~Recuerdos~

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Los recuerdos son como pequeñas fotografías que existen en la cabeza de una persona sobre vivencias pasadas, sean buenos o malos están siempre allí, los recuerdos más hermosos son los que causan felicidad en el corazón, los recuerdos más dolorosos son los que acuchillan y hieren el corazón, así son los recuerdos... y estos suelen atesorarse en el corazón.

Melody

Había decidido volver a casa cuando ya había anochecido pues el hecho de ver como Hao escapaba de mí –Duele- Suspiré mientras caminaba lentamente por aquel camino que daba a la salida de la escuela, justo esa noche había llovido durante la tarde, tenía la ropa húmeda y el viento hacía que me sintiera mucho peor, seguramente el otro día amanecería totalmente agripada pero realmente no importaba, era fin de semana y aunque no lo fuera las ganas de ir a estudiar se me habían quitado por completo ¿Y cómo no? Las cosas parecían bien hasta hace unas semanas, Hao y yo habíamos reforzado el lazo que nos unía y me sentía mucho más cerca de él, también recordar aquel pasado que habíamos vivido y ver aquellos fríos ojos que me observaban como sí nada de aquello hubiera pasado me hería cada vez más, suspiré resignada mientras abría la puerta de mi casa, la noción del tiempo mientras meditaba y recordaba la había perdido ¿tardé horas en llegar? ¿quizás unos minutos? No lo sabía, lancé mi bolsa al suelo mientras quitaba mis zapatos mojados, luego empecé a quitarme la ropa y me puse mi pijama, las fuerzas se me habían terminado y me dejé caer en la cama, mis rodillas tocaban el suelo y el resto de mi cuerpo había caído en la cama, cerré mis ojos pues realmente me faltaban fuerzas para componerme en aquel reconfortante colchón, de la nada sentí como todo se desvanecía y empezaba a quedarme dormida.

~Tick, tock, tick, tock~

Había tanto silencio en mi habitación que se podía escuchar aquel suave sonido del reloj que estaba colocado en mi pared, realmente no tenía ganas de abrir los ojos pues justamente la noche anterior había tenido un extraño pero hermoso sueño "Hao había venido a visitarme" Pensé mientras sonreía levemente, ese sueño que tuve lo sentí tan real, como si él realmente hubiera estado en este lugar.

~Tick, tock, tick, tock~

No sé cuánto tiempo pasé escuchando aquel sonido, posiblemente era ya muy tarde abrí lentamente mis ojos y pude observar el techo de mi habitación, al parecer me había recostado bien en la cama durante la noche, creí que despertaría con fiebre pero estaba completamente saludable "¿Serían los poderes que poseo?" Pasó por mi mente en aquel instante, giré mi vista hacia la izquierda para ver la hora –Una de la tarde- Murmuré, pude sentir una leve brisa una vez me había sentado en mi cama, observé la ventana con curiosidad pues las cortinas bailaban con el viento –Recuerdo que mi ventana estaba cerrada, o quizás... ¿me había levantado sin darme cuenta?- Ahora que lo pensaba, habían cosas que no concordaban, la primera es ¿qué hacía un pequeño trapo en mi mesita de noche? Lo toqué con suavidad y estaba húmedo, lo segundo era la ventana pues recordaba perfectamente que cuando llegué a la casa la misma se encontraba cerrada y lo tercero es que por alguna extraña razón el ambiente dentro de mi habitación se notaba un poco distinto –Debe ser mi imaginación- Suspiré mientras empezaba a caminar a la cocina, tenía hambre así que prepararía algo delicioso para comer, gracias a la ayuda de Anna mi despensa estaba completamente llena, pues realmente no sabía cuánto tiempo más iba a transcurrir en esta horrible realidad, sin embargo, lo único que podía hacer era vivir cada día e intentar pensar una forma para que Hao recuperara sus recuerdos, creí que las cosas serían mucho más fáciles pero no era así.

~Pi, pi, pi~

Sonó la alarma del microondas, abrí aquel aparato y saqué una deliciosa sopa instantánea, me había arrepentido sobre preparar algo pues aun no recuperaba por completo mis fuerzas, empecé a comer, no sin antes poner algo de música desde mi celular "Esta será una mañana bastante tranquila" Pensé nuevamente mientras empezaba a revisar la galería de fotos en mi celular, mientras mi dedo se deslizaba me detuve en una foto específica, mis ojos se abrieron como platos –Esto... no puede ser- Mi corazón casi se detiene en aquel instante ¿podría acaso Hao creer en una imagen? Fue una interrogante que pasó por mi mente y es que justamente en la galería de mi celular tenía una fotografía donde Hao, Anna y yo estábamos sosteniendo unas cajas, realmente no recordaba cómo fue que esto llegó a mi celular, posiblemente Yoh lo había tomado y había decidido que sería bueno guardar ese momento en una fotografía... presioné mis labios mientras intentaba buscar el número de Anna en mi celular pero para mi sorpresa el apartado de contactos estaba vacío –Que estúpida soy...no le pedí su número- Suspiré  totalmente resignada, coloqué mi frente en la mesa mientras las esperanzas nuevamente surgían.

