"Arte para seducir"

Parte 27: Falsos testimonios

27-Falsos testimonios

**Byakuya**

Abro los ojos sintiendo un fuerte dolor de cabeza y parpadeo varias veces hasta conseguir ubicarme. Estoy tumbado sobre una camilla y todo lo que me rodea en la habitación es de color blanco. Pureza, luminosidad, armonía...el blanco se identifica con mi nombre. Pero yo ya no soy de ese color, soy totalmente negro, sucio....me incorporo y jadeo de dolor tocándome la nuca. Me la froto para aliviar la quemazón que siento sobre mi piel, esa zona la tengo hinchada y no sé por qué...miro con estupefacción como llevo un camisón blanco puesto. Ni rastro de mi ropa habitual, mis pantalones de pana, mi chaqueta vieja, mis zapatos gastados...siento frío al pisar las baldosas del pequeño habitáculo con los pies descalzos sin dejar de observar alrededor. ¿Dónde estoy? este sitio....se me hace realmente familiar....yo he estado aquí antes, en mi adolescencia....

La puerta de la habitación se abre de golpe y dos hombres vestidos de blanco también entran y se quedan frente a mí cruzados de brazos. Otro tercero entra en medio de ambos gigantes y su apariencia me resulta raramente desconocida. Parece un médico con sus gafas y guantes quirúrgicos, pero su rostro demuestra ser inmaduro y demasiado afeminado, así como su cabello, de un color rosa extravagante. Me observa con detalle y esboza una sonrisa traicionera haciendo que mis sentidos se pongan alerta.

-¿Quién eres? ¿Dónde estoy? -

-Byakuya-kun, tranquilo...nadie va a hacerte más daño-

-No soy un niño, trátame con el respeto que merezco-

-Perdón, Byakuya-san... ¿así mejor? juju....como sois los japoneses, siempre tan corteses a la hora de presentaciones-

-Los españoles que conozco también son educados-

-oh? ¿Te has dado cuenta de que soy español usando un japonés perfecto?-

-Soy profesor traductor, es lógico que lo sepa-

-¿seguro que eres profesor Byakuya? Otra vez esos sueños...-

-¿Qué sueños? ¿De qué demonios hablas? te exijo que me digas tu nombre y porque estoy en este lugar-

-Soy el psiquiatra Szayel Aporro. Ya deberías saberlo, llevamos haciendo terapia desde hace tiempo, Byakuya-san. –

-¿terapia? Esto es....un psiquiátrico...-

-Muy bien.... vas recordando. Has debido dormir mal esta noche, por eso aún estás confuso-

-¿Quién me ha metido aquí? Tengo que salir, esto es un error y os lo haré pagar-

-Por favor cálmate...no me obligues a ordenar a mis ayudantes que te controlen, lo pasarás mal...y tú sueles ser un paciente muy complaciente-

-Yo no soy ningún paciente ¡no estoy loco!! ¡Soy un hombre libre!-

-Byakuya. Me duele en el alma decirte esto pero....estás equivocado. Ay pequeño...-

Veo como el médico se acerca a mí para acariciarme el pelo y le golpeo la mano para impedírselo, a consecuencia que sus dos ayudantes actúan y me agarran de ambos brazos inmovilizándome pese a mi forcejeo.

-¡suéltenme!! ¡¡Les exijo que me dejen en paz!! ¡Vendrán a buscarme!! ¡Me encontrarán, malditos desgraciados!!-

-¿Quién vendrá a buscarte? Aún sigues teniendo esa ansia infantil de que alguien vendrá a por ti...día tras día, mes tras mes...pero sigues solo. No le importas a nadie, Byakuya-