Sueños de azúcar

* * *

-Tú me amas ¿verdad?

-Desde luego... no hay ninguna otra palabra que describa tan perfectamente esto que ciento por ti.

-Y si nos amamos ¿Por qué no lo podemos expresar?

-Eso es...

-Quiero decir. Yo soy una persona valiente, ¿porque no puedo declararte mi amor tan fácilmente como cuando hablamos de cosas que nos gustan?

-Tal vez aun no es el tiempo indicado.

-¿El tiempo indicado? ¿Qué es el tiempo sino la relatividad misma? ¡Yo te amo!

- ¡Te amo también!

-¿Y porque algo tan insignificante como el tiempo a de detener estos sentimientos?

-No los detiene. Ni los omite. O perturba. Solo no nos deja expresarlo.

-Has que se detenga entonces.

-Dime; ¿cómo según tú debería hacerlo?

-Yo... no lo sé... solo hazlo... no lo soporto más.

- ¡Si supiera como hacerlo sabes que ya estaría hecho!

-Tú eres hábil. Eres fuerte. Y me amas ¿no es así?

-Claro que te amo, como puedes dudar eso.

-¡Hazlo, pues!

-No me pidas hacer cosas imposibles. Te amo y me he propuesto no decepcionarte, pero lo siento, la perfección no es lo mío.

-¿Te rendirás sin más? ¿Me abandonaras acaso?... sé que no eres la personificación de lo perfecto, sé que eres una persona como yo.

-¡Entonces no me pidas cosas imposibles!

-No te pido que detengas el tiempo para que podamos declarar nuestro amor.... solo pido que detengas tu tiempo para que así yo pueda detener el mío.

-Detener mí tiempo... como podría hacer algo tan...

-No hablo de eso, por ningún motivo quiero ver que te lastimes.

-Sabes bien que haría eso por ti.

-Pero no era eso de lo que yo hablaba.

-¿Cuál es tu plan entonces?-

-Soñemos.

-¿Que no es esto acaso un sueño?

-No, algo como esto. Tan real como este tiempo. No puede ser un sueño.

-¿Y si lo es? ¿Y si lo es y al despertar olvidamos todo?

-¡Yo no podré olvidar nunca que te amo!... pero si en verdad es un sueño, despertemos entonces y digamos la verdad. Detengamos el tiempo.