Hao

No me podía creer lo que había hecho la noche anterior, me encontraba recostado sobre la rama de un enorme árbol mientras admiraba el hermoso cielo despejado, cerré mis ojos mientras aquel recuerdo de lo que hice empezaba a inundar mi mente...

Flash back

-Esa es...­- Murmuré con curiosidad mientras observaba a la azabache caminar con desgano, había llovido durante toda la tarde y luego del almuerzo ya no la vi en clases, pensé que había regresado a casa pero la realidad había sido otra... ella se había quedado en la azotea al parecer, vi cómo con mucha dificultad abría aquella puerta, parecía estar realmente debilitada, aparté mi mirada intentando no prestar atención a aquella escena, pero por más que intentaba ignorar mis propios pensamientos más era mi deseo por saber sí ella realmente estaba bien.

Transcurrió como una hora desde que ella había ingresado a su casa, quería cerciorarme de algo y realmente por esa razón estaba en ese lugar, pero... por alguna razón esa idea desapareció de mi mente y quise ignorarla, algo que no pude hacer.

De un salto bajé la rama de aquel gigante árbol y caí perfectamente en el suelo con la ayuda de mi espíritu de fuego me infiltré en ese lugar, realmente estaba apartado de la ciudad y entendía perfectamente el motivo por el cual ella vivía tan apartada.

-Esa niña ¿realmente piensa que vive en un lugar seguro? - Entré fácilmente a aquella casa pues la muy tonta había dejado la puerta completamente abierta, empecé a caminar con cuidado por aquel lugar, la casa por dentro no era muy grande, me detuve casi en la entrada y observé aquella sala –Tan similar- Murmuré, pues realmente aquella imagen que había pasado por mi mente en la azotea concordaba perfectamente con este pequeño lugar "¿Realmente había estado yo aquí antes?" No podía recordarlo, por alguna razón mis recuerdos estaban bloqueados, seguí recorriendo aquel lugar, pero me senté un momento en el sillón, me estaba comportando como un idiota, no estaba en mis cinco sentidos ¿por qué había hecho esto en primer lugar?, sí sé que era para corroborar lo que yo había visto pero ¿había algo más? Realmente era estúpido sí me ponía a pensar detenidamente, suspiré totalmente frustrado y me puse de pie nuevamente, iba a salir ya de aquel lugar cuando escuché un quejido en lo que parecía ser la habitación de la azabache.

~No vayas~

Fue lo primero que pensé en aquel instante, pero cómo si mi cuerpo no obedeciera a lo que yo decía, de la nada me encontraba en aquella habitación, la observé, ella se había quedado arrodillada en el suelo y la otra mitad de su cuerpo estaba tendida en su cama.

~No lo hagas~

Pensé nuevamente, pero mi cuerpo reaccionó sin siquiera escucharme, la tomé con cuidado, ella realmente no pesaba nada... al parecer había dejado de alimentarse bien pues la primera vez que la vi se miraba completamente saludable a diferencia de ahora, sentí que en cualquier momento se quebraría en mis brazos "Estoy ya lo he sentido antes" Pensé... la coloqué con cuidado en la cama y toqué su frente –Está ardiendo en fiebre- era notable que también le costaba respirar.

Fui a la cocina y humedecí una pequeña toalla, momentos después fui a su habitación nuevamente y lo coloqué en su mente, no sé cuánto tiempo pasó, pero me perdí en su angelical rostro... ella realmente no se miraba como la horrible persona que Jeanne decía que era, no podía despegar mi vista de ella, algo me llamaba la atención.

~Hao...~

Su cálida y dulce voz me sacó de aquel trance, ella había murmurado mi nombre mientras dormía -¿por qué tú me llamas de esa forma?- el hecho de escuchar mi nombre salir de aquellos labios hacía que me estremeciera por dentro, agité mi cabeza mientras intentaba eliminar esos pensamientos –No, yo amo a Jeanne- Murmuré para mis adentros apartando esas ideas, pero conforme más observaba sus delicados labios, más atraído me sentía hacia ella... me acerqué de la nada, no sin antes colocar aquella pequeña toalla en aquella mesita, luego  coloqué mi frente sobre la suya para asegurarme que realmente la fiebre había bajado "Este aroma tan familiar..." Ella olía a cerezos, un aroma tan dulce, seguí observándola mientras la tenía a tan corta distancia, acerqué un poco más mi rostro y podía sentir aún más su respiración, podría decir que nuestros labios estuvieron a punto de rozarse pero volví en mis sentidos cuando ella abrió levemente los ojos, justo en aquel instante me aparté con rapidez –Yo, debo irme de este lugar ¡Qué demonios me sucede!- corrí velozmente y abrí la ventana para desaparecer con ayuda de mi espíritu acompañante ¡Qué es lo que iba a hacer! Ella se había dado cuenta de mi presencia... realmente soy un estúpido.

Continuará...

Un mundo casi perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora