Los golpes y gritos eran cada vez más insistentes, las sirvientas obscuras me suplicaban que abriera la puerta, que estaban sumamente preocupadas de mi situación... no, no lo iba hacer. Mi habitación estaba totalmente derruida por el calor incesante que había causado mi cosmos, esto como un medio de defenderme formó una cúpula de aire sumamente caliente que me rodeaba, pero las consignas era que todo objetó que estaba cerca mío terminaría quemándose.
Me encontraba de rodillas aún con mi ropa rasgada, mi mente repetía una y otra vez lo que sucedió horas atrás, el sonido de la tela rasgándose, las caricias violentas de Hades las vivía una y otra vez. Sujetaba con fuerza mi cabeza en intentos de borrar aquellos nefastos momentos, pero es imposible mi cuerpo aún se encontraba temblando, al igual que mis manos, me sentía sucia, manchada... Las lágrimas se mezclaban con mis gritos de angustia que retumbaban en esta habitación carcomida y lo único que la mantenía en pie era el poder de Hades que ejercía en todo el castillo.
¿Por qué me hizo esto? ¿Porque si decía que tanto me amaba? Todo era confuso lleno de horrores y no había nadie quien me ayudara.
— Señora Helena... —la habitación se llenó de una espesa neblina y de ella emergía una voz suave, el miedo me volvió a invadir que retrocedí algunos pasos chocando con una pared... ¿Era el?... Cerré mis ojos esperando lo peor. — No tenga miedo. —sentí como acariciaba mi cabello, y poco a poco abrí los ojos dejando ver la figura de una mujer. —
— Cla...mena...
— Tranquila, estoy aquí. —sus ojos verdes azulados me entregaban calma y comprensión, a pesar de su evidente estado, tenía sangre seca en su labio, varios raspones y golpes, su armadura estaba hecha pedazos, le faltaba parte de una hombrera y la diadema que cubría su cabeza había desaparecido. No dude en abrazarla, liberando toda mi tristeza y miedo. —
— Creía que habías muerto.
— Por poco... —la joven me seco las lágrimas e hizo que me sentara en el piso, guardó silencio observando mi estado físico, mi vestido desgarrado, mis ojos hinchados por tanto llorar, las marca rojas que estaban en todo mi pecho y parte de mis brazos y sobre todo el golpe en mi mejilla. La joven acarició con suavidad la herida que incluso fruncí en rostro a causa de dolor. — Lo lamento tanto, no sé cómo nuestro dios llegó a cometer este acto. —bajo la mirada, reflejaba un profundo desprecio he ira, como si algún recuerdo la estuviera atormentando en ese preciso momento, apretaba los puños fuertemente intentando sofocar su decepción. — Lo desconozco... no es el rey justo y bondadoso que conocí.
— Yo ya no quiero estar aquí, estaba dispuesta a formar parte del Inframundo junto a Hades, llegué a quererlo y comprender su causa en contra de la guerra, pero esto... —las lágrimas volvieron a surgir, me abracé a mí misma en un intento de protegerme. — Él es un monstro, que intento abusar de mi de la manera más terrible posible, no le importo mis gritos de negación, mis forcejeos por tratar de quitármelo de encima, aun así, el continuo...
— ¿Entonces el abusó de usted? —negué con la cabeza inmediatamente, pero... que le faltaba para conseguirlo. —
— No, de pronto se detuvo totalmente impactado, como si al fin se diera cuenta de lo que había hecho, solo ahí pude ver su antigua mirada. ¡Clamena sácame de aquí! ¡Ya no sé lo que está pasando con Hades! ¡Lo amo, pero no puedo estar con un ser como el!
— Lo siento, pero no puedo. Cuando decidió comer la granada de los Elíseos, se unió a vivir en el Inframundo para siempre, y esta ley ni el mismo Hades puede revocar.
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La Estrella Agonizante (Terminada -En edición )
FanficUna armadura que no es ni de plata ni de bronce trae con sigo la destrucción de su alrededor, Helena Caballero de la estrella agonizante Eta Carinae trae consigo esta maldición y la rencarnación de la muerte. A punto de comenzar la guerra santa ella...