Cuando llega el momento y casi lo consigues, solo queda un pequeño empujoncito y te sentirás libre, completa y plenamente tuya, da incluso miedo, pero si de algo tenía ganas era de pasar ese miedo y de volver a ser yo, la de siempre, la de antes de ti.
Pero parece que no lo consentirás jamás.
Tocaba el pomo de la puerta que me abría un camino tranquilo, feliz y sin ti, no sabías lo que tan siquiera pensarlo me dolía, pero a su vez moría de ganas por cruzar ese dichoso muro.
Y vuelves. Hiriéndome como solo tú sabes hacer.
Abres pero solo a medias, te vas pero solo a medias, te despides pero solo a medias, no quieres pero solo a medias.
Y con ese pequeño e insignificante gesto me vuelves a derrumbar y te juro que no es una derrota, que estoy agotada y no me quedan apenas fuerzas para volver a luchar una guerra contra tu puñetero recuerdo, pero que lo lograré, y de eso estoy segura.
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Yo después de ti
ContoEnamorada e ilusionada, esas eran las palabras que sin duda mejor me definian.