Harry abrió los ojos por la incomodidad de la luz que provenía de la ventana a la derecha. Este se removió incómodo hasta que vio la figura de Louis durmiendo plácidamente en su pecho. Sonrío ampliamente y empezó a dejar suaves besos en su frente.
Louis se movió con incomodidad y abrió levemente sus ojos. Los volvió a cerrar y apoyó su cabeza en el hueco del cuello de Harry. El ojiverde empezó a acariciarle el pelo y se acercó a su oído.
-Levántate. -Susurró Harry. Pero Louis negó repetidas veces y siguió con la cabeza escondida en el cuello de Harry. Este empezó a acariciarle el brazo al ojiazul suavemente, hasta que llegó a su cintura y le acarició su ropa interior, que era lo único que llevaba puesto a causa de la noche anterior. Louis se separó de golpe y miró a Harry respirando agitadamente. El ojiverde sonrió y le dio un pequeño beso en la punta de la nariz. -Buenos días. -Louis le pegó levemente en el hombro a Harry y se rio.
-Te odio.
-Me quieres y lo sabes. Ahora levanta tu increíble culo y vamos a desayunar. -Pero Louis no se levantó, se metió dentro de las sábanas y abrazó a Harry de nuevo.
-Tengo frío Harry, no quiero salir de la cama. -El ojiverde suspiró y se separó del abrazo de Louis. Sin decir nada se levantó de la cama y desapareció. Louis suspiró molesto y pensó que realmente la había cagado, aunque no entendía muy bien por qué. Tenía frío y era algo que todo el mundo podía entender.
A los cinco minutos Louis escuchó la puerta abrirse de nuevo y la figura de Harry apareció. Llevaba una bandeja con una taza de té en ella, un plato con unas tostadas con jamón, un zumo de naranja y dos piezas de fruta. Louis juró que su mandíbula se había descolocado de lo sorprendido que estaba. No se podía creer que su novio, el chico que conoció en un concierto, el que besó el mismo día, le estuviera trayendo el desayuno a la cama porque él había sido demasiado perezoso como para no levantarse.
-El desayuno a la cama, como los burgueses. -Louis se mordió el labio sonriendo mientras Harry le dejaba la bandeja en la cama. Pero el ojiazul en vez de empezar a desayunar, cogió la bandeja y la colocó en la mesa de noche. -¿Qué haces? ¿No vas a desayunar? -Louis se acercó a Harry y se colocó encima de él.
-Creo que no te merezco.
-Si sigues diciendo eso llegaré a creérmelo. -Louis frunció el ceño pero Harry soltó una carcajada y le colocó el flequillo al más bajo. -Eres idiota, pero te quiero.
-¿Podrían tus padres no volver nunca? -Harry soltó una carcajada y se acercó al oído de Louis.
-Seguro que querrías hacerlo todo el día.-Dijo susurrando y le dio un beso en la mejilla. Acto seguido se levantó de la cama y miró a Louis cruzándose de brazos. -Me voy a duchar, desayuna, que te lo he hecho con todo mi amor.
-Seguro que no lo has hecho tú.
-Pues no, pero la señora que te lo ha hecho lo ha cocinado con todo su amor, así que come. -Louis le sacó el dedo de en medio y el ojiverde le contestó lanzándose un beso mientras se metía en el baño.
Louis negó varias veces mientras se reía solo. Cogió la bandeja y empezó a comer el mejor desayuno que había probado en su vida. No sabía ni cómo podían comer tanto por las mañanas, normalmente Louis tomaba un té y un trozo de pan, si había.
Nunca se imaginó en una mansión de tres pisos, en una cama enorme, prácticamente desnudo y tomando el desayuno tumbado, como un maldito rey. Aquello parecía un sueño, sobretodo porque tenía a Harry a su lado.
Louis era consciente de que hacía un mes que se conocían, que Harry seguía insistiendo en el inexistente futuro que tenían, y que aquello parecía una mala película de un pobre y un rico enamorándose. Pero era imposible evitarlo. Lo supo el primer día, Harry era todo aquello que Louis había estado necesitando. Toda la magia, toda la pasión, toda la alegría, toda la aventura, Louis estaba vivo, sí. Pero no había sabido qué era vivir hasta conocer a Harry.
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1975
Romance1975. Esa era la fecha que iba a cambiar la vida de Harry y Louis para siempre. Para ellos solo era un concierto de su banda favorita, lo que no sabían es que a partir de ese uno de diciembre nada volvería a ser igual.