"Arte para seducir"

Parte 23: El baile de la verguenza

23-El baile de la vergüenza

**Ichigo**

No puedo concentrarme en las clases, los gritos de Grimmjow aún retumban en mi cabeza, me atormentan desde la última vez que nos vimos...no me atrevo a volver a la cárcel sabiendo del humor que está, quizás cuando pase más tiempo...apoyo las manos en el pupitre y miro de reojo a Ishida. Desde que Renji se marchó sin dar explicaciones, Ishida parece otro. Si no hablaba mucho antes, ahora menos y cada día tiene peor genio. Normal...aunque por una parte lo prefiero, Renji no se le merecía, seguro que dentro de un tiempo cuando se recupere podrá volver a rehacer su vida y olvidar que solo ha sido utilizado....cosa que debería hacer yo. A mí nadie me ha utilizado, pero estoy persiguiendo un ideal que jamás podré alcanzar, y es estar con Grimmjow. Cada año que pasa nos distanciamos más y me ha dejado muy claro que yo no significo mucho para él...tengo ganas de experimentar en pareja, sobre todo el sexo, no puedo evitar sentir la curiosidad, pero con los que tengo a mi alrededor no puedo practicarlo o no se dejan. ¿Chad? No...ni de coña, no quiero que sea mi primero, somos buenos amigos nada más.... ¿Byakuya? por más que le suplique no quiere, me encantaría que fuera el que me enseñara, pero después del rollo que siempre me suelta de que debería esperarme a tener más edad termina deprimiéndome. Los extranjeros que viven en su barrio tampoco, Starrk está con Ukitake, el nuevo amigo de Byakuya, Kyoraku, está loco y es demasiado "alegre" para mi gusto... ¿Quién me queda entonces?

Un golpe seco sobre la pizarra nos hace girarnos a todos hacia el frente y atender. El profesor que entra para la siguiente clase no es un hombre al que le gusta que estemos alborotando. Delgado, algo, de edad avanzada, cabello largo y despeinado, una barba de pocos días y ojos marrones ocultos tras unas gastadas gafas, el profesor de filosofía es el ser más siniestro del instituto: Zangetsu. Ni apellido, ni familia, ni pasado, simplemente un hombre y una apariencia de lo más negativa. Siempre viste de negro, se mueve con rapidez y apenas habla salvo para dar la clase. Habla de forma retórica, es decir, a modo frase sabia para que reflexionemos. La verdad es que al principio me parecía un tío raro...pero a medida que se le va conociendo tiene buen fondo. Es a los pocos que atiendo y con el que saco mejores notas. En cuanto suena el timbre de fin de clases todos nos disponemos a salir cuando oigo su penetrante voz llamándome.

-Kurosaki Ichigo-

Joder, que miedo...por un momento me ha recordado a Byakuya que siempre me llama por el nombre y apellido cuando le hago de enfadar, será por eso que ya soy inmune a esta clase de tíos bordes...me giro a observarle algo nervioso, no sé por qué, pero este tío me da escalofríos. Me siento como un libro abierto ante él.

-¿Qué ocurre viejo?-

-Deberías tratar a tus mayores con respeto ¿no has aprendido nada de tu padre?-

Eso es lo peor. Que este tío resulta que es un viejo conocido de mi padre, así que me tiene más que controlado. Agito mi mano quitándole importancia y respiro hondo antes de derrumbarme frente a él sentándome sobre un pupitre.

-¿y bien? ¿Qué quieres de mí?-

-¿Cómo te va por el barrio extranjero?-

-¿Cómo lo sabes?-

-Tu padre me lo comentó. Yo también era amigo de Soujun, por ello sé que su hijo te da clases de idiomas-

-Joder, esta ciudad es demasiado pequeña, nos conocemos todos. No me va mal, Byakuya es fantástico, debería trabajar aquí y no en su apartamento ganando tan poco dinero-

-Eso es decisión suya, has de respetarlo-

-¿Por qué estás interesado en todo esto?-

-Solo curiosidad. Eres un chico algo problemático-