II Temporada Capítulo 14. La Iniciativa

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POV Vegeta.

Maldita sea ¿Por qué me ocurren estas cosas a mí? Esta mujer no sabe lo que significa la palabra no, demonios.

―En un momento regreso, voy a poner a esa mujer vulgar en su sitio. ―le manifiesto a Bulma, que aunque no lo demuestre se encuentra impasible.

―Vegeta, solo no causes problemas. ―expresa con su mirada llena de preocupación.

Me dirijo al departamento de administración y ahí está ella.

―Kale, quiero hablar contigo. ―está sentada en su escritorio y alza la mirada para verme.

―¡Oh, Vegeta! Que sorpresa verte. ―se levanta del asiento.

―¿Qué has venido a hacer aquí? ―la miro lleno de ira.

―A trabajar, igual que tu querido. ―responde inclinándose hacia el ordenador.

―Falso, has venido a otra cosa ―agrego.

―Bueno sí, es cierto. He pensado que trabajando a tu lado puede que logre volver a recuperar tu afecto. ―dice sin más.

―Estás demente, entre tú y yo no sucederá nada. Sabes muy bien que Bulma es mi mujer y ella también trabaja aquí ―le aclaro.

―A mí no me interesa si ella es tu mujer o no, lo que hubo entre nosotros fue una llama ardiente que no es fácil de apagar. ¿Recuerdas aquellas noches fogosas que pasábamos tú y yo? Sin contar la vez que lo hicimos en el auto de mis padres y también... ―dice acercándose.

―¡Maldita sea, ya cállate! ―la interrumpo. ―¿Crees que con eso vas a lograr algo? ―agrego.

―Escúchame bien, Vegeta. Yo te voy a recuperar, cueste lo que cueste. ―su mirada es desafiante.

―Quiero que te vayas de aquí, Kale. Por las buenas. No quiero encontrarte en los pasillos ni verte la cara. ―salgo azotando la puerta.

Maldita sea la hora en que aparece esa mujer. Voy camino al departamento de Sullivan. Toco la puerta y me invita a entrar.

―Necesito que saques a esa mujer inmediatamente de ahí. Es una pesadilla que ha venido a hacerme la vida imposible. ―digo interrumpiéndolo.

―Calma, amigo. ¿Te refieres a Kale Saiyan? ―pregunta confundido.

―Si, a esa misma mujer vulgar, zorra y demás... ―respondo.

―Pe... pe... pero Ouji, no puedo hacer eso, la NASA la ha contratado. ―confiesa.

―¡Maldición, Sullivan¡ No lo comprendes. En una oportunidad esa mujer fue mi prometida, y... y a pocos días la encontré en mi cama con su amante. ―me ha costado decir eso.

―¿Qué? Demonios, Ouji. Al parecer tienes mala reputación con las mujeres. Si quieres te puedo dar unas clasecitas de como... tu sabes... ―responde a carcajadas.

―¡Maldita sea, insecto! ―lo tomo de la chaqueta y lo acorralo a la pared más cercana. ―Bulma Brief es mi mujer, y no quiero que esa zorra interfiera entre nosotros. O haces algo o yo hablaré con el director del área.

―Wow, wow. Espera. ¿La doctora Brief y tú tienen algo? Bueno, bueno, déjame ver qué puedo hacer. No te prometo nada. ―responde arreglándose la chaqueta.

Me dirijo al instante a hablar con el director de la NASA en su oficina.

―Hola, Jenny. ―hablo con la asistente.

―Ve... Vegeta, no te esperaba. ―se sonroja.

―Jenny ¿Está Cooper? Necesito hablar urgentemente con él.

―Sí, déjame mencionarte a ver si no está ocupado. ―responde atenta.

***

―Vegeta, puedes pasar. ―me dice luego de un tiempo.

―Gracias Jen, te debo una. ―le guiño un ojo.

***

―¡Toc, Toc! ―llamo a la puerta.

―¡Adelante! ―responde.

―Director Cooper. ― extiendo mi mano y el corresponde.

―Vaya, Vaya, miren quién ha venido por aquí, mi gran amigo, Vegeta. ―me recibe con entusiasmo.

―Señor, lamento molestarlo.

―No te preocupes hombre ¿En que te puedo ayudar? ―reacciona atento.

―Señor, ¿Todavía sigue en pie mi traslado para Washington? ―pregunto.

―¿Tan mal te he tratado, hombre? ―dice serio.

―No señor, para nada. Solo que no me gustaría interferir con las decisiones que la NASA toma, por eso prefiero tomar la iniciativa de ir a otra sede. ―le explico todo lo ocurrido.

―Vaya, vaya, Vegeta. Me dejas atónito. Que mujer tan obsesionada ha llegado aquí. Pero como tú mismo lo dices, no puedo hacer nada al respecto. Pero si puedo ayudar para lo de tu traslado. Así nos evitamos los roces. ―agrega.

―Señor, necesito mi traslado y el de la doctora Bulma Brief ―confieso.

―Ahí no te podré complacer, Vegeta. La doctora Brief también ha sido contratada y no puedo brindarle todavía la orden de traslado. ―responde.

―¡Maldita sea! ―Susurro.

―A menos que... pero eso les llevará mucho tiempo. ―su mirada es opcional.

―¿A menos qué, señor? ―pegunto.

―Estés casado con ella por la ley y tengan familia. ―explica.

―¡Perfecto! Ella y yo tenemos un hijo señor, y de casarnos podremos hacerlo, por eso no hay problema. ―respondo con entusiasmo.

―¿Cuantos hijos tienes con ella? ―pregunta.

―Uno señor.

―Ouji, en el reglamento de la NASA dice que pueden trasladarse esposos con familia de dos o más hijos. Yo puedo promover tu traslado pero para ti solo. Mientras, ella puede continuar aquí hasta que cumpla dos o tres años para pedir su traslado y ahí sí puede irse con su hijo. ―explica culminando.

¡Maldición! Para ese momento será muy tarde. Esa endemoniada mujer que ha tomado ese puesto ha venido a hacerme la vida imposible, a mí y a Bulma.

Un Amor Inesperado en InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora