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Narrado por Francisco

Podía hacer muchas cosas, excepto dos muy importantes. Levantarme temprano y estar dentro de un salón de clases más de media hora. Lo cual no era complicado, pasaba las materias sin problema alguno y era inteligente, solo me daba flojera escuchar al maestro más de lo permitido para mis oídos
–ya veo que mi clase le es aburrida joven Mendiola–el profesor de programas me veía de manera severa, me acomode en el asiento, doble mis manos formando una almohada.
–tal ve profesor–cerre los ojos
–en ese caso puede retirarse, no quiero flojos aquí, suficiente tengo con Meredith. Abrí mis ojos, ese nombre se me hacía conocido, no importaba mucho, el profesor siempre balbuceaba su nombre cuando revisaba algunos exámenes o trabajos en su computadora, por lo visto le daba en ocasiones dolores de cabeza,no me moleste en tomar mis cosas y salí del salón. Por fin, aire.
–hola Francisco–a mi derecha se encontraba  Alex, éramos buenos compañeros no le podía decir amigo si no convivía tanto con el
–hola Alex ,¿Que haces afuera?
–tuve libre la clase, decidí descansa un poco
–ya veo,¿Vas a comer?
–claro, solo que esperaré a mi mejor amiga
–¿Quién es?
–se llama Meredith...solo que va ser difícil encontrarla
–¿Porque?
–pocas veces está en clases o solo las importantes, y pues tiene fama de ser un radar de personas pero creo que con ella no hace efecto
–¿Como un GPS humano sin control?
–posiblemente...aunque se parece a ti en muchas cosas–el timbre sonó y la hora de receso había comenzado
–vamos, antes de que la pierda.

En efecto, cuando me presento a Meredith mis espectativas cambiaron mucho, era demasiado tierna y muy muy hermosa, sentí la necesidad de hablarle, aunque no me fluían las palabras, en cambio a ella, ella podía hablar, y hablar, hablar, hablar y parecía que jamás se fuera a detener. Era caótico escucharla, me gustaba, en ocasiones me perdía en su iris, tenía un color muy claro y cuando se movía los rayos del sol hacían contacto, está contraria y tenía un color hermoso, me preguntaba mucho, yo solo respondía para que siguiera hablando.

Las siguientes horas no podía concentrarme quería hablar más con ella, hací que pedí permiso para ir al baño y me acerque al salón de Alex
–buenos días profesor,¿Me permite a Alex?–el asintió y Alex salió algo confuso
–¿Que pasa?
–¿Crees que puedas pasar el número de Meredith?
–¿Para que lo necesitas?
–ella es de programación, sabe mejores códigos
–meredith es pésima para esa materia, lo descubriste hoy
–pero tiene los apuntes ¿No?
–tal vez
–en ese caso necesito sus apuntes–Era una vil mentira, era el mejor de la clase pero eso no tenía que saberlo el. Apunte el número en mi teléfono.

Necesito tu ayuda
Solo esperaba que las cosas funcionarán.

Te Lo Digo Por Un ChocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora