Ayla
Todos tenemos un top tres de las peores experiencias que podrías vivir.
La primera es entrar en la habitación de tus padres sin pedir permiso y descubrir que la cigueña nunca existió.
La segunda es esa sorpresa que nadie espera, encontrar tu foto en algún rincón bizarro de internet en donde eres una celebridad y hasta tienes fans.
Y la última, es el momento en que tus padres descubren que a su flor ya la picó la abejita.
Desde luego, con cada año que pasa, ese top tres rápidamente se convierte en un top cuatro y así sucesivamente.
—¿Estás diciendo que soy adoptada?
Avel... ¿por donde debería empezar a describir esa apariencia que no tiene nada que ver conmigo?
Digamos que para ignorarlo tendrías que esforzarte mucho. Para empezar, está cubierto de tinta de arriba abajo, ¿saben?
El pelo ahora lo lleva más largo, a veces recogido y otras... hecho un completo desastre debido al uso excesivo de los tintes. Avel ha hecho su trabajo intentando esconder un par de canas rebeldes que le dicen hola cada vez que se mira en el espejo.
El hombre tiene esa apariencia de ser un padre divorciado que se niega a envejecer.
Y su barba, mi enemiga declarada, sigue siendo igual de abundante y molesta cada vez que recibo un beso cariñoso.
En resumen, tiene todo lo necesario para ir por un segundo matrimonio.
—No, no eres adoptada.
Hablar con Avel me hace sentir que estoy siendo interrogada o que he cometido un acto imperdonable, pero ahora, ver como trata de no herirme con temas que ya conozco, me resulta algo tierno.
—Te reconocí como mi hija. Eres una Hawke.
Nunca me engañé sobre mi relación con Avel, con un simple vistazo al espejo bastaba para confirmar la ausencia de cualquier parecido.
—Tenía seis cuando mi madre se casó contigo. ¿No crees que a esa edad sabría que no eres mi padre?
¿Cómo puede este hombre trabajar buscando a personas desaparecidas y aceptando trabajos donde tienes que tener materia gris en la cabeza para no perder la vida?
—Tu madre, ella dijo que me veías como a un verdadero padre.
Bueno, no puedes esperar mucho de alguien que usaba a su hija para atrapar a hombres con un fuerte deseo por ser padres.
Avel fue una víctima que entraba perfectamente en lo que mi madre buscaba.
—Ella también dijo que nunca te abandonaría, lo juró en el altar, pero ya ves, ambos fuimos abandonados —me burlé de nuestra desgracia.
Me dejé caer sobre la pila de almohadas que estaban esperando para darme la bienvenida.
—¿Lo sabes, mi alma? Tu madre nunca te abandonaría... —hubo un corto silencio— es solo que las cosas son un poco difíciles.

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ARDEN©
WerewolfAtraer a su presa y tomar su cuello era su objetivo. El no es un gato, pero se encuentra cazando a un ratón curioso. .... No acepto copias, adaptaciones, robo de ideas, diálogos o fics. Estaré registrando mi obra próximamente y no dudaré en denun...