"Arte para seducir"

Parte 4: Los niños...niños han de ser

4-Los niños...niños han de ser

**Byakuya**

Otro amanecer nuevo, una jornada dura de estudio me espera. Me anudo la corbata frente al espejo ensimismado en mis pensamientos. Dentro de dos años terminaré los estudios y podré escoger una carrera...quiero llegar a ser un gran médico, el mejor. Mi padre estaría orgulloso de mí si pudiera verme...o eso es lo que pretendo. Alzo mi cabeza hacia el techo al oír retumbar unas pisadas rápidas y enseguida oigo las voces de Renji y Rukia bajar atolondrados por la escalera entre gritos y risas. Me asomo por la ventana para verles jugar en el jardín ¿Quién diría que esa pequeña fiera podría controlarse? Renji lleva unas semanas aquí y con la única que está calmado es con Rukia....claro que cuando ésta se va al colegio, el caos reina en la mansión con su presencia. Por eso mi abuelo decidió que lo mejor era inscribirle en el instituto al que yo voy para tenerle controlado y entretenido.

-Ese demonio ya está alborotando –mi abuelo entra sin avisar a mi habitación.

-Abuelo, no es justo ¿por qué tengo que cargar con él?-

-Porque es mejor que se encarguen en el colegio de él, eso nos dará una tregua en casa-

-Pero si no sabe ni leer ni escribir casi, está asalvajado...-

-Que se espabile. No quiero a un analfabeto en casa, aprenderá por las buenas o las malas-

-Insisto en que no tengo por qué hacerle ningún caso ni...-

-Byakuya....no pongas en duda mis decisiones. Ve con él y asegúrate de que llega al instituto. -

Es inútil discutir con él. Cojo mi chaqueta y salgo al jardín a buscar a los chicos. Rukia se pone firme al verme y me hace una reverencia mientras que Renji se queda mirando una mariposa pasar totalmente ajeno a mi presencia.

-Nos vamos. Renji ¿Dónde está el resto de tu uniforme?-

El pelirrojo solo lleva puestos los pantalones azules del instituto y la camisa abierta, pero ni rastro de la corbata y la chaqueta.

-No sé....las he debido perder-

-Búscalas. No tenemos tiempo-

-Bah, no importa, puedo ir así-

-¡Ve a buscarlo!-

-¿Quién te has creído que eres para hablarme así? Que no me sacas tantos años –

-Los suficientes para darte órdenes, ahora estás en mi casa-

-¿Cuántos tienes?-

-16-

- eh?? ¿Solo me sacas tres? Bah, entonces ahora menos te escucho. Me piro-

Corro hacia él para engancharle de la camisa y tirarle al suelo de golpe. Él se pone a cuatro patas como un animal y me engancha de las piernas tirándome también.

-Eres....un paria....-

-No sé qué demonios es eso, pero lo tomaré como un insulto-

-Ayúdame a levantarme ¡ahora!-

-Oh sí, como ordene alteza. Dame la mano-

Maldito listillo. En cuanto se la doy me da un mordisco clavando sus colmillos en mi mano y con la otra le doy una bofetada cruzándole la cara.

-¡Nii-sama! ¡Renji! ¡Por favor deteneros! –Rukia nos mira espantada y nos detenemos al ver sus ojos anegados de lágrimas. Me levanto ignorando a Renji y poso mi mano sobre su cabeza para calmarla.