Lux parte 3

39 1 0
                                    




A costa de la eterna preocupación de su guardia personal, la muchacha conseguía sortearlos y cabalgar lejos de casa durante horas, lejos de ojos que pudieran juzgarla. Sola en la naturaleza, su magia tenía total libertad y, con el tiempo, aprendió a controlarla cada vez mejor. Al final fue capaz de desatar sus poderes por completo con una majestuosidad salvaje. Podía doblegar la luz para cegar y confundir, crear resplandores en las palmas de las manos o invocar figuras iluminadas en el aire. También podía crear una luz tan intensa que era capaz de quemar y destruir. Estos poderes, que inicialmente la aterrorizaron, ahora la hacían disfrutar y la alegraban, ya que por fin podía expresarse completamente.

Y, aunque entendía más de sus poderes, Lux sabía que todavía tenía mucho que aprender. Varias veces durante los años siguientes, la joven solía ser el epicentro de fenómenos curiosos en la mansión Crownguard: luces de baile que aparecían por todo el castillo, estatuas que recitaban poemas a los que pasaban por ahí o risas incontenidas provenientes de sitios imposibles. La familia siempre encontraba la manera de explicar estos eventos y hacían la vista gorda a la verdadera causa de todo. Enfrentarse a la realidad de lo que estaba sucediendo hubiera sido reconocer una dolorosa verdad y exponer a la familia a una atención no deseada. Para hacer que Lux pusiera los pies en la tierra, su madre la llevaba de visita constantemente por las tierras de los Crownguard, en las que visitaban a muchas de las familias bajo su protección. A pesar del rechazo inicial a ocupar este deber, Lux se convirtió rápidamente en alguien que siempre estaba ahí para escuchar y ayudar como pudiese a su pueblo en los momentos difíciles.

A los 16 años, Lux y su familia viajaron a la capital de Demacia durante un mes para ver la investidura de Garen en las filas de la Vanguardia Impertérrita. Mientras estaba en la capital, Lux continuaba con sus esfuerzos altruistas, seguía ayudando a aquellos que lo necesitaban junto a una orden religiosa y caritativa de Demacia conocida como los Iluminadores. En la capital, al igual que en Meraplata Alta, Lux se labró una fama como una joven con una enorme amabilidad y un gran ingenio. Durante la estancia se hizo amiga de una caballera de los Radiantes, la orden de guerreros de los Iluminadores, cuyo nombre era Kahina. Solía entrenar con Kahina cuando no estaba en los muchos bailes y actividades a los que se esperaba que fuera con su familia, así que entabló rápidamente un fuerte vínculo con la guerrera.

No obstante, cada vez que llegaba la noche, la vena entusiasta de Lux hacía aparición y usaba sus poderes para escaquearse por los muros de la ciudad. Demacia había seducido a Lux con su belleza, pero, explorando un pueblo a la sombra de un bosque salvaje, aprendió que la oscuridad puede brotar hasta en el jardín más brillante.

League of Legends historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora