Han pasado meses desde que ya no estás y todavía recuerdo esos tacos de limón y sal. Gracias, por habernos recibido en tu pueblo y confíarnos tu amistad.
Más muertes y accidentes de amigos no quiero más, cargo con más peso del que puedo soportar.
Pero es la realidad, tendré que cer a varios de los míos morir, o ellos tendrán que verme a mí.