02|Epiphany

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***

No soy perfecto, soy tan hermoso que debo a comenzar a amarme a mí mismo.

Una felicidad me invadía por completo. Tenía tiempo que deje de sentirla debido a que, cuando sucedió la problemática con el joven soldado todo lo que fui construyendo por años se terminó yendo al carajo puesto que, cada día recibía insultos y malos tratos por parte de las personas que me rodeaban; obviamente no realice una queja ni comentarios aunado a que aceptaba que todo era mi culpa.

Todos cometíamos errores y resultaba complicado remediar todo. En el pasado solamente me enfocaba a poner vendas a las heridas de Jill y James les hacía falsas ilusiones de pasar un día de calidad con ellos, pero no lo cumplí hasta que los harte y termine fugándome de casa. Por lo contrario, con Piers no podía describir exactamente lo que me sucedía era como si hubiera tenido una doble personalidad para estar con ambos.

Debía de dejar mis pensamientos y culpas esos daños eran irreparables, además como decía mi terapeuta "deja atrás el pasado para vivir" trataba de hacerlo y siempre había algo que me hacía caer nuevamente en la oscuridad donde me encontraba por lo que, tardaba en recuperar mi camino para olvidar.

Esperaba que mi viaje a Alaska por cuestiones laborales me ayudaba a reponerme de mi pasado y seguir adelante. Ya no quería ninguna conexión con mi pasado, además planeaba una transferencia de ciudad para abandonar todo el daño hecho. Finalmente, por última vez miró mi pasaje de avión estás once horas serán largas.

Decidido abordé el avión que me llevaría a mi caso especial donde trabajaría limpiamente sin cometer mis estupideces. En el momento que buscaba mi asiento asignado pude mirar un rostro familiar por unos segundos quedé pensando ¿Quién era aquella joven mujer? Su cabello era color negro con un toque de morado, sus ojos sobre todo se me hicieron bastantes conocidos, pero no lograba recordar de quién diablos se trataba.

—Señor, busque su asiento que pronto el avión despegará— me comentó una azafata.

Me di prisa para ubicar mi asiento y era justamente a lado de la joven mujer que causalidad.

—Hola, compañero de campo— saludó la joven.

Su voz me era familiar. No podía ser ella desapareció después de mi intervención por mi consumo alocado de alcohol dado que, continuo con su camino hacia un destino que tenía marcado.

—Pequeña Nivans— dije atónito—, nunca esperaba verte trabajando a mi lado con un caso.

Paige sonrió ligeramente.

—El mundo da muchas vueltas— afirmó ella—, pero mi jefe me asigno esté caso porque siempre atrapo al criminal con mis métodos. En esta ocasión no vamos por ningún maniático con la idea de gobernar al mundo sino con un sospecho dedicado a espantar a los habitantes.

Alzó una ceja.

Ella tenía diferente información aparentemente o mejor dicho más del caso por ser la experta que descifrara el misterio sucedido en Alaska.

—Menos mal, no vamos por Wesker ni Ada— comenté.

—Así es compañero— dijo Paige—. Puedes relajarte este viaje será largo, mientras continuaré con la escritura de mi novela policiaca.

La pequeña Nivans se dedicó a sacar su portátil para continuar con su segundo manuscrito posteriormente el éxito que tuvo Peligrosas Espinas, no hablaré al respecto de dicha novela porque sabemos a la perfección que su temática literaria. Admiraba bastante a la chica ya que, fusiona sus dos pasiones juntas para trabajar, la escritura siempre fue su favorita desde que la conocía y verla trabajando en ello me alegraba bastante.

Atormentado AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora