-¡Hey, sal del cuarto que ya vamos a cantar las mañanitas!, gritó ansiosa mi madre.
Era el cumpleaños número 6 de mi hermana menor y yo desbordaba emoción. Salí de mi hermosa caverna y fui a la cocina donde supuse que estarían. Confirmé la idea y vi a mis padres junto a mis dos hermanas pequeñas sacando platos, cucharas y algunos vasos.Desempacaron el pastel y le pusieron una ridícula vela con el número representativo. Estaba dispuesto a cantar con una gran energía depresiva y después retirarme. No tenía ganas de pastel, había comido 4 rebanadas de pizza sin hambre apenas una media hora antes y no había cabida para algo más.
Mi madre sacó su móvil y checaba algunas cosas mientras que por mi parte me estaban consumiendo las ganas de largarme lo más pronto posible.
¡Tomemos una foto!, de nuevo exclamó mi madre.
Posó el móvil sobre mi hermana, una foto, dos, tres. Creí que era suficiente. No lo era para ellos.
¿ya le muerdo?, sonó la tierna voz de la pequeña.
Mis padres la ignoraron y siguieron con su cometido. ¡una foto con tu hermano!, ¡una con tu hermana!, ¡una con los dos!, ¡ahora con tu padre!, ¡una todos juntos!. Me parecía ridículo tener que fingir una sonrisa segundos antes de cada flash.
¡yo le quiero soplar a la vela!, insistió de nuevo mi hermana.
Tomó unas cerillas mi padre y lentamente prendió aquella vela. Annie estaba dispuesta a soplarle fuertemente hasta que mi madre la interrumpió y advirtió una nueva foto.
¡Joder!, yo ya no aguantaba más pero traté de tranquilizarme por el simple hecho de llevar su sangre . Se repitió la sesión pero ahora con la diferencia de que aquí la vela ya emanaba luz; después otras dándole la mordida que ya desde antes deseaba la anfitriona y otras cuantas cortando las rebanadas.
Después de toda una gran aventura por fin tuve frente a mí una rebanada sobre un plato que me estaba ofreciendo mi madre. Ya había comentado en un principio mi falta de apetito pero ella insistió demasiadas veces. Tomé el plato con otra sonrisa fingida y lo engullí en menos de 10 segundos.
Entré al baño, me vi en el espejo, hice unas muecas y unté pasta dental sobre mi cepillo. Había terminado de lavarme los dientes y ahora era libre.
¡mierda!, pensé. Jamás queremos las mismas cosas y esa es una gran problemática siempre latente. Mis padres querían fotos, muchas fotos; Annie soplarle a la vela y comer su pastel y yo largarme de ahí.
Bueno, al menos ahora cada quien había conseguido lo que quería. Ellos revisaban y comentaban al mismo tiempo sobre las fotos, mi hermana disfrutaba su rebanada de pastel y yo terminaba este escrito en la perfecta soledad.
YOU ARE READING
¡Feliz Cumpleaños Annie!
Short StoryCuento corto sobre la hermosa fiesta de cumpleaños de mi hermana menor. Trato de plasmar como se va perdiendo el valor de la unión junto con la felicidad familiar. Estos son nuestros tiempos ¿qué más nos queda?