3 golpes en la puerta sonaron por toda la casa.
Caminé con el plato de cereales en la mano, Yoongi era el mejor amigo de mi padre y la mayoría de veces venía a visitarnos.
Era atractivo y bastanta caliente. Desde la primera vez que lo ví con tan solo 16 años, se había convertido en la mitad de mis pensamientos. Su voz ronca, su paz, todo era totalmente cautivante. Aún amo esa obsesión que tiene de que todo esté ordenado y pulcro. Es un hombre disfrazado de caballero y eso me encantaba. Su mirada era tan salvaje pero su boca era tan tranquila, me alteraba.
A medida que crecía me daba cuenta que eran solo miradas y no estaría con alguien como yo.
Ahora ya teníamos más edad ambos, él con 31 y yo con 25. Esos malditos 6 años me habían jodido la vida, estaba siempre tentada a comerlo entero pero eso nunca pasaría.
Ese día estaba de visita por mi casa, de seguro me quedaría unos días, tal vez 3 o 4, para estar con mi familia.
Abrí como pude la puerta y un Min serio y con pinta de caballero, apareció en mi vista.
Estaba de perfil mirando a no se que cosa de la cochera. Su colonia llegaba hasta aquí y aún así hacía derretirme, olía tan masculino, era una tentación para mis ojos y sentidos.
-Vaya, que tenemos aquí. Mi linda bebé, ¿Que tal estas?
Entró sonriendo ladinamente a la casa, me adelanté luego de cerrar la puerta, y caminé dejándole mi espalda en la cara.
-Pues, he venido de visita. Ser la jefa de toda una empresa no se lleva fácil Yoongi. Tengo que relajarme un poco de todo.
Me senté en el borde de la cocina, con mi piernas al descubierto debido ya que traía un pequeño short y una camiseta de tirantes, gracias al cielo tenía lencería negra.
Vi cómo sin poder evitarlo pasó la vista por estas y se mojó los labios rápidamente.
-Bueno, yo también he tenido bastante trabajo. He venido a visitar a tu padre pero parece que solo estás tú.
Dejó de hablar para agitar un poco el nudo de la corbata que traía puesta.
Me acerqué para poder ayudarlo, quedando cara a cara con él, sintiendo su mirada penetrante en mi. Tomé la corbata, sintiendo su respiracion en mis labios. Miré rapidamente hacia arriba encontrandome con un Min respirando pesadamente. Quité su corbata y antes de que pudiera irme, me tomó de la muñeca atrayéndome más cerca que antes, si es que era posible.
Con sus manos comenzó a recorrer mi cuerpo, cintura y espalda, se sentía genial maldita sea.
-Y-Yongi qué haces no podemos hacer esto.
Dije con la poca consciencia que me quedaba
-He tenido ganas de hacer esto desde que te paseas con esos shorts por toda la casa ¿Sabes la erección que tengo ahora mismo? Puedo ver tu lencería de encaje negro con esa camiseta. He aguantado todos estos años para que seas mujer, ahora dejame hacerte sentir el cielo.
Acercó su cara a mi cuello y comenzó a besarlo, respirando mi aroma tal y como yo lo haría con él.
Lentamente me fui acercando a su oido para chuparlo un poco y así tener acceso a su perfume.
Todo eso en conjunto logró sacarme un gemido bastante obvio. Estaba cargada de excitación y no me molestaba, me obsesionaba.
-¿Donde quieres que te lo haga? He tenido varias ideas a penas entré por esa puerta.
-Pues... Siempre he tenido la fantasía sexual de hacerlo en un auto. Dije mirandolo a los ojos juguetonamente.
Se mordió el labio e hizo que avanzara hasta la puerta para poder entrar el BMW negro que estaba en la calle
-Joder. Déjame tomarte, lo necesito y lo quiero.
Me subí en sus piernas y gemí al sentir su erección por debajo del pantalón. Escuché un gemido ronco de su parte, pero no bastaría con solo uno, hoy haria que gimiera más que con todas las viejas estupidas que se ha acostado.
Comencé a moverme en circulos sobre el y volví a atacar sus labios mientras sus manos iban a mi culo de una vez. Suspiré en el beso cuando sacó mi camiseta junto a la lencería. Se mordió el labio otra vez, haciendo que muera mil veces en un segundo, para tomar un cachete de mi trasero con su mano y apretarlo. Acercó su lengua hacía el cuello y senos y cuando succionó gemí agudamente en su oido.
Para no quedarme atras tiré de su cabello mientras me movía sobre el, su erección era cada vez más grande y yo tenía ganas de muchas cosas a la vez.
-Me está doliendo, por favor dejame metertela hasta que no puedas caminar y quedes afónica por gritar.
-Quiero que lo hagas Yoongi, haz lo que quieras conmigo, yo aún espero por verlo.
Le quité la camisa y comencé a chuponear su cuello, mientras gemía muy cerca de mi.
Quité el cinturón que llevaba, y luego baje su pantalón. Su pene hizo contacto directo con mi centro y ambos soltamos un gemido de placer directo.
Yoongi tomó mi pelo y formó una coleta, cuando coloqué su miembro en mi, me besó y podía sentir como ahogaba un gemido.
Salté rápidamente en él.
Palabras incoherentes y sudor, pasaban en este momento. Su cabello blanco estaba pegado a su frente, mientras tirabaja su cabeza hacia atrás cuando lo montaba.
Estaba sintiendo el mayor placer de mi vida en un auto caro, con un hombre caro y que ardía. Yo ya habia ganado.
-Joder, es que lo haces tan bien. No puedo controlarme. Salta más rapido. Ahora.
Obedecí a lo que dijo mientras por ahora el tenía las manos en mi. Mi vista comenzaba a nublarse y mi garganta comenzaba a doler.
Los vidrios del auto estaban empañados y las marcas de mis manos se encontraban marcadas.
Lo miré a los ojos una última vez antes de que ambos soltaramos el gemido más alto y cordinado. Tomé su pelo y lo tiré cuando llegamos juntos, mientras que el mantenía la mandibula apretada, haciendo lucir jodidamente caliente.
-Quedate así. Quiero estar dentro de ti.
Obedecí sin nunguna objeción, me daba gusto y más de su parte.
-Yoongi me cuesta hablar, maldita sea. Al menos espero que no hayas dejado muchos chupones. Debo estar con mi familia estos días.
-¿Y crees que te escaparás de mí? He disfrutado tanto esto como tú. Ahora que se que follas como una hija de perra te partiré en dos. Siempre.
Lo besé pasando mis manos por su pecho y cerrando los ojos para disfrutar. Ahora más que nunca, se que si soy su tipo y no nos dejaríamos nunca. Amo tu perfume Min Yoongi, pero amo aún más quitar tu cinturón.