre, seguro estará preocupada. Hasta luego Yukihira-kun, todo estuvo delicioso
-Adiós Izuku, un placer siempre recibirte aquí.

Y así después de darse un delicioso festín nuestro héroe tomaba su camino a casa; dado que su licencia le autorizaba el uso de su quirk para movilizarse por la ciudad hace mucho que no tomaba el metro, y digo, ¿Quién lo haría cuando puedes moverte como el ídolo de tu infancia entre los techos de la ciudad? Así es como siguió hasta su departamento siendo recibido por su madre la cual estaba acompañada por un anciano de una apariencia más jovial de lo que esperaría. Vestía con ropajes amplios de colores rojizos, a izuku le intrigaba su apariencia, desconfiaba también de su bastón de bambú que había dejado sobre la mesa, y que pese a haber sillones estaba sentado de forma tradicional en el piso; pese a esa excentricidad decidió ser amable y conversar.

-Tadaima oka-san, vine a darte una pequeña visita. Tengo un par de días libres por el examen de mi licencia provisional- volteó a ver al anciano y continuó- perdone ser descortés pero ¿Cómo se llama? Es la primera vez que lo veo
-No hay problema jovencito, de todos modos debo presentarme. Me llamo Midoriya Seijuro, y es un placer conocerte al fin izuku
- ¿Midoriya? Pero eso quiere decir que...
- Así es, somos familia, más específicamente soy tu tatarabuelo
- ¿Tatarabuelo? ¿Tengo tatarabuelo?
- Supongo que la sorpresa es mutua ¿no crees? Sea como sea, es un placer conocer a mi tataranieto -se inclinó un poco hacia en frente-
- El placer es todo mío Ojīsan -imito el gesto-
- Pues bien, ya que nos presentamos te diré el porqué de mi visita, Izuku, mañana me acompañarás a la gran fiesta que habrá en en el jardín Shångrī-lå
- ¡¿Shångrī-lå?! Pero ese no es solo una de las zonas más exclusi... - Izuku paró en seco al sentir un golpe con un palo de bambú
- No interrumpas mocoso
- Pero si tú bastón estaba has... -un golpe lo interrumpió de nuevo
- Que no interrumpas, ahora, debes saber algo. La familia Midoriya es una de las más antiguas de Japón, sin llegar a ser adinerada fácilmente se ha codeado con la nobleza desde la época del shogunado; Hace aproximadamente 16 años me enteré de que nuestra línea continuaba con nueva sangre, sin embargo el inútil de tu padre siempre se ha opuesto a nuestras tradiciones así que en cuanto naciste no tardo nada en llevarse a tu madre y a ti lejos de nuestro lado, pero hace poco estuve viendo las actividades de ese lugar llamado U.A y me di cuenta de que si alguien tenía esa mirada determinada y cabello verde debía ser mi tataranieto, y sorpresa, era Izuku Midoriya. Así que para no hacerte el cuento largo quiero que me acompañes mañana a una gala, no te preocupes por nada, la ropa la tendrán lista mañana y temprano la recogeremos, sirve que de pasada podemos ponernos al día y conocernos más al fondo

Izuku al principio dudaba de esa sonrisa que le extendía su bisabuelo, pero terminó aceptando dado que se trataba de un miembro de su familia, es cierto que al principio desconfío de él dada su postura, vestir y el detalle de cómo podía tomar su bastón en nada, pero le restó importancia pensando que no solo serían su madre y él. Era de la familia, y debía aceptarlo. Pero algo pasaba mientras tanto en la sala de estar...

- Esto... Seijuro, creo que...
- Dirígete hacia mí como Ojī-san nieta mía, sabes... veo pureza y pasión en el alma de ese chico, una persona de honor- el anciano dejó escapar un suspiro de nostalgia
- Me alegro que pienses así de él pese a apenas conocerlo
- Puedo verlo en sus ojos, lo has hecho bien nieta mía. He querido preguntarte algo desde que llegué
- ¿Qué es Seijuro?
- ¿Por qué? ¿Por qué dejaste a tu familia en primer lugar?

La señora Inko dió un suspiro con pesadez antes de continuar

- Seijuro, Hisashi era el hombre que yo amaba, y pese a que mi lealtad ante el clan era absoluta mi honor como esposa y madre hubiese estado en duda. Aunque debo decir que siempre me sentí mal al respecto, sobre todo cuando Izuku cumplió los 4 años de edad, el no manifestó un quirk y lo pasó sumamente mal; ya sé que en aquella situación ustedes hubiesen ayudado, pero ya era muy tar...- sintió un dedo posándose sobre sus labios
- Nieta mía, déjame decirte algo. Tú cumpliste como madre al responder con tu hijo, y si bien nuestra familia no estuvo allí cuando lo ocupaste el día de hoy cambia eso. Izuku será un jóven único en su tipo, si bien aún no es un hombre está en camino de serlo, puedo ver nobleza en su corazón y coraje en sus ojos. Él es digno de nuestro legado, siempre y cuando tú estés de acuerdo
- Lo estoy... Ojī-san
- Entonces no se diga más, esto significa que el clan Midoriya tiene un nuevo heredero ja, ja, ja

Ante aquellas palabras se encontraba un peliverde escondido en el pasillo preguntándose a qué se refería su abuelo con "clan"

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- 作家