Capítulo 2

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El aire fresco del parque me mantenía despierta. Me había pasado casi toda la noche leyendo el libro que me había dado Jack. Era interesante, divertido, con muchas aventuras. Me recordaba a él.

-¡Effy, que sorpresa! Jamás me habría imaginado que estarías aquí.-Dijo Dean sarcásticamente, sentándose a mi lado en el césped. Estaba tumbada con los ojos cerrados, y con el libro sobre el estómago. Abrí un ojo cuando le escuché, pero no estaba sorprendida en absoluto de que estuviera allí.

-Buenos días, Dean. ¿Has madrugado, o no has dormido?-Pregunté sin moverme. Pude sentir cómo tocaba un mechón de mi pelo, pero era algo que hacia a menudo, así que ya no me resultaba violento. Era la única cosa que hacía hacia mi que fuera mínimamente cariñosa. Había comenzado a hablar conmigo en el comienzo del penúltimo año de instituto, y podríamos considerar que somos amigos, aunque no nos mandemos mensajes ni nada por el estilo. Él no tenía muy buena reputación, y yo por entonces era una mosquita muerta, por lo que cuando nos comenzaron a ver juntos la gente comenzó rumores sobre nuestra relación. Comprensible, por otra parte.

-No he dormido muy bien, asumí que estarías por aquí.-Dijo soltando mi pelo. Entre abrí un ojo y vi como se pasaba la mano por su pelo y después se metió la mano en su bolsillo y se lió un cigarro rápidamente. Siempre que me ofrecía de sus cigarros fumaba un par de caladas. Lo encontraba relajante pero no adictivo, así que no me preocupaba.

-¿Te ha pasado algo?-Pregunté, irguiéndome para poder mirarle a los ojos. Tenía los ojos marrones, el pelo ondulado, castaño claro y siempre sin peinar, pero sólo hacía que darle más encanto. A pesar de no tener sentimientos hacia Dean, era obvio para mi por qué tenía a tantas chicas detrás de él.

-En realidad no, supongo que ha sido una de esas noches, ya sabes.-Se encogió de hombros y me pasó el cigarro.-¿Qué libro estás leyendo?

Me erguí y dejé que leyera la parte de atrás mientras yo fumaba. Asintió interesado, y me miró.

-Tiene buena pinta, aunque así visto por fuera.. no parece la clase de literatura que te está interesando últimamente. ¿A qué se debe el cambio?

-Pues.. en realidad, tu amigo Jack fue el que me lo recomendó.

-¿Qué? ¿Has hablado con Jack?-Preguntó mirándome incrédulo.

Asentí sonriendo, y cogí el libro de sus manos.

-Ha sido muy agradable.

-Parece de tu tipo.-Dijo él, recuperando su cigarro.-¿Tienes su número?

-No, no, sólo hablamos un rato y me recomendó este libro, eso es todo. Acabo de terminarlo, así que supongo que iré a devolverlo más tarde.

-Pues debes de haberlo leído muy mal, te ha escrito su número.

Fruncí el ceño y abrí el libro, pasando las páginas fijándome en cada detalle.

-¿Dónde lo has visto?

Me cogió el libro de las manos, y le dio la vuelta. Estaba escrito en la parte de abajo de la contra portada.

-Esto a mi no me parece un código ISBN.-Dijo sonriendo. Sacó su móvil y lo buscó, para comprobar si era el mismo.-Sí, es el.

Su sonrisa desapareció, pero yo no podía contener mi entusiasmo.

-¿Y ahora qué, que debería hacer? Tú eres su amigo.

-Sí, su amigo, no su novia. No sé que le gusta en una chica, pero está claro que le gustas tú. Deberías mandarle algo antes de verle hoy.

No podía creérmelo aún, pero cogí mi móvil rápidamente y vi que tenía mensajes de Kim, pero la ignoré por primera vez. Guardé el número de Jack, y escribí "Hola, tú! soy Effy" cuando ya lo había mandado, me di cuenta de que no era suficiente si quería empezar una conversación, así que escribí otro diciendo "Acabo de terminar el libro, me ha gustado mucho, tendrás tiempo para hablar sobre él hoy?" lo pensé unos segundos antes de enviarlo, no quería parecer demasiado lanzada, porque no lo era en absoluto. Tampoco es que fuera una mojigata, había tenido un número decente de novios en los últimos años, simplemente no quería dar una imagen equivocada de mi misma. Durante el penúltimo año de instituto mi vida se volvió un desastre, hacía lo que fuera con quien fuera, bebía y fumaba mucho, y a menudo no era tabaco, y en general salía de fiesta mucho más de lo que hubiera debido. Me gustaría decir que tenía alguna razón, algún evento dramático en mi vida que me hubiera llevado a esas cosas, pero no es así. Fueron las malas compañías, fue Kim. Y así conocí a Dean realmente, que fue quién me ayudó a salir de ello, pero esa es otra historia.

-¿Qué le has dicho?-Me preguntó Dean, apagando el cigarro contra el suelo, aunque ya se había apagado hacía rato. Le enseñé la pantalla.-Vaya vaya, veo que no has perdido tus habilidades para ligar, ¿eh, Ginsberg?

Me dio un codazo, sonriendo ladeadamente y le devolví la sonrisa. Entonces mi móvil vibró en mi mano y apareció un mensaje, iluminando la pantalla. "Gracias a dios que has visto mi número, ya estaba perdiendo esperanzas" y a los pocos segundos, otro diciendo "Ven lo más pronto posible y podríamos salir a comer, hoy es día de paga, invito yo". No podía evitar sonreír mientras miraba los mensajes, me costaba creer que fueran reales.

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