19. Prevenciones

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Temo estaba más que ansioso, había dejado que todo el día pasará esperando tener alguna señal de vida del rizado pero nunca supo nada.

Ahora que un nuevo día comenzaba y que Aristóteles seguía sin aparecer decidió que tenía que hacer algo.

-Y ahora que...-dejó de hablar al ver a su amigo por la cámara tras contestar la llamada- wow Temo creo que te equivocaste, no soy Aristóteles -Diego se cubrió los ojos riendo al ver que su amigo estaba sin su playera de pijama.

-No me equivodque, tenía que hablad contigo -dijo mientras dejaba su pijama en su cama y se cambiaba.

-¿Y no podía ser luego de que terminarás de cambiarte? -Diego dejó de cubrirse los ojos para poder hablar mejor con su amigo, ambos se tenían mucha confianza por lo que sólo se aseguró de que no estaba viendo de mas para seguir con su plática.

-Adis no vino hoy tamdpoco, necesito saber si está bien -contestó.

-Temo creo que estas exagerando -Diego seguía con la vista a su amigo, quien daba vueltas por todo su cuarto buscando en donde había dejado la playera que se iba a poner- ¿Por qué no sólo le envías un mensaje?

-Ya lo hice, adyer por la noche y no contesctó -dijo poniéndose la playera, Diego sólo rodó los ojos. 

-¿No sigues enfermo? -preguntó, aunque con oírlo hablar sabía que si.

-Eso no inpordta, necesito saber si está bien.

-Supongo que no puedo hacer nada para detenerte -Diego suspiró- sólo no hagas otra locura, no quisiera que te enfermes más.

Temo asintió antes de colgar la videollamada y salir de su habitación para ir al departamento del rizado.

Su plan era simple en realidad, iría a su departamento para asegurarse de que estaba bien, lo que menos quería era que a Aristóteles le hubiera pasado algo.

No tardó mucho en estar frente a la puerta, a punto de tocar, cosa que no fue necesitaría ya que se abrió en cuanto iba a tocar.

-Hola Temo -Polita saludo al chico al verlo en la puerta- Aris anda en su cuarto, yo voy a mi turno en la panadería -salió para dejar a Temo entrar- hay te lo encargo que anda un poco enfermo.

-S-si claro -contestó, intentando que no notará que seguía enfermo.

Polita le sonrió de vuelta antes de cerrar la puerta y dejar a Temo dentro.

Caminó por la sala hasta llegar a donde estaban los cuartos, adivinando que el que estaba cerrado era el de Aristóteles pues en el otro no estaba.

Abrió la puerta con sumo cuidado por si el rizado estaba dormido, notando que estaba acostado en su cama, suspiró aliviado al no oír su respiración entrecortada como la tenía él o que estuviera dormido a medias gracias a la temperatura.

Escuchó un quejido salir de los labios del rizado y abrazarse a si mismo, comprobando que este no se encontraba dormido, sólo descansaba sus ojos.

-¿Adi? -preguntó acercándose a su cama, el rizado abrió los ojos y le sonrió, fingiendo que nada le pasaba.

-H-hola Temo -Aristóteles se sentó en su cama, con una mueca en su rostro que seguía intentando ocultar- no deberías estar aquí, sigues enfermo.

-Y tu igual -contestó sentándose a su lado- tu mamá me dijo andtes de salir.

El rizado suspiró resignado, dejando de ocultar que se sentía mal.

Temo se acercó para tocar su frente y asegurarse de que no era temperatura, un estornudo se hizo presente pero su temperatura estaba normal.

-¿De qué te enfedmaste? -preguntó confundido, en un principio creyó que él le había pasado la gripa pero sus síntomas no eran iguales.

-Es una larga historia -dijo con un deje de diversión en su voz.

-Tenemos tiempo, mi Papancho iba a ver a Susana -Temo tomó su mano, Aristóteles le sonrió.

-Hace dos días sentí algo de dolor en la garganta, suponía que me estaba enfermando como tu y sabía que ya no podría cuidarte si yo estaba igual -acaricio con su pulgar la mano de Temo- así que le pregunté a mi tía blanca y a mi mamá sobre remedios para la gripe y decidí tomarme todos los posibles; té de ajo, eucalipto y jengibre, miel con limón y un jarabe que encontré -Temo abrió un poco la boca por la sorpresa- pero eso sólo me ayudó por esa noche, ya que en la mañana no sólo tenía gripa, también me dolía el estómago y no paraba de vomitar.

-Ay Adis, no tenías que hadcer todo eso -Temo río leve, no quería que el rizado se sintiera mal por sus acciones- yo estaré mejor en dos días y ahora tu esdtarás enfermo por más tiempo.

-Creí que era una buena idea, no pensé que todo eso se revolvería en mi estómago -contestó, él sólo intentaba evitar enfermarse a toda costa, cosa que no pudo hacer- pero tu tienes la culpa.

-¿Yo? -Aris asintió, acercándose un poco.

-Tu y tus besos -Temo se sonrojo al sentir la mirada del contrario en sus labios.

Ambos rompieron la distancia que tenían, uniendo sus labios en un pequeño beso, pues aunque él lo deseaba tanto como Temo el mareo que sentía no lo dejaba.

-Creo que es momendto de que yo te cuide a ti -sugirió Temo al ver su expresión.

-Yo estoy bien -dijo intentando no hacer una mueca.

-Y estarás mejor luego de que yo te cuide -dijo dándole un beso en la frente.

Aristóteles prefirió no negarse a nada, sabía que era lo que menos le debía luego de no haber ido por dos días, aceptaba ser ahora él el mimado.

•~~~~~~~•

¿A qué no se esperaban que iba a enfermarse así?

Si es que a mi me encanta hacer estos pequeños detalles y todo, hasta el drama me encanta pero no para está historia, así es perfecta :3

¿Alguien ya se murió por las fotos de Aristemo en el parque?
Yo sólo se que mientras más leía en Twitter más me alteraba y siento que me les voy a gabrielar desde esta semana.

Sick for the love || AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora