1K 141 9
                                    

3.- 


Habían pasado algunos días y Kageyama no volvió a tocar el tema, al menos no quería molestar al ajeno con aquellas preguntas, pues sabía que tarde o temprano iba a enterarse, aunque le molestaba no poder saberlo al instante, era demasiado impaciente. La curiosidad le estaba matando.

Por otro lado, Tsukishima trató de evitar en todo momento recordar aquellas preguntas. Yamaguchi tampoco volvió a preguntarle algo al respecto. Eso aliviaba un poco al rubio, era una preocupación menos, de momentos, pues aun estaban esos extraños pensamientos que no le dejaban en paz. Jamás imaginó que Kageyama iba a estar hasta en sus pensamientos para hacerle la existencia un poco más difícil. 

Estaba un poco molesto consigo mismo por ello. Solo eran amigos, eso debía quedar de así. La situaciones del corazón realmente no le agradaban, no quería caer en ello y lidiar con todo lo que conllevaba enamorarse.

¡Enamorarse! 

Aquello nunca ha estado en los planes de Tsukishima, ¿Por qué estaba pensando en aquella posibilidad? Estaba más que seguro que eso no podía ser, no podía ocurrir. Definitivamente debía desechar esa idea de su mente, para siempre.

- Como te encanta joderme, Kageyama - Dijo en voz baja y para si mismo mientras caminaba por los pasillos del instituto. 

Trataba de disipar sus pensamientos sobre Kageyama y en lo que intentaba hacerlo, recordó que quedaba cada vez menos para acabar con las clases y la preparatoria. Sí, aquel era su último año y sentía que apenas el día anterior había comenzado todo y ahí nuevamente el muchacho de ojos azulados volvió a su mente ¡No había pasado ni un minuto y nuevamente estaba pensando en él y de manera inconsciente!

- Ugh... - Emitió para luego soltar un largo suspiro y siguió recordando. A su mente llegó el primer momento en que vio a Kageyama: Debían de haber tenido unos diez años cuando ambos se conocieron, discutieron por un balón, se miraron feo y se dijeron un par de cosas más. Bueno que discutieran no era novedad. Se hicieron más cercanos cuando Tsukishima defendió a Kageyama de unos niños de un curso mayor, este, luego de aquello no volvió a alejarse del rubio, a pesar de sus discrepancias y estúpidas peleas, él siguió junto a Kei, quien tampoco tenía planeado apartarse de Tobio. Se hicieron unidos, más de lo que ambos pensaron.

Una pequeña sonrisa surcó de manera inconsciente en los labios de Tsukishima. Al darse cuenta de aquella acción y el por qué de esta se avergonzó por completo, era un alivio que nadie le hubiese visto así, eso le avergonzaría aún más.

- ¿Cómo es posible esto? - volvió a cuestionarse y tomó asiento en una de las bancas que estaba cerca - Kageyama...¿Por qué él? 

Pasó sus dedos entre sus rubios cabellos mientras un largo suspiro escapaba de su boca. No encontraba respuesta todavía para lo que le ocurría, no quería pensar otra vez en la posibilidad de que le gustase. Era su mejor amigo y debía quedarse así. Quería pensar que solo estaba en su mente porque le tenía cariño, porque era importante para él, porque lo quería pero de manera fraternal. Solo eso.

Claro, siempre es mejor mentirse a uno mismo, ¿No? Para la comodidad de uno, para no salir lastimado, para no causar problemas, para no lastimar. Suena loco, suena egoísta, pero a veces las personas prefieren aquello tan solo para no hacerse problemas y por miedo. Tsukishima tenía miedo de muchas cosas, no quería cagarla y menos con Tobio, quien era alguien demasiado importante para él. Por eso estaba interiorizando en que solo estaba pensando demás.

Pero, no iba a poder mentirse toda la vida. Imposible.

o

- Tsukishima - La voz de Tobio sacó al muchacho de sus pensamientos y le miró con atención.

¿En Qué Momento Pasó? || TsukkiKageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora