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katarina, La cuchilla siniestra

Nacida en una de las familias nobles más respetadas de Noxus, Katarina Du Couteau supo que era superior a los demás desde muy temprana edad. Mientras que su hermana menor, Cassiopeia, siguió la senda política de su madre, Katarina era el ojo derecho de su padre, el astuto general Du Couteau. Este la incitó a dominar el arte de las cuchillas y a acabar con los enemigos del imperio no con brutalidad e imprudencia, sino con una precisión mortal. Era un maestro inflexible, con numerosos alumnos y notoriamente difícil de impresionar.

Así fue la infancia de Katarina (si es que puede llamarse así): sin cabida para el afecto o el descanso. Cada día un paso más cerca de convertirse en el arma definitiva; poniendo constantemente a prueba su resistencia, su destreza, su tolerancia al dolor. Robaba venenos de los boticarios menos respetables de la ciudad para probar su eficacia, desarrollando su propia resistencia con pequeñas dosis a la vez que catalogaba sus efectos. Escalaba las torres más altas en la oscuridad de la noche, refugiada en las sombras.

Anhelaba servir a Noxus. Soñaba con la oportunidad de demostrar su fuerza oculta al servicio del imperio y del trono.

Fue su padre quien señaló su primer objetivo, que acampaba con sus guerreros en vísperas de una de las innumerables invasiones militares hacia el oeste. Debía asesinar a un oficial del ejército enemigo, un desgraciado de baja cuna llamado Demetrius.

Katarina estaba furiosa. No había entrenado toda su vida para desperdiciar su pericia en un inútil apenas capaz de blandir una espada. La misión no estaba a su altura. En lugar de acechar al objetivo asignado, Katarina se infiltró en el campamento enemigo y le abrió la garganta a su comandante mientras dormía. Fue una ejecución impecable. Con ella, vendría una victoria rápida y gloriosa para Noxus. El orgullo de su padre.