00; ➡️ En el infierno

80 9 3
                                    

ADVERTENCIA: HISTORIA EXTENSA, CONTENIDO +15, INCLUYE ESCENAS VIOLENTAS.



Una vez más estoy sentado frente a este viejo escritorio de madera en medio de una habitación apenas iluminada por la escasa luz de una lámpara que cuelga del techo, que parpadea en un repetitivo patrón causando un efecto sonido neón, similar al de una chispa; se enciende por dos segundos, la electricidad falla por tres, se apaga un segundo, vuelve a encenderse y el ciclo vuelve a repetirse nuevamente.

Espero tranquilo con los ojos cerrados, con el sonido de un reloj haciendo tick–tack en mi mente; haciendo que cada segundo, el ambiente a mi al rededor se sienta más pesado que el anterior. Entonces, comienzo un pequeño juego con mis dedos golpeando la madera suavemente al ritmo de la luz parpadeante, crean un eco que se siente cómo si estuviera en el fondo del mar, sin poder respirar, me siento aturdido, completamente ahogado y luego me relajo, es una sensación de alivio cómo si callera en un pozo infinito, del que no pudiera escapar jamás, el sonido de la lámpara se intensifica, al igual que el movimiento de mis dedos, aún mantengo los ojos cerrados y siento cómo la habitación se hace pequeña, se inunda y me atrapa en completa oscuridad, segundos después escucho el foco romperse.

Abro los ojos abruptamente tratando de regular mi respiración, mis manos en las piernas con las uñas clavadas en ellas, el dolor recorriendo cada centímetro de mi cuerpo, de nuevo cierro los ojos con fuerza pero de inmediato los abro, encontrando a una persona que lleva una túnica negra puesta y sobre el escritorio hay otra túnica igual. Nervios, miedo y ansiedad invaden mi ser, el sujeto qué ahora está sentado frente a mí abre un cajón, por un segundo dejo de respirar, en su mano tiene un pañuelo blanco que deja con suma lentitud sobre la mesa, junto a la túnica reposan unas llaves que llevan una navaja con un llavero de acrílico de una lata de coca cola, y un frasco de analgésicos, dudo si agarrarlo o no, pero al final lo hago, instintivamente limpio el sudor de mi frente que ni siquiera había notado, con aquel pañuelo. Exhalo, definitivamente se siente como un dejavú, tengo la amarga sensación de que ya había estado aquí antes.

“Recuerda quien eres.”

Escucho que una voz me dice. Coloqué mis manos sobre mi cabeza con gran presión, porque comenzó a doler, frunciendo el ceño y haciendo muecas de dolor, me mantuve así hasta que la persona habló con voz grave y un poco intimidante, haciendo gran eco en la casi vacía pero ahora, fría habitación.

—¿Puedes decirme quién eres?

—Lo siento, creo que ya no soy más una persona –respondo sin ser consciente.–.

—¿Estás seguro?, –asiento levemente sin alzar la mirada —entonces, ¿qué eres?

—Ahora soy un problema.

—¿Eso piensas?

—Lo soy. Él incluso lo sabe.

—¿Por qué estás aquí?

—No lo sé. Desperté aquí y... –un recuerdo fugaz llegó a mi cabeza —me dijeron que pasara con usted.

—¿Puedes decirme tu nombre?

—C-claro, mi nombre... –recordé un momento en la playa jugando con arena frente al mar, corriendo cómo niños pequeños, él tratando de alcanzarme, yo huyendo de su lado, salté al agua. Segundos después mi cintura estaba rodeada por los brazos de aquel hombre que tanto amaba, sus ojos color miel miraron mis labios, mientras confesaba: “Eres mi luz”, con una voz exquisitamente dulce y tierna, igual que aquel momento acaramelado que compartíamos. Entonces lo supe. —Mi nombre es Jeon Jungkook, señor.

En el Infierno | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora