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Primer día de clases

No podía dormir y para las seis y diez de la mañana yo ya estaba dentro de mi salón tratando de controlar los nervios que la situación me estaba provocando. Pocas veces podía estar como una gelatina, y está era una de ellas. Siempre he tenido todo bajo control o la mayoría de las veces, trataba de recordar todas las vivencias que tenía con Francisco. Eran demasiadas, habíamos estado todo el tiempo juntos, platicábamos, el reía por la mayoría de las cosas, me daba puntos a favor en algunas conversaciones, aunque también me sacaba de quicio que supiera tanto o más que yo, era un listillo encubierto. No podía quejarme me ponía tanta atención que jamás me molestó ese hecho, creo que por eso evitaba tener sentimientos tan profundos hacia el. Si le hallaba simpático, muy amable y hasta generoso, era más un chico sencillo y realista, pocas veces le vi rendirse y aunque eso sucedía le convenía seguir adelante de una u otra manera, podía considerarse mi amigo, y la palabra le quedaría corta. No sabía que pensar, Francisco me gustaba si, cuando estaba con el sentía un remolino en el estómago, pero jamás le di nombre a la sensación hasta ahora, y aunque me gustaba el misterio que llevaba tampoco sabía que era el de los mensajes, y esa faceta de el sí que me tenía enamorada, me al encontrarme con la cara de quién era... Descubrí que si estaba enamorada de él, solo esperaba enserio no meter la pata.

El receso para algunos era la hora más esperada, para mí...era el momento preciso para encontrar a Francisco, no podía esperar a la última hora, no podía.
No quieres.
-¡Hey, Meredith!-voltee hacia todos lados y me topé con Alex y algunos compañeros de el y Francisco, me acerque-hola chicos-todos me saludaron-¿Quieres comer con nosotros, tenemos comida de sobra?-
-se los agradezco, pero estoy buscando una persona
-te refieres a Francisco-todos tenían la mirada puesta en mi, trague duro.
-eh, pues...si. Necesito hablar con el de un tema bastante interesante que vi en televisión, creo que le gustará
-¿Solo eso?-un chico algo robusto sonrió-no quiero meterme pero hasta donde se a Francisco le gustas y se nota, todos en esta mesa nos hemos dado cuenta-
-francisco y yo somos buenos amigos, si hemos convivido bastante...y es muy bueno conmigo, además me escucha y sabe muy buenos temas para hacer más larga la plática-me estaba dando cuenta que todos sonreían de oreja a oreja, estaba hablando más de la cuenta-pero eso no significa que le guste o me guste...quiero decir, es muy entretenido pasar tiempo con el, y me gusta estar con el...cómo amigos, claro esta-algunos empezaron a reír por lo bajo-ya había metido la pata-no importa,¿Saben dónde está?
-estuvo en las tres primeras clases, pero en cuanto tocaron la campana del receso salió corriendo, creímos que iría a verte, en todo caso puedes buscarle en las gradas, si quieres
-gracias, eh...¿Cómo te llamas?
-esteban, un gusto conocer a la chica que trae loco a mi mejor amigo-la sangre subió a mis mejillas de manera rápida y sin disimulo alguno, me di media vuelta y empecé a caminar
-¡Oye Meredith!-di media vuelta-¡Toma, es la última pieza del rompecabezas!-y me arrojo algo, lo atrapé con las manos, era un chocolate amargo y una nota

«no eres nada paciente muequitas, y tienes suerte de que yo tampoco.
Ya sabes a dónde ir, te esperaré con ansias.

Angelical
Ave tengo por nombres llana es mi condición, sin no la adivinas no prestaste atención

Tengo que admitir que tu forma de conquista es muy buena.
Solo que no se la respuesta

Piensa muequitas, es de tus frutos favoritos

Nuez

No

Almendras

No

Cacahuete

No

Avellanas

Si
Ahora ven conmigo, ya estoy ansioso

No tardó

Solo unos pasos más y estaría con el. Estaba sentado en forma de indio en las gradas, me daba la espalda, metí las manos a mis bolsillos y saqué las notas algo arrugadas, no eran algo del otro mundo, aunque no le encontraba coherencia alguna.

-hola-estaba frente a el, el levantó la mirada hacia arriba
-hola muequitas
-hola desconocido enamorado
-¿Quieres platicar?
-podemos saltarnos esa parte y empezar con algo más interesante
-¿Así, que es más interesante que una plática sobre un dato de una revista?
-¿Como sabes eso?-me mostró el teléfono, en la pantalla se veía una conversación con Esteban y un audio de por medio
-vaya, me tenías más que vigilada
-no diría vigilada, sino precavido, nadie te encuentra en ocasiones
-tal vez
-no quería correr riesgos
-me gustan
-¿Entonces?
-no quería perderte. Me refiero a que...cuando se trata de tí, el tiempo a más rápido y prefiero aprovecharlo,lo más que pueda
-no sabía eso
-si lo sabías, solo que no te gusta admitir
-posiblemente,¿Creí que esperarías a la última hora?
-tu lo harías
-nop
-entonces aquí estamos
-prestame las notas-entregue las notas y el empezó a doblarlas hasta solo quedar la letra mayúscula y pegarlas en la grada.
¿Ace...ptas...ser...m...mi...chi...ca?

-meredith,¿Aceptas ser mi chica?-mi corazón empezó a latir de forma desenfrenada, para luego quedarse quieto, metafóricamente morí.
Le estaba viendo, tenía una tímida sonrisa y tenía las mejillas rojas, no quiero ver mi rostro, podía apostar todos los chocolates que tuviera a mi alcance, a que yo era una esfera navideña en esos instante, el tomo mi barbilla y la levantó, no sabía en qué momento había abierto la boca, pasó su mano frente amistad ojos y parpadee.
-¿Meredith, me escuchas?
-si
-si,¿Si que?
-si te escucho
-y sobre...¿La pregunta?
-te pido solo una oportunidad Meredith. Te quiero, lo hago cada día, desde mucho antes. Todos los días buscaba una escusa para poder verte y tal vez hacerme pasar por otra persona, no fue lo mejor pe...-puse una mano en su boca
-no importa. Si, si quiero ser tu chica-el quitó la mano de su boca y se acercó tanto que solo debía moverme un poco y rosaria sus labios.
-hola chicos-eran Alex y Esteban. Ambos nos separamos de golpe.

Te Lo Digo Por Un ChocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